Cierto político joven que marchó de Tabasco hace más de una década para consolidar su carrera académica y su formación profesional en el extranjero, comentaba, con cierta dosis de incredulidad al asistir al más reciente consejo político estatal del PRI:
“Aquí en nuestra tierra pareciera que nada ha cambiado, siguen los mismos consejeros de siempre, algunos más gorditos, pero son los mismos, eso sí, casi todos con algunas canas ya visibles”.
Lo anterior explica en gran medida lo que ha faltado y no sólo en el PRI, sino también en el PRD, que son los dos institutos políticos que se han repartido entre su militancia los cargos de elección popular en las últimas dos décadas.
La dirigente del Frente Juvenil Revolucionario, Katya Ornelas Gil, emplazó esta semana a la dirigencia estatal de su partido a ceder los espacios que —por estatutos— corresponden a las jóvenes y que es prácticamente un tercio de las candidaturas que estarán en disputa rumbo a las elecciones constitucionales, federales y estatales del próximo año.
Gracias a la gestión política de muchas administraciones en todas las esferas gubernamentales, los jóvenes de hoy gozan de mayores beneficios a diferencia de las generaciones pasadas, actualmente existen muchas opciones de educación superior que tradicionalmente había sido una de las demandas más incesantes de quienes concluían sus estudios de bachiller.
El gobierno financia una cantidad importante de proyectos y premia con becas económicas a quienes tienen los mejores promedios; sin embargo, al terminar la formación ya como profesionistas y quieren insertarse a la actividad productiva, los espacios de participación laboral se reducen de manera significativa.
Sin embargo, hay que propiciar los espacios necesarios de participación política para este sector tan importante de la sociedad, pero lo mismo debe hacerse con la integración de éstos a la iniciativa privada.
Este universo de talentos que está luchando por destacar y sobresalir en todos los sectores productivos, podría contribuir a mejorar las condiciones económicas, políticas y sociales que imperan en la entidad.
Cierto es que se requiere además de la conducción y guía de quienes ya tienen amplia experiencia en estos sectores, de la apertura de espacios y brindarles la confianza que requieren, pero esas decisiones no pueden postergarse más.
En los círculos políticos, principalmente, hay ciertas resistencias para dar cabida a las nuevas generaciones, porque se convierten en una amenaza para sus aspiraciones futuras y por ello algunos han optado por incluir pero a sus hijos y familiares que se encuentran en esa condición de vida para que se haga el relevo, pero que representa la permanencia de su apellido y en eso muchos no están de acuerdo.
David Gustavo Gutiérrez Ruiz, uno de los empresarios más importantes de la entidad confió al reportero y a la periodista Lorena Hernández en cierta plática informal: “ya es el momento de que en Tabasco cedamos los espacios a los jóvenes para que con su visión moderna, académica y sobre todo con el ímpetu de su naturaleza física comiencen a construir una nueva historia para el estado”.
Como ocurre en toda sociedad, habrán casos de excepción y otros no tanto, pero en la medida que no se les otorgue esa oportunidad, en Tabasco, seguirán como dijo aquel político: “los mismos de siempre, con los mismos rollos de siempre y el estado seguirá como siempre”.
Lo anterior explica en gran medida lo que ha faltado y no sólo en el PRI, sino también en el PRD, que son los dos institutos políticos que se han repartido entre su militancia los cargos de elección popular en las últimas dos décadas.
La dirigente del Frente Juvenil Revolucionario, Katya Ornelas Gil, emplazó esta semana a la dirigencia estatal de su partido a ceder los espacios que —por estatutos— corresponden a las jóvenes y que es prácticamente un tercio de las candidaturas que estarán en disputa rumbo a las elecciones constitucionales, federales y estatales del próximo año.
Gracias a la gestión política de muchas administraciones en todas las esferas gubernamentales, los jóvenes de hoy gozan de mayores beneficios a diferencia de las generaciones pasadas, actualmente existen muchas opciones de educación superior que tradicionalmente había sido una de las demandas más incesantes de quienes concluían sus estudios de bachiller.
El gobierno financia una cantidad importante de proyectos y premia con becas económicas a quienes tienen los mejores promedios; sin embargo, al terminar la formación ya como profesionistas y quieren insertarse a la actividad productiva, los espacios de participación laboral se reducen de manera significativa.
Sin embargo, hay que propiciar los espacios necesarios de participación política para este sector tan importante de la sociedad, pero lo mismo debe hacerse con la integración de éstos a la iniciativa privada.
Este universo de talentos que está luchando por destacar y sobresalir en todos los sectores productivos, podría contribuir a mejorar las condiciones económicas, políticas y sociales que imperan en la entidad.
Cierto es que se requiere además de la conducción y guía de quienes ya tienen amplia experiencia en estos sectores, de la apertura de espacios y brindarles la confianza que requieren, pero esas decisiones no pueden postergarse más.
En los círculos políticos, principalmente, hay ciertas resistencias para dar cabida a las nuevas generaciones, porque se convierten en una amenaza para sus aspiraciones futuras y por ello algunos han optado por incluir pero a sus hijos y familiares que se encuentran en esa condición de vida para que se haga el relevo, pero que representa la permanencia de su apellido y en eso muchos no están de acuerdo.
David Gustavo Gutiérrez Ruiz, uno de los empresarios más importantes de la entidad confió al reportero y a la periodista Lorena Hernández en cierta plática informal: “ya es el momento de que en Tabasco cedamos los espacios a los jóvenes para que con su visión moderna, académica y sobre todo con el ímpetu de su naturaleza física comiencen a construir una nueva historia para el estado”.
Como ocurre en toda sociedad, habrán casos de excepción y otros no tanto, pero en la medida que no se les otorgue esa oportunidad, en Tabasco, seguirán como dijo aquel político: “los mismos de siempre, con los mismos rollos de siempre y el estado seguirá como siempre”.
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