completo” en la federal… y en la local, al
priismo le cayó “azúcar morena”.
Con esa premisa a los suyos de que habría que “tomar la victoria con humildad”, salió a decir: “el que ganó, ganó, y el que perdió, perdió”. Era el gobernador Manuel Andrade, aquella noche del domingo 19 de octubre de 2003, en un mensaje a la población grabado por la televisora oficial dos días antes de la jornada cívica.
El miércoles 15, cuatro días antes de la elección, Andrade reunió en Palacio de Gobierno a su gabinete en pleno y a la dirigencia del PRI, al filo de las 13:00 horas.
Con datos en manos les soltó: “quiero que el triunfo del domingo próximo lo tomen con humildad”.
“Va a ser carro completo”, remató.
Todos los presentes no ocultaron su satisfacción. Con sonrisas y mirada de complicidad, festinaban.
Atrás de esa victoria, que al final resultó un verdadero fracaso, estaba la figura “agigantada” de Joel “La Abeja Africana” Cárdenas Arronis.
—Y cómo no, así hasta yo —refería al reportero un priista prestigiado.
—¿Cómo qué así hasta tú?
—Pues con los 800 mil pesos mensuales que le dan, cualquiera puede operar”.
Eso se rumoraba en los corrillos del PRI y de Palacio de Gobierno. Más en la planta alta, donde estuvo alguna vez la Dirección Administrativa de la Secretaría de Gobierno a cargo de Jesús Alamilla.
Al filo de las 14:30 horas de ese miércoles 15, en contra-esquina de Plaza de Armas, donde hoy está ubicada una institución bancaria, el ex alcalde de Comalcalco y entonces subsecretario de Transporte, Manuel Eugenio Graniel Cáceres, esperaba a su chofer; ahí se le alcanzó a cuestionar si era cierto lo que había dicho Andrade sobre lo que vendría el domingo.
Cuando “Gonino” iba a dar la respuesta, irrumpió de la nada el diputado y candidato del PRD a la alcaldía de Nacajuca, Silbestre Álvarez Ramón, pegado a la banqueta y montado en una camioneta Ford color roja, presumiendo lo que le habían decomisado al tricolor en su municipio.
“Vean lo que le acabamos de chingar a los del PRI”, animó.
Bajó el vidrio de la puerta trasera y observamos tanto su interior como la batea repletos de cubetas, artículos de limpiezas y despensas con logos del tricolor.
“Le vamos a ganar al PRI”, señaló con una sonrisa, al tiempo que aceleraba su vehículo.
“Está pendejo Silbestre —reviró de inmediato ‘Gonino’—, el jefe nos acaba de recomendar que tomemos la victoria electoral del domingo en forma humilde, nada de celebraciones”.
—¿Habrá carro completo?
—Así es mi Chelo. No comentes nada, eso es para ti.
—¿Están seguros de eso?
— Sí, en serio. Nos lo dijo el jefe.
ENCUESTA A LA BASURA
Una ex funcionaria con picaporte en el gobierno de Andrade, 35 días antes de las elecciones había dejado un sobre confidencial en las oficinas de la gubernatura, donde recomendaba cambiar a 10 candidatos a las alcaldías y a diputados locales porque no garantizaban el triunfo del PRI.
Esa osadía la sustentaba por medio de un estudio de opinión que habían realizado un grupo de sociólogos, sicólogos y economistas, entre otros. Todos tabasqueños.
Esa alerta no gustó. La funcionaria lo supo en un evento, cuatro días después. El reportero, casualmente estaba al lado de ella, cuando Manuel Andrade pasó por enfrente. La fémina, con una sonrisa por delante, lo interrogó: “¿viste el documento?”.
No hubo el beso en la mejilla como la tenía acostumbrada ni respuesta, solo le dio la mano y al reportero también.
—Hasta a mí me alcanzó el frío —le soltó el reportero—. ¿De qué documento le preguntaste?
—Vamos a tomarnos un café y te cuento.
En esa charla detalló lo de la encuesta. Y de su elaboración y del grupo de profesionales que colaboraron para hacerla.
“En serio, Toño, vamos a perder 10 alcaldías al igual que el número de distritos, además está riesgo otra porque hay un empate técnico y también se puede perder”.
“Eso no se puede publicar”, fue la recomendación.
Y se cumplió lo pactado. No hubo una sola línea redactada al respecto… Hasta ahora.
Pasados los 35 días, a las 20:00 horas de ese domingo electoral, Manuel Andrade¸ pese a los números que reflejaba el PRET y que en esos momentos daban la ventaja al PRD —ventaja que nunca disminuiría—, dejó pasar el mensaje que había grabado el día 17.
Lo hacía con la convicción de que en las siguientes tres horas, los del tricolor remontarían por la operatividad de “La Abeja”. Nunca remontaron y por vez primera perdió once alcaldía y la mayoría en el Congreso local de golpe.
“VÁMONOS”
Tenía tres horas que habían cerrado las urnas donde se eligieron a 17 alcaldes y se renovó el Congreso local. Eran alrededor de las nueve de la noche cuando los auxiliares de la Gubernatura dejaban la oficina. Uno de ellos, habló por teléfono: “Vámonos, güey”.
—¿Ya saliste? ¿En serio? Pero si son las nueve apenas —contestaron al otro lado de la línea.
—Sí, ya nos dieron luz verde. El hombre (Andrade) ya se fue. Con eso de que nos llevamos carro completo…
—¡Qué cosa! Vente a la Secretaría de Gobierno —respondió el interlocutor.
A los 10 minutos estaban reunidos. Extrañaba que los de la Gubernatura salieran temprano. Eran los últimos que se marchaban. Hasta que se iba el gobernador, que por lo regular, lo hacía tarde.
—No mames lo del carro completo. Aquí está el jefe Jaime Lastra y el procurador Mario Balcázar y están que no se la acaban.
—Están pendejos, la información que le mando La Abeja al gobernador es todo lo contrario. Por eso salimos.
Jaime Lastra y Balcázar se quedaron hasta la 07:00 horas del lunes 20 de octubre en la Secretaría de Gobierno y la prensa para esa hora mencionaba la tunda al PRI.
Nadie se atrevía a contradecir los datos. Eran de La Abeja. Y eso podía incomodar al “Jefe”, tal fue el caso de la funcionaria de gobierno que oteo el horizonte con 35 días de anticipación de que el PRI fracasaría el 19 de octubre de 2003.
Al final, la realidad alcanzó a Andrade. Supo del engaño de La Abeja, quien, por cierto, hoy es unos de sus detractores.
¿Y LAS PLACAS?
Dos días después de la elección, el martes 21, a eso del mediodía, el reportero conducía su camioneta sobre la calle Fidencia y a la altura de la Plaza Sur, en un café, observó que se encontraba sentados Fernando Peralta, Julio Yánez y Andrés Madrigal.
El reportero no dudó en meterse al estacionamiento y los alcanzó en el café.
“Ni las placas alcanzaron a ver del camión amarillo”, les señaló el comunicador.
El único que sonrió fue Fernando Peralta. Y es que al de Tenosique todo se les resbala. Tiene una concha de Guao.
En eso entró “La Abeja Africana”, nos saludó y luego le dijo a Andrés Madrigal: “Quiero hablar contigo”.
El aludido se levantó y se cambió de mesa.
El reportero al minuto se despidió de Yánez y de Peralta, e hizo lo propio con Madrigal y “La Abeja”, pues comprendió que ellos estaban lamiendo las heridas.
—Se los van a comer vivos los otros grupos —empujó el reportero en su despedida.
—Es cuestión de tiempo, Caraveo. No va a pasar nada.
Y señalándose al corazón: “Con eso tenemos el gane con Andrade, ya vas a ver”, resolvió “La Abeja”.
No pasaron ni 40 días que estuvo en la congeladora “La Abeja”, sin dejar de percibir, claro, los 800 mil pesos mensuales, según informaron los que sabía de esos recursos. Y al final así fue.
A esa distancia, los priistas saben que la última imposición fue Manuel Andrade. Y como se ha documentado en el periódico de circulación nacional EL DIA y en este mismo espacio, el hoy primer priista de Tabasco no es suicida. Se va a ir con quien garantice la victoria. Eso que ni qué.
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