La pesadilla de los indocumentados de Centroamérica en territorio mexicano no radica en la ley, sino en la corrupción de autoridades migratorias
Las rutas que siguen migrantes por la Frontera Sur en México para conquistar el sueño americano se han convertido en caminos de terror y muerte, y arrojan la escalofriante cifra de de 21 mil secuestros en un año, y una derrama económica para el crimen organizado de unos 50 mil millones de dólares, estiman organismos de defensa de los derechos humanos del migrante.
Para protestar, llamar la atención de la comunidad internacional y exigir al gobierno federal detenga la ola de criminalidad, migrantes y familiares de víctimas del secuestro de al menos tres países centroamericanos, así como activistas, decidieron encabezar dos caravanas por la paz que debió llegar el lunes al Distrito Federal.
“El problema migratorio se ha agudizado, sin que hasta el momento se tengan visos de solución”, expresa el asesor jurídico del Comité de Derechos Humanos de Tabasco (Codehutab), Efraín Rodríguez León, organismo que participó en la conducción de la caravana que el lunes 25 de julio inició sus movimientos en la ciudad fronteriza de Tenosique.
Antes, un primer contingente salió de Centroamérica compuesta por familiares de víctimas de migrantes secuestrados, de origen salvadoreño, hondureño y guatemalteco. Este grupo tocó tierra chiapaneca —Tapachula y Arriaga— hasta llegar a territorio oaxaqueño, donde se unieron activistas, entre ellos el padre Alejandro Solalinde.
LA BESTIA… Y LA RAMONA
El jueves 28 de julio llegaron a Coatzacoalcos, Veracruz, en donde se unieron con el segundo contingente que tras marchar por Tenosique, migrantes y activistas subieron al lomo del ferrocarril conocido como ‘La Bestia’, hasta Estación Chontalpa, Huimanguillo, para luego alcanzar la primer caravana en Coatzacoalcos.
Para vivir algo de la suerte que pasan los migrantes, activistas entre ellos religiosos sortearon por la noche el peligro de ser expulsados por ramas de árboles y en el día la temperatura de hasta 40 grados que aumenta en la medida que se calientan los vagones.
En Tierra Blanca, Veracruz, se contemplaba sostener un encuentro con el relator de migrantes de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, el chileno Felipe González.
Para protestar, llamar la atención de la comunidad internacional y exigir al gobierno federal detenga la ola de criminalidad, migrantes y familiares de víctimas del secuestro de al menos tres países centroamericanos, así como activistas, decidieron encabezar dos caravanas por la paz que debió llegar el lunes al Distrito Federal.
“El problema migratorio se ha agudizado, sin que hasta el momento se tengan visos de solución”, expresa el asesor jurídico del Comité de Derechos Humanos de Tabasco (Codehutab), Efraín Rodríguez León, organismo que participó en la conducción de la caravana que el lunes 25 de julio inició sus movimientos en la ciudad fronteriza de Tenosique.
Antes, un primer contingente salió de Centroamérica compuesta por familiares de víctimas de migrantes secuestrados, de origen salvadoreño, hondureño y guatemalteco. Este grupo tocó tierra chiapaneca —Tapachula y Arriaga— hasta llegar a territorio oaxaqueño, donde se unieron activistas, entre ellos el padre Alejandro Solalinde.
LA BESTIA… Y LA RAMONA
El jueves 28 de julio llegaron a Coatzacoalcos, Veracruz, en donde se unieron con el segundo contingente que tras marchar por Tenosique, migrantes y activistas subieron al lomo del ferrocarril conocido como ‘La Bestia’, hasta Estación Chontalpa, Huimanguillo, para luego alcanzar la primer caravana en Coatzacoalcos.
Para vivir algo de la suerte que pasan los migrantes, activistas entre ellos religiosos sortearon por la noche el peligro de ser expulsados por ramas de árboles y en el día la temperatura de hasta 40 grados que aumenta en la medida que se calientan los vagones.
En Tierra Blanca, Veracruz, se contemplaba sostener un encuentro con el relator de migrantes de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, el chileno Felipe González.
NUEVA LEY, MISMA CORRUPCIÓN
Efraín Rodrígez dice que al relator del organismo dependiente de la OEA expusieron que en la ruta Tabasco-Veracruz se registraron en 2008, por parte de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), 10 mil secuestros en seis meses, mientras que en el 2010, en el mismo período, el reporte fue de 11 mil secuestros.
Indica que no es suficiente una nueva Ley de Migración, y manifiesta que mientras sigan siendo “las mismas autoridades corruptas” las que intervengan y apliquen esa ley, no terminará el problema migratorio porque el problema de fondo no es de ley, sino de corrupción.
En un inicio se pensó —dice— que con la nueva legislación se solucionarían los problemas; sin embargo, siguen los secuestros, ataques sexuales a las mujeres, mientras que el gobierno no resuelve nada.
En su periplo, el contingente pernoctó en el albergue de ‘Las Patronas’, en Orizaba; siguió a Puebla y el lunes 1 de agosto se esperaba su arribo a la Ciudad de México, en donde programaron una manifestación en el Zócalo y marcha al Senado de la República.
Los integrantes de la caravana Paso a Paso hacia la Paz demandaron a la Comisión de la Frontera Sur del Senado, exija y exhorte al gobierno federal termine con la ola de violencia, injusticias y violación a los derechos humanos que sufren los migrantes, tales como secuestros, ataques sexuales a las mujeres, asesinatos y la presencia del crimen organizado en contubernio con maquinistas y agentes de migración.
Los infractores —acusa el asesor de Codehutab— detienen el tren en lugares despoblados, para que después de un operativo, lleguen bandas del crimen organizado a secuestrarlos.
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