Toda inversión efectuada en el rubro de la educación incide en el desarrollo de un país y de sus habitantes. Además de la influencia que ha tenido en las naciones con las economías más poderosas del planeta, aún se presentan resistencias en los países latinoamericanos respecto al manejo de la política educativa y a la asignación presupuestal.
De acuerdo a un análisis de la Comisión de Educación en la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, en México se destina un presupuesto al sector educativo que supera el 6% del Producto Interno Bruto, el problema es que los resultados se mantienen y en los niveles que mide la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico a través del Programa para la evaluación internacional de alumnos el país ocupa el último lugar en materia de educación de los países miembros.
¿Qué hacer para crecer? Ha iniciado el ciclo lectivo escolar 2011-2012 en todo el país, en el caso de Tabasco se están implementando estrategias que buscan fomentar las competencias y en términos generales los niveles de aprovechamiento escolar.
Según datos oficiales de la SEP correspondientes al año 2010, la entidad ha registrado avances sustanciales en algunos niveles; en telesecundaria se obtuvo el primer lugar en la Prueba de Evaluación Nacional del Logro Académico en Centros Escolares, así como en español y Matemáticas donde se colocó entre los 15 mejores lugares a nivel nacional, lo que la ubica en la tabla media del país.
Se deberá continuar con la inversión en lo que resta del actual gobierno y en la próxima administración, aunque no se prevén mayores problemas pues existe un criterio preliminar en prácticamente todos los partidos y en los aspirantes en el sentido de darle continuidad al sector, como el mejor detonante del progreso y el desarrollo.
Pero también se tiene que ofrecer continuidad y estimular económicamente a aquellas áreas de oportunidades en donde se han registrado resultados óptimos y al mismo tiempo tomar medidas de las advertencias que registra el sector, donde existen problemas serios como la cobertura efectiva (docentes, infraestructura, instalaciones adecuadas) en el nivel primaria y en bachillerato, que sigue registrando el número más elevado de deserción escolar de todos los niveles educativos.
El problema es complejo pero puede enfrentarse si se atiende desde el enfoque correspondiente, en los casos en donde los padres de familia intervienen y se involucran en el proceso educativo, además del modelo tradicional de docente-alumno, los resultados y el aprovechamiento mejoran de manera sustancial.
De modo que ante tantos problemas que representan, por ejemplo, las luchas sindicales que devienen en paros laborales afectando el proceso educativo, la solución como padres es tomar pertenencia en la formación académica, para que mejoren los resultados en lo individual y terminarán por impactar en lo general.
Chile es un buen ejemplo de ello, Argentina es otro; en buena parte de Sudamérica ser docente es un compromiso moral y social del más alto reconocimiento, sin que sus remuneraciones alcancen los niveles de México.
Brasil y Chile, que tenían los mismos niveles de rendimiento educativo que México hasta hace dos décadas, lograron transformar a la educación, pero con una participación decidida de la sociedad, misma que ahora tiene resultados con el mejoramiento de la calidad de vida y de su economía.
Es tiempo de abandonar la queja recurrente que ha caracterizado al mexicano en los últimos años y tomar una participación decidida. Al final, todo esfuerzo será en beneficio de las nuevas generaciones, sí, la de sus hijos.
¿Qué hacer para crecer? Ha iniciado el ciclo lectivo escolar 2011-2012 en todo el país, en el caso de Tabasco se están implementando estrategias que buscan fomentar las competencias y en términos generales los niveles de aprovechamiento escolar.
Según datos oficiales de la SEP correspondientes al año 2010, la entidad ha registrado avances sustanciales en algunos niveles; en telesecundaria se obtuvo el primer lugar en la Prueba de Evaluación Nacional del Logro Académico en Centros Escolares, así como en español y Matemáticas donde se colocó entre los 15 mejores lugares a nivel nacional, lo que la ubica en la tabla media del país.
Se deberá continuar con la inversión en lo que resta del actual gobierno y en la próxima administración, aunque no se prevén mayores problemas pues existe un criterio preliminar en prácticamente todos los partidos y en los aspirantes en el sentido de darle continuidad al sector, como el mejor detonante del progreso y el desarrollo.
Pero también se tiene que ofrecer continuidad y estimular económicamente a aquellas áreas de oportunidades en donde se han registrado resultados óptimos y al mismo tiempo tomar medidas de las advertencias que registra el sector, donde existen problemas serios como la cobertura efectiva (docentes, infraestructura, instalaciones adecuadas) en el nivel primaria y en bachillerato, que sigue registrando el número más elevado de deserción escolar de todos los niveles educativos.
El problema es complejo pero puede enfrentarse si se atiende desde el enfoque correspondiente, en los casos en donde los padres de familia intervienen y se involucran en el proceso educativo, además del modelo tradicional de docente-alumno, los resultados y el aprovechamiento mejoran de manera sustancial.
De modo que ante tantos problemas que representan, por ejemplo, las luchas sindicales que devienen en paros laborales afectando el proceso educativo, la solución como padres es tomar pertenencia en la formación académica, para que mejoren los resultados en lo individual y terminarán por impactar en lo general.
Chile es un buen ejemplo de ello, Argentina es otro; en buena parte de Sudamérica ser docente es un compromiso moral y social del más alto reconocimiento, sin que sus remuneraciones alcancen los niveles de México.
Brasil y Chile, que tenían los mismos niveles de rendimiento educativo que México hasta hace dos décadas, lograron transformar a la educación, pero con una participación decidida de la sociedad, misma que ahora tiene resultados con el mejoramiento de la calidad de vida y de su economía.
Es tiempo de abandonar la queja recurrente que ha caracterizado al mexicano en los últimos años y tomar una participación decidida. Al final, todo esfuerzo será en beneficio de las nuevas generaciones, sí, la de sus hijos.
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