Plagas, corrupción, desidia oficial y modernos coyotes extinguen el milenario cultivo
Con la misma superficie de hectáreas sembradas de cacao de hace una década, la producción del grano en Tabasco ha caído hasta en 70%, todo derivado de las plagas y enfermedades que azotan al sector, pero también a la vejez de los árboles, de cerca de 80 años, pues los productores dedicados al cultivo no cuentan ya con su esfuerzo físico para las labores culturales, y los jóvenes campesinos no tomaron esa vocación y emigraron a la ciudad; de ahí la necesidad de voltear a ver al campo que se encuentra rezagado, subraya el dirigente de ese sector José Life Pons Yánez.
La moniliasis, enfermedad del cacao que hasta el momento no se le ha podido encontrar remedio alguno para erradicarla, fue el último traspié que se dio al sector para la baja producción, al grado de que por cada 10 mazorcas cortadas los productores sólo encontraban tres sanas.
En el mundo esa enfermedad data de casi 50 años, y a Tabasco llegó por el trasiego en la importación de granos de países africanos, de Malalsia y Ecuador, sin que se tuvieran mediadas sanitarias para controlar el problema de los envases en donde se revolvía el cacao en grano enfermo; por ahí vinieron los hongos, de Centroamérica, y entraron por Chiapas, Huimanguillo y la Chontalpa, señala el líder de los cacaoteros.
Pons Yánez apunta que la producción cayó hasta en 70%, y con el apoyo de los productores y del gobierno federal y estatal se ha estado saliendo adelante; para contrarrestar la enfermedad, se trabaja en acciones para tratar de cambiar el cacao convencional con once tipos de clones, de los cuales cinco están probados y son resistentes a la enfermedad en buen porcentaje.
Con los tres órdenes de gobierno se trabaja para reproducir plantas de jardines clonales, de acuerdo a lo que se demanda, porque no se puede ir a la tentativa y mandar al productor a sembrar cuando no se tiene un mercado seguro. Se trata de un proyecto de largo plazo, acota.
El Consejo de Productores de Cacao AC cuenta con las fincas El Morralero y Los Pinos, en Comalcalco y Cunduacán, donde se tienen 37 hectáreas de jardines clonales. Ahí se reproduce cerca de un millón de plantas para atender la demanda de los cacaoteros.
“Se tiene que salir adelante, porque talar una plantación para volverla a renovar con jardines requiere de mucho capital; por eso, la plantación deberá hacerse en base a la situación del productor”, dice el dirigente.
José Life Pons, productor del grano en Cunduacán, recuerda que antes los productores se dedicaban con su familia al cultivo; sin embargo, a raíz que nació la intensión de preparar a sus hijos, ninguno quiere ir al campo; de ahí, que para sostener un equilibrio del mantenimiento de una plantación de cacao se necesita esfuerzo humano y capital.
AL RESCATE DEL CULTIVO
El problema en Tabasco es que el producto se ha cotizado a través de Bolsa de Nueva York, por lo que en ocasiones el cacao ha alcanzado precios por debajo del costo de producción, y así no es rentable.
Por ello, se ha buscado que los productores continúen con un programa de Procampo, porque la actividad es generadora de empleo, y hablar de 40 mil hectáreas de cacao es pensar en generar hasta unos 150 mil empleos directos e indirectos.
Con 11 años al frente del sector, y haber dialogado con cuatro gobernadores, Life Pons descarta que el sector cacaotero se encuentre en peligro de desaparecer; por el contrario, dice, se está trabajado cerca de la gente y se incrementa el programa que conviene a los productores, con la buena relación que se tiene con la industria chocolatera mexicana, a fin de dar mejores resultados sobre los precios de bolsa.
Sin embargo, la producción de cacao ha disminuido drásticamente; antes se hablaba de 45 mil hectáreas, y ahora es posible que no se llegue ni a las 40 mil. Y por eso se ha puesto en marcha un programa de parcelas demostrativas, a fin de que la gente vea el cultivo y la pronta solución de cosecha con nuevos clones que empiezan su producción a los tres años, por ser de buena calidad.
Con los nuevos clones ya se tienen resultados, es un proyecto sustentable de largo plazo y cada año se tienen que ir cambiando unas mil 500 hectáreas, para llegar a la meta con los productores y gobierno del estado. De lo que se trata es de satisfacer la demanda del productor, que seis meses del año trabaja en la cosecha y el resto en labores culturales.
En el tonelaje, asegura que el sector se empieza a recuperar, y recuerda que de 45 mil toneladas anuales, récord al que se llegó en los ochenta, después fue a la baja; en las zafras 2003 y 2004, la UNPC acopió cerca de 18 mil toneladas, pero en el 2005 que llegó la moniliasis, la producción bajo a 12 mil toneladas.
Luego la merma fue más drástica: bajó a 7 mil 500 toneladas; en las zafras 2006 y 2007, la producción cayó a 3 mil 500 toneladas; en 2008 y 2009 se mantuvieron en más de 4 mil, y en 2010 subió a 5 mil toneladas y en la más reciente se llegó a cerca de 7 mil toneladas.
Es decir, lo que se cosecha ahora es casi una séptima parte de las 45 mil toneladas que se llegaron a producir en 1980, cuando la plantación eran joven y no se tenían plagas arrasantes como la moniliasis.
PLANTAS VIEJAS, CACAOTEROS TAMBIÉN
La situación del sector cacaotero no es nada halagüeña: a las plagas y enfermedades y las plantaciones obsoletas hay que agregarle otro problema: los productores, también viejos, ya no cuentan con la fortaleza que tenían hace 20 años.
Según José Life Pons, el gobierno del estado ha dado a los cacaoteros garantía líquida porque no podían acceder a créditos, y no tener dinero era muy triste para hacerle frente a la cosecha; por eso el gobierno aportó garantía líquida para contar con préstamos de Financiera Rural, que ha otorgado créditos para enfrentar la demanda del sector.
Anteriormente –recuerda–, esa garantía se daba a través de los inmuebles de la Unión Nacional de Productores de Cacao (UNPC), pero al no poderse pagar los créditos quedaron embargados; de ahí que se trabaja mucho para rescatar los inmuebles, todo con el apoyo del gobierno estatal.
Reconoce que México no es autosuficiente en producción de cacao, por las razones siguientes: porque los productores han aminorado la producción, en tanto que los requerimientos de la industria son cada vez mayores y ello ha obligado a importar grano de otros países.
Sin embargo, el dirigente cacaotero se pronuncia por regular las importaciones a través de Sagarpa y Economía, a fin de que cuando se empiece a cosechar en México, haya mercado interno dónde vender el producto, porque la UNPC no se puede dar el lujo de guardar el cacao como las 400 toneladas que se mantienen actualmente en bodega.
Reconoce que Tabasco se encuentra en una crisis generalizada porque este año habrá una producción importante, de más de 25 mil toneladas, pero no existe el mercado para comercializarla; aparte, indica, los precios del producto cayeron drásticamente, lo que pone en riesgo la zafra 2001-2012 , sobre todo, porque el gobierno mexicano ha empezado a introducir grano de otros países como Malasia y Ecuador, en donde se produce más cacao en el mundo.
PRODUCCIÓN EN RIESGO,
Urgió a que es necesario que el gobierno federal disponga un programa de ayuda para los productos mexicanos, de lo contrario hay el riesgo de que se pierda la producción del año próximo.
Afirmó que si bien se va saliendo del problema de la moniliasis, es necesario contar con un mercado para vender el grano a buen precio, y tener la plantación en buenas condiciones.
El dirigente cacaotero, reconoce, que el sector ha sido de importancia en el campo, pero se requiere trabajar de la mano con los productores, porque se tiene un retraso, por eso la insistencia ante la normativa federal de que se tenga un plus o precio cacaotero, que garantice a los productores un precio para no estar con la incertidumbre de a cómo se venderá el cacao, porque en cualquier momento se puede inundar el mercado nacional de cacao extranjero.
En la zafra 2011, hasta el 14 de abril de este año, se tenía un mercado de 3 mil 820 dólares la tonelada; hoy es de 2 mil 970 dólares; es decir, se tiene una caída en el precio de 850 dólares por tonelada, lo que afecta gravemente el precio del cacao nacional, e insiste en no recurrir a la exportación porque se haría ‘a precio de bolsa’, y habría que descontarse el costo de arancel, traslado y almacenamiento, así como seguro, cuyo costo total es de casi 500 dólares, por lo que el precio bajaría más.
TRAMITILOGÍA, TAN DAÑINA COMO PLAGAS
En la Industrializadora de Cacao de Tabasco (Incatabsa) se trabaja aún con problemas que se tienen con IMSS e Infonavit, que datan de hace 24 años, y para el dirigente, esto debe terminarse porque se trata de una industria grande, que elabora productos terminados como manteca y cocoa.
La UNPC mantiene aún deuda de alrededor de 17 millones de pesos, y en el caso de la deuda con el IMSS, se le ha ofrecido pagarle 3 millones de pesos; dicho pasivo data de hace más de dos décadas, cuando solo eran 2 millones 60 mil pesos, y se convirtió en 17 millones. Los problemas con Hacienda se resolvieron con esfuerzo de los productores y apoyo del gobierno del estado.
Refiere que el apoyo al sector con las dependencias federales como Economía, y Sagarpa, se da a través de ventanilla, con apoyos individuales, porque los cambios de las reglas de operación con la Federación fueron drásticos, y el productor, ante la exigencia de tantos documentos, decide dejarlo de tramitar.
Se queja que a los productores se les siga llamando ‘morraleros’, cuando es un sector importante, y hay productores que cosechan hasta 20 toneladas.
Apunta que las plantaciones de cacao son el único ‘pulmón’ que tiene Tabasco, pues las 40 mil hectáreas generan riqueza, ambiente climático, vida, pero además generan empleo, y como ejemplo, dice, una producción de 20 mil toneladas a 40 pesos el kilo representa una derrama económica de 800 millones de pesos, que los productores no lo pueden tener en su bolsillo, sino que lo gastan y hay circulante.
Es necesario voltear a ver el campo, dice. Y enfatiza: “se lo ha dicho a los tres últimos gobiernos, en el sentido de tomar en cuenta al campo, que está marginado, que tiene un retraso, y que el único capital de riesgo está en el campo, pues las empresas e industrias tienen un seguro; sin embargo, en el campo no hay seguro, a pesar de que es ahí donde está el sustento de la población en general, que tiene que ser rentable, pero se necesita inyectarle dinero”.
LOS NUEVOS ‘COYOTES’
Líder productor desde los primeros años de la colonia –la Nueva España–, después de más de cinco siglos Tabasco enfrenta la peor crisis en el sector productor del alimento de los dioses, lo que empobrece cada día más a miles de familias cuyos ingresos han provenido, de por vida, del preciado grano.
La drástica caída en la producción de cacao ha hecho que empresas exportadoras de cacao como Agromerk, que operó en los años noventa, se vieran obligadas a cerrar sus operaciones, como lo señaló en su momento el propietario de esa compañía, Nelson Pérez García, quien aseveró que la caída en la producción es de 80 por ciento.
Los empleados de la UNPC aseguran que gran parte del cacao que acopia la Unión, es adquirido por la empresa Agroindustria Mexicana del Cacao (AMCA), misma que lo maquila en Veracruz para extraer cocoa, pasta y manteca; otra empresa más, es Industria Mexicana de Comercio (IMCO), que acopia cacao en municipios productores, y así también lo ha hecho la empresa Maya, que recibe el cacao de los ‘coyotes’ que compran en las plantaciones.
La moniliasis, enfermedad del cacao que hasta el momento no se le ha podido encontrar remedio alguno para erradicarla, fue el último traspié que se dio al sector para la baja producción, al grado de que por cada 10 mazorcas cortadas los productores sólo encontraban tres sanas.
En el mundo esa enfermedad data de casi 50 años, y a Tabasco llegó por el trasiego en la importación de granos de países africanos, de Malalsia y Ecuador, sin que se tuvieran mediadas sanitarias para controlar el problema de los envases en donde se revolvía el cacao en grano enfermo; por ahí vinieron los hongos, de Centroamérica, y entraron por Chiapas, Huimanguillo y la Chontalpa, señala el líder de los cacaoteros.
Pons Yánez apunta que la producción cayó hasta en 70%, y con el apoyo de los productores y del gobierno federal y estatal se ha estado saliendo adelante; para contrarrestar la enfermedad, se trabaja en acciones para tratar de cambiar el cacao convencional con once tipos de clones, de los cuales cinco están probados y son resistentes a la enfermedad en buen porcentaje.
Con los tres órdenes de gobierno se trabaja para reproducir plantas de jardines clonales, de acuerdo a lo que se demanda, porque no se puede ir a la tentativa y mandar al productor a sembrar cuando no se tiene un mercado seguro. Se trata de un proyecto de largo plazo, acota.
El Consejo de Productores de Cacao AC cuenta con las fincas El Morralero y Los Pinos, en Comalcalco y Cunduacán, donde se tienen 37 hectáreas de jardines clonales. Ahí se reproduce cerca de un millón de plantas para atender la demanda de los cacaoteros.
“Se tiene que salir adelante, porque talar una plantación para volverla a renovar con jardines requiere de mucho capital; por eso, la plantación deberá hacerse en base a la situación del productor”, dice el dirigente.
José Life Pons, productor del grano en Cunduacán, recuerda que antes los productores se dedicaban con su familia al cultivo; sin embargo, a raíz que nació la intensión de preparar a sus hijos, ninguno quiere ir al campo; de ahí, que para sostener un equilibrio del mantenimiento de una plantación de cacao se necesita esfuerzo humano y capital.
AL RESCATE DEL CULTIVO
El problema en Tabasco es que el producto se ha cotizado a través de Bolsa de Nueva York, por lo que en ocasiones el cacao ha alcanzado precios por debajo del costo de producción, y así no es rentable.
Por ello, se ha buscado que los productores continúen con un programa de Procampo, porque la actividad es generadora de empleo, y hablar de 40 mil hectáreas de cacao es pensar en generar hasta unos 150 mil empleos directos e indirectos.
Con 11 años al frente del sector, y haber dialogado con cuatro gobernadores, Life Pons descarta que el sector cacaotero se encuentre en peligro de desaparecer; por el contrario, dice, se está trabajado cerca de la gente y se incrementa el programa que conviene a los productores, con la buena relación que se tiene con la industria chocolatera mexicana, a fin de dar mejores resultados sobre los precios de bolsa.
Sin embargo, la producción de cacao ha disminuido drásticamente; antes se hablaba de 45 mil hectáreas, y ahora es posible que no se llegue ni a las 40 mil. Y por eso se ha puesto en marcha un programa de parcelas demostrativas, a fin de que la gente vea el cultivo y la pronta solución de cosecha con nuevos clones que empiezan su producción a los tres años, por ser de buena calidad.
Con los nuevos clones ya se tienen resultados, es un proyecto sustentable de largo plazo y cada año se tienen que ir cambiando unas mil 500 hectáreas, para llegar a la meta con los productores y gobierno del estado. De lo que se trata es de satisfacer la demanda del productor, que seis meses del año trabaja en la cosecha y el resto en labores culturales.
En el tonelaje, asegura que el sector se empieza a recuperar, y recuerda que de 45 mil toneladas anuales, récord al que se llegó en los ochenta, después fue a la baja; en las zafras 2003 y 2004, la UNPC acopió cerca de 18 mil toneladas, pero en el 2005 que llegó la moniliasis, la producción bajo a 12 mil toneladas.
Luego la merma fue más drástica: bajó a 7 mil 500 toneladas; en las zafras 2006 y 2007, la producción cayó a 3 mil 500 toneladas; en 2008 y 2009 se mantuvieron en más de 4 mil, y en 2010 subió a 5 mil toneladas y en la más reciente se llegó a cerca de 7 mil toneladas.
Es decir, lo que se cosecha ahora es casi una séptima parte de las 45 mil toneladas que se llegaron a producir en 1980, cuando la plantación eran joven y no se tenían plagas arrasantes como la moniliasis.
PLANTAS VIEJAS, CACAOTEROS TAMBIÉN
La situación del sector cacaotero no es nada halagüeña: a las plagas y enfermedades y las plantaciones obsoletas hay que agregarle otro problema: los productores, también viejos, ya no cuentan con la fortaleza que tenían hace 20 años.
Según José Life Pons, el gobierno del estado ha dado a los cacaoteros garantía líquida porque no podían acceder a créditos, y no tener dinero era muy triste para hacerle frente a la cosecha; por eso el gobierno aportó garantía líquida para contar con préstamos de Financiera Rural, que ha otorgado créditos para enfrentar la demanda del sector.
Anteriormente –recuerda–, esa garantía se daba a través de los inmuebles de la Unión Nacional de Productores de Cacao (UNPC), pero al no poderse pagar los créditos quedaron embargados; de ahí que se trabaja mucho para rescatar los inmuebles, todo con el apoyo del gobierno estatal.
Reconoce que México no es autosuficiente en producción de cacao, por las razones siguientes: porque los productores han aminorado la producción, en tanto que los requerimientos de la industria son cada vez mayores y ello ha obligado a importar grano de otros países.
Sin embargo, el dirigente cacaotero se pronuncia por regular las importaciones a través de Sagarpa y Economía, a fin de que cuando se empiece a cosechar en México, haya mercado interno dónde vender el producto, porque la UNPC no se puede dar el lujo de guardar el cacao como las 400 toneladas que se mantienen actualmente en bodega.
Reconoce que Tabasco se encuentra en una crisis generalizada porque este año habrá una producción importante, de más de 25 mil toneladas, pero no existe el mercado para comercializarla; aparte, indica, los precios del producto cayeron drásticamente, lo que pone en riesgo la zafra 2001-2012 , sobre todo, porque el gobierno mexicano ha empezado a introducir grano de otros países como Malasia y Ecuador, en donde se produce más cacao en el mundo.
PRODUCCIÓN EN RIESGO,
Urgió a que es necesario que el gobierno federal disponga un programa de ayuda para los productos mexicanos, de lo contrario hay el riesgo de que se pierda la producción del año próximo.
Afirmó que si bien se va saliendo del problema de la moniliasis, es necesario contar con un mercado para vender el grano a buen precio, y tener la plantación en buenas condiciones.
El dirigente cacaotero, reconoce, que el sector ha sido de importancia en el campo, pero se requiere trabajar de la mano con los productores, porque se tiene un retraso, por eso la insistencia ante la normativa federal de que se tenga un plus o precio cacaotero, que garantice a los productores un precio para no estar con la incertidumbre de a cómo se venderá el cacao, porque en cualquier momento se puede inundar el mercado nacional de cacao extranjero.
En la zafra 2011, hasta el 14 de abril de este año, se tenía un mercado de 3 mil 820 dólares la tonelada; hoy es de 2 mil 970 dólares; es decir, se tiene una caída en el precio de 850 dólares por tonelada, lo que afecta gravemente el precio del cacao nacional, e insiste en no recurrir a la exportación porque se haría ‘a precio de bolsa’, y habría que descontarse el costo de arancel, traslado y almacenamiento, así como seguro, cuyo costo total es de casi 500 dólares, por lo que el precio bajaría más.
TRAMITILOGÍA, TAN DAÑINA COMO PLAGAS
En la Industrializadora de Cacao de Tabasco (Incatabsa) se trabaja aún con problemas que se tienen con IMSS e Infonavit, que datan de hace 24 años, y para el dirigente, esto debe terminarse porque se trata de una industria grande, que elabora productos terminados como manteca y cocoa.
La UNPC mantiene aún deuda de alrededor de 17 millones de pesos, y en el caso de la deuda con el IMSS, se le ha ofrecido pagarle 3 millones de pesos; dicho pasivo data de hace más de dos décadas, cuando solo eran 2 millones 60 mil pesos, y se convirtió en 17 millones. Los problemas con Hacienda se resolvieron con esfuerzo de los productores y apoyo del gobierno del estado.
Refiere que el apoyo al sector con las dependencias federales como Economía, y Sagarpa, se da a través de ventanilla, con apoyos individuales, porque los cambios de las reglas de operación con la Federación fueron drásticos, y el productor, ante la exigencia de tantos documentos, decide dejarlo de tramitar.
Se queja que a los productores se les siga llamando ‘morraleros’, cuando es un sector importante, y hay productores que cosechan hasta 20 toneladas.
Apunta que las plantaciones de cacao son el único ‘pulmón’ que tiene Tabasco, pues las 40 mil hectáreas generan riqueza, ambiente climático, vida, pero además generan empleo, y como ejemplo, dice, una producción de 20 mil toneladas a 40 pesos el kilo representa una derrama económica de 800 millones de pesos, que los productores no lo pueden tener en su bolsillo, sino que lo gastan y hay circulante.
Es necesario voltear a ver el campo, dice. Y enfatiza: “se lo ha dicho a los tres últimos gobiernos, en el sentido de tomar en cuenta al campo, que está marginado, que tiene un retraso, y que el único capital de riesgo está en el campo, pues las empresas e industrias tienen un seguro; sin embargo, en el campo no hay seguro, a pesar de que es ahí donde está el sustento de la población en general, que tiene que ser rentable, pero se necesita inyectarle dinero”.
LOS NUEVOS ‘COYOTES’
Líder productor desde los primeros años de la colonia –la Nueva España–, después de más de cinco siglos Tabasco enfrenta la peor crisis en el sector productor del alimento de los dioses, lo que empobrece cada día más a miles de familias cuyos ingresos han provenido, de por vida, del preciado grano.
La drástica caída en la producción de cacao ha hecho que empresas exportadoras de cacao como Agromerk, que operó en los años noventa, se vieran obligadas a cerrar sus operaciones, como lo señaló en su momento el propietario de esa compañía, Nelson Pérez García, quien aseveró que la caída en la producción es de 80 por ciento.
Los empleados de la UNPC aseguran que gran parte del cacao que acopia la Unión, es adquirido por la empresa Agroindustria Mexicana del Cacao (AMCA), misma que lo maquila en Veracruz para extraer cocoa, pasta y manteca; otra empresa más, es Industria Mexicana de Comercio (IMCO), que acopia cacao en municipios productores, y así también lo ha hecho la empresa Maya, que recibe el cacao de los ‘coyotes’ que compran en las plantaciones.
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