jueves, 11 de agosto de 2011

Inundación, principal riesgo para hospitales


El personal está capacitado para atender a la población en caso de desastre, revela el director del Servicio Estatal de Urgencias, Julio César Domínguez


Es temporada de nubarrones que cubren la bóveda tropical, de vientos huracanados, de lluvias torrenciales adelantadas, y ya las comisiones Nacional del Agua (Conagua) y Federal de Electricidad (CFE) empiezan a regular la fuerza pluvial que desde 2007 pone en riesgo anual a la planicie tabasqueña, a Villahermosa y particularmente a sus hospitales.
Se toman las medidas preventivas porque a finales de octubre de 2007 el personal del Instituto Mexicano del Seguro Social en Villahermosa evacuó a 160 pacientes del Hospital General de Zona No. 46, luego de que la planta baja se inundara.
En la última semana de septiembre de 2008, las aguas de la Laguna Covadonga llegaron a la entrada del Hospital Juan Graham que fueron desalojadas al Carrizal por dos bombas extractoras de Pemex.
Ahora, en 2011, el director del Sistema Estatal de Urgencias, Julio César Domínguez Ceballos, indica que el Programa Hospital Seguro tiene como prioridad, independientemente del fenómeno meteorológico que llegara a afectarlos, que esas instalaciones sigan funcionando e incluso se prevé, si llegara el caso, el Plan de Evacuación.
Por las lluvias adelantadas, la semana pasada aumentó la extracción de Peñitas de 900 metros por segundo a mil 100 con el propósito de volver a ubicar a la presa Angostura por debajo de la curva guía rebasada por 21 centímetros. La curva guía es el nivel que debe mantener la presa para almacenar con seguridad las lluvias torrenciales propias de los meses de septiembre y octubre.
Por otra parte, el director local de la Conagua, Jorge Octavio Mijangos Borja, informó el pasado miércoles 3 que la inversión originalmente asignada al PHIT por el Congreso de la Unión fue complementada por esa dependencia federal alcanzando los dos mil 281 millones de pesos.
De entre las obras de protección realizadas, la Conagua destaca el bordo construido detrás de la colonia Miguel Hidalgo para resguardar alrededor de 40 mil habitantes de la inundación casi anual de la creciente de la Laguna Covadonga, así como el muro, bordo y estructura de control construidos en la colonia Casa Blanca.

Seguridad de la infraestructura
En entrevista con Clip-Reporte semanal, el director del Servicio Estatal de Urgencias, Julio César Domínguez Ceballos, expone que los hospitales no deben dejar de realizar sus actividades porque son los centros de acopio más importantes para el sector salud.
Explica que en Tabasco el principal fenómeno de riesgo es la creciente de sus ríos: El Grijalva, Puxcatán, Tulijá, De la Sierra y El Usumacinta, además de la aportación que hace Chiapas de los niveles de agua por las presas “independientemente de que tengamos lluvias”.
Dice que a las unidades hospitalarias se les clasifican en las que están en Bajo Nivel de Seguridad por inundaciones pluviales como es el caso de Huimanguillo y Cárdenas; y de Bajo Nivel de Seguridad por penetración de mar, ríos y lagunas, como es el caso del Juan Graham Casasús.
De los hospitales que se clasifican por inundación se tienen tres: el del Instituto Mexicano del Seguro Social, de Pemex y el Juan Graham Casasús.
El hospital de Jonuta es el que tiene el riesgo más delicado porque puede ser dañado por lluvias torrenciales, por penetración del río Usumacinta o por el drenaje. En cuanto a drenaje ya se hizo el desazolve correspondiente.
En el caso de Jonuta no está considerada su reubicación porque es un hospital de 12 camas, es pequeño, el número de hospitalizados es mínimo, y en caso de riesgo hay tiempo de evacuación.
Los hospitales de la Secretaría de Salud tienen su Plan de Evacuación y los de Teapa, Emiliano Zapata, Jonuta y Tacotalpa lo tienen en proceso.
En cuanto al Plan de Hospital Seguro, se tienen los recursos indispensables que no pueden faltar en un nosocomio: energía eléctrica, para lo que tiene la planta de emergencia que cuenta con los litros de combustible suficiente para 72 horas; más de 300 mil litros de agua, al menos para el abastecimiento por cinco días, y la seguridad de los climas por un mínimo de cinco días en donde se priorizan las salas de quirófano, de urgencia y de recuperación.
El plan incluye la capacidad de ampliación, de cómo se pueden habilitar espacios para disponer mayor número de camillas, por ejemplo, en caso de un “carreterazo”.
Este plan cuenta con un simulacro y dentro del mismo personal de servicios hay líderes que toman posesión del plan, que toman la voz mandante en el momento del simulacro.
Particularmente, el hospital Juan Graham tiene un plan muy completo en lo que se refiere a sus necesidades, que si llegara el caso puede modificar algunas áreas, porque al ser un hospital de alta especialidad maneja mucho equipo, que es el que se protege previo a todo lo que pueda ocasionar el problema meteorológico.
Entre otros recursos, el Juan Graham cuenta con un sofisticado equipo que mide los niveles del río y de la laguna, de cómo van evolucionando.
En 2008 se llegó a la etapa de protección con la participación de Pemex que mediante sus carros extractores evitó que se dañaran los equipos de alta especialidad.
En otro punto, Domínguez Ceballos señala que si algún hospital sufriera una situación de riesgo se suma la capacidad de todos los hospitales, al conocerse el número de camas disponibles para el traslado de pacientes que estén en estado crítico, aunque éstos se encuentran en Villahermosa, en los hospitales Juan Graham, Rovirosa, de la Mujer y del Niño.
“En los municipios tenemos pacientes estables que no tienen en ese momento la necesidad urgente de evacuar, por lo que la evacuación se puede hacer lenta y progresivamente”, detalla.
Dentro del Plan de Traslado se establece que se cierren todas las puertas para evitar que algún paciente se pueda ir, hay un control estricto de las puertas porque el personal de vigilancia toma la iniciativa de registrar a todo el que entra o sale. También hay un Plan de Rescate de los expedientes clínicos por servicio.
Pero además, en caso de siniestro entre la población el personal de los hospitales sale a dar atención como sucedió en la explosión de un ducto de Pemex en Cunduacán.
“En esa ocasión la Secretaría de Salud apoyó mucho con el personal del área psicosocial que por medio de una brigada de 12 psicólogos hicieron un barrido, casa por casa, identificando a pacientes con riesgo que hayan tenido crisis de angustia, esa fue la labor de mitigar esa angustia”, dice Domínguez Ceballos.

2007 y 2008, etapas
críticas

Con el más grande desastre causado por la inundación, en la última semana de octubre de 2007 el personal del IMSS en Villahermosa evacuó a 160 pacientes del Hospital General de Zona no. 46, al inundarse la planta baja a causa del desbordamiento del Carrizal.
En coordinación con el Ejército, la Armada de México y la Policía Federal Preventiva, se trasladaron los pacientes a los hospitales privados y de la Secretaría de Salud del estado, así como del IMSS en otras entidades, acompañados por un familiar.
La prioridad fueron los “más graves, los más vulnerables” que se trasladaron en helicópteros del Ejército Mexicano al puerto de Veracruz, para ser atendidos en el Hospital General de Zona No. 71; en tanto que otros fueron canalizados al Hospital Ángeles en la misma ciudad de Villahermosa.
Para 2008, el Hospital General de Zona No 46 del IMSS no tuvo mayores problemas.
Con la experiencia del año anterior, la Delegación Tabasco del Instituto Mexicano del Seguro Social implementó varias medidas preventivas.
Como parte de las estrategias se mantuvo una estrecha colaboración y apoyo con las diferentes dependencias federales y estatales, así como el apoyo directo del director general del IMSS y del gobernador de Tabasco.
Se dispuso de los insumos necesarios, tales como: tres quirófanos móviles, personal médico de apoyo, plantas eléctricas de emergencia, camión cisterna, recursos financieros para hacer las compras emergentes necesarias, entre otros. En cuanto a cirugías programadas se pospusieron para nuevas fechas.
De ser necesario, varios pacientes serían trasladados a las instalaciones de lo que anteriormente fue el Hospital de Villahermosa ubicado en el Conjunto Sandino o a la Unidad de Medicina Familiar (UMF) No. 44, y los menos graves serían dados de alta para seguir el tratamiento en sus casas. Las embarazadas serían atendidas en el Conjunto de Sandino.
En 2008 el riesgo fue para el Juan Graham, que al llegar las aguas de la Laguna Covadonga, alimentadas por el río Mezcalapa, hasta la entrada del hospital el plan de contingencia para proteger las instalaciones entró en fase de alerta. Con dos bombas de Pemex se desalojaron las aguas hacia el río Carrizal.
La evacuación no fue necesaria.


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