lunes, 14 de enero de 2013

POLICRONÍA SEMANAL

Honor con valor se cumple 


Tiempos de cambios y de comentes, rumores, dimes y diretes. Los salidos en el ámbito federal y local hoy tienen un juicio de valor que redunda en miradas serias y pensares airados. 

Rosa Elvia Bracamontes / rosaelviab@hotmail.com



A Felipe Calderón le está tronando el chirrión por el palito al pretender continuar con una vida campante en EUA. Harvard no puede contar con un político implicado en delitos de lesa humanidad contra millones de mexicanos, más lo que se le acumule por haber faltado a su compromiso constitucional.

Mismo caso de Andrés Granier, situado en la historia tabasqueña como el peor gobernador. Buena la tiene el gobierno entrante que, les guste o no, deberá investigar a fondo hasta dónde se hicieron del patrimonio de los tabasqueños. Se puede, para muestra Chiapas con sus alcaldes procesados por peculado más lo que se acumule.
Esto no es noticia actual, muchísimos periodistas y ciudadanos se dieron a la tarea de proclamar a los cuatro vientos los desmanes cometidos. El tilde de facinerosos, rijosos, chayoteros y más se dejó escuchar. El chiste era callar esas voces, según todo era mediático.
Justo esto llevó a la crisis institucional que hoy priva en la entidad. El silencio es la mejor guarida de las ilegalidades en cualquier gobierno. Una sociedad callada, una sociedad condenada. Pero un gobierno sordo es pase seguro a una nueva debacle.
Sin duda la experiencia política del titular del Ejecutivo debe hacer la diferencia y le obliga a mejorar la vida de los tabasqueños en la medida que el tiempo y los recursos le permiten. Y si bien no es ‘Súper Núñez’, como jocosos refieren, ya lo dijo Martí: el que no pueda, que renuncie. Y no es el caso.
Hoy, las voces se alzan ante el despido masivo en la burocracia estatal y de los Ayuntamientos donde se situaron las izquierdas. Que así se hizo en el pasado, cierto. Mas no había ocurrido en gran dimensión a nivel estatal; la bolita se pateaba entre el priismo.
Igual se piensa: no afectará al estado, pues el número de los que se van es igual a los que llegan y la economía subsistirá del mismo modo. No es así, pues los primeros estuvieron supeditados a papá gobierno y los que llegan, de un modo u otro, bregaban para llevar la comida a sus familias.
Cabe recordar que la reingeniería del sexenio pasado repercutió en la iniciativa privada, ante la merma del poder adquisitivo de las familias chocas. Y es lógico suponer que los tabasqueños que no cuenten con recursos ante el despido, pasarán las de Caín para levantarse de nuevo.
Si a esto aunamos que el gobierno debe liquidar legalmente a todos los despedidos y pagar fondos de ahorro, el acorrale financiero estará sabroso para el erario, amén de que seguro veremos crecer la incidencia delincuencial, pues quien se ve sin dinero buscará llevar la comida a sus hogares a como dé lugar y esto no es favorecedor por donde se le vea.
Los pasos deben darse con pie de plomo. La planeación de las estrategias a seguir debe contener suma inteligencia y apego a lo que marca la Ley, a fin de no incurrir en los excesos hartamente criticados a los salientes.
El primer mandatario empeñó su palabra. Sólo se irían las cabezas y los que sin justificación mamaban de la chiche del estado. Se necesita valor para cumplir. Ahora sabremos qué tanto trecho hay del dicho al hecho.  

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