Este mes, el diputado federal del PRD Rodolfo Lara Lagunas presentará su libro ‘Al rescate de la escuela pública’, en el que trata de responder a una pregunta: ¿Qué hacer ante el desastre educativo nacional?
El autor, de 49 años de ejercicio magisterial, en el que ha sido docente de Primaria y profesor, subdirector, director, inspector y coordinador de Secundarias, presenta en su trabajo diagnósticos y propone alternativas.
Al revisar la pregunta axial: ¿Por qué se ha multiplicado la apatía entre el magisterio?, considera:
“No hay más que una respuesta: por el abandono de los valores que nos han legado nuestros héroes a través de sus luchas por mejorar nuestra patria, por el abandono del patriotismo”.
Cita como ejemplo, que en Tabasco, hace más de una década una administración local mandó a imprimir carteles con los valores que deberían fomentarse en las escuelas. Y en ninguno de los puntos del decálogo seleccionado apareció el patriotismo, el amor a la patria, como uno de los valores fundamentales.
Las autoridades que se mueven al ritmo del discurso empresarial han metido a los docentes el rollo oligárquico que promueve la formulación de la visión, misión y valores para cada escuela, “¡como si éstos no existieran en el artículo tercero constitucional, producto de las grandes luchas históricas de los mexicanos!”, sostiene.
UN TAXISTA, UNA MAESTRA DE CORTE…
El resultado de este proceso es catastrófico. Pregúntese a los profesores cuántos cursos de actualización han recibido sobre la historia nacional, y la respuesta es asombrosa: casi ninguno. Se da por entendido que todos la conocen, ¿pero es cierto?
También, narra una estrategia fallida:
“Hace más de tres lustros, la administración estatal quiso liberarse de la tutela sindical en relación a los nombramientos de los inspectores de secundarias. Y aunque se hizo de buena fe y con el deseo de corregir y mejorar la selección de estos mandos, se cometieron graves errores.
“Se nombraron a 17 supervisores —uno por municipio—; de ellos, tres no eran profesores. Se dijo que uno era taxista, otro fotógrafo y una profesora de corte y confección. El resto no había ocupado los puestos de subdirector y director. Esto es, ninguno tenía el perfil que exigía el cargo de inspector. En el mismo acto que se dieron a conocer tales nombramientos, estalló la protesta de los directores presentes.
“La innovación resultó peor que las prácticas del poder sindical (…) La insurgencia fue abanderada por el SNTE, derrotando finalmente esta iniciativa, aunque bien intencionada pero carente de legalidad y prestigio de los que habían recibido tales nombramientos”.
Por ello, Lara Lagunas propone crear un sistema de contrapesos en las comisiones escalafonarias. En ellas deberán coexistir funcionarios de la Secretaría de Educación, representantes sindicales —incluyendo a los sindicatos independientes— y miembros de la sociedad civil. Esto es, la propuesta elimina el bipartidismo de las mixtas escalafonarias, para pasar al tripartidismo.
Esta fórmula reduciría la corrupción, la impunidad y la hegemonía del SNTE..
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