La inconclusa obra vial no lleva de avance ni 10% de 31 kms. de longitud; por no haberse realizado, tabasqueños lo han pagado con sus vidas. “Esta ciudad cambiará, lo digo sin exagerar”, prometió el Presidente... ¡Y exageró!
Roberto Barboza Sosa / rbarbozasosa@hotmail.com
Todas las capitales estatales y ciudades importantes del país cuentan con modernos libramientos viales para evitar que el tráfico pesado y de automovilistas que llevan otro destino, atasquen, dañen sus avenidas y atemoricen a la población.
La excepción, por supuesto, es la capital de Tabasco, donde su gente no sólo está expuesta al estrés de los congestionamientos viales provocados por casi 20 mil tráiler, camiones, autobuses y vehículos que diaria y obligadamente cruzan Villahermosa, con destino al Sureste y Península, o a la inversa, hacia el centro del país.
La falta de una carretera de este tipo que evite el ingreso de camiones a esta capital, además de percances cotidianos y obstrucción de las avenidas, ha cobrado vidas de tabasqueños.
Hace un año (11 de noviembre de 2011), la volcadura de un carro-tanque con 25 mil litros de diesel, en la calle Sitio Grande, fraccionamiento Carrizal, mató a tres personas, lesionó a tres más, quemó siete casas y siete coches, así como ocasionó daños incalculables, que hasta la fecha no son reparados por el responsable.
Ese día era de madrugada cuando el auto-tanque de la empresa Energéticos Centrifugados del Norte, S.A. de C.V. (ECNORSA), placas 946DK-6 del Servicio Público Federal, cruzaba por esa avenida con destino a Ciudad del Carmen, Campeche. La tragedia no alcanzó mayores proporciones, porque el diesel es menos explosivo que la gasolina, gas u otro líquido tóxico que a diario llevan centenares de pipas y tráiler que cruzan por esta capital.
Por lo menos, otros tres años, si no es que más, la población de la capital tabasqueña seguirá con el calvario y maldición de estar expuesta a una calamidad como la vivida por los vecinos del fraccionamiento Carrizal, así como de seguir sufriendo los embotellamientos por la circulación de vehículos foráneos que van de paso.
El gobierno federal encabezado por Felipe Calderón Hinojosa engañó a los tabasqueños al incumplir con la obra del Libramiento de 31.2 kilómetros, cuyo banderazo para su construcción dio el 12 de febrero del 2009, y que se prometió concluirlo para fines de 2011.
Aunque se habla de casi 50 por ciento en su construcción, en realidad la inconclusa obra vial no lleva de avance ni el 10 por ciento de la longitud de esa urgente vialidad para esta capital.
El proyecto consta de cuatro carriles construidos sobre 60 metros de ancho de derecho de vía; conectará a la carretera federal de Coatzacoalcos con las de Ciudad del Carmen y Escárcega.
Con un camellón de 10 metros, el Libramiento presupuestado en casi dos mil millones de pesos incluye además la construcción de cuatro entronques, 73 obras de drenaje, 10 puentes, entre ellos el de 180 metros de longitud que cruzará el río Grijalva, así como de puentes peatonales.
ATORADOS CON EL ‘DERECHO DE VÍA’
El secretario de Obras Públicas del estado, Héctor López Peralta, afirma que la Secretaría de Comunicaciones y Transportes federal (SCT) ha tenido problemas con la liberación del derecho de vía, por los diversos tipos de tenencia de la tierra, donde existen ejidos, terrenos intestados, predios de poseedores y hasta quienes quieren vender a precio de oro.
Recuerda que aunque el gobierno del estado quiso coadyuvar con la SCT, pues se intentó realizar un convenio para efectuar expropiaciones estatales, por diversos atrasos no se pudo. Acota que es más rápida una expropiación estatal, que una federal, pues esta última implica mayores trámites.
López Peralta afirma que no hay pretexto para no concluir esa obra vial. “No existe riesgo de que quede inconclusa, pues el presupuesto está asegurado” en el Fondo Nacional de Infraestructura (Fonadin).
‘BUENAS NOTICIAS’ QUE NO LO FUERON
La SCT ya tiene licitados 19 de los 31 kilómetros, pero el avance de ese tramo adjudicado a las constructoras va demasiado lento.
El 12 de febrero de 2009, cuando dio el banderazo de inicio a la construcción del Libramiento, en un paraje de la ranchería Lázaro Cárdenas, el presidente Felipe Calderón blasonaba y alardeaba de que le había traído buenas noticias a los tabasqueños y a esta zona del país, por el arranque de esa obra.
Ante dirigentes empresariales, diputados y alcaldes de esa época, el jefe del Ejecutivo federal decía que él correspondía bien así, agradecido “por el cariño que me han profesado los tabasqueños, a mí y a mi familia, a mi señora esposa”.
“Y como obras son amores y no buenas razones, por eso estamos hoy en esta tarde para arrancar, para dar el banderazo de salida a una obra largamente añorada por Villahermosa y por Tabasco”, se vanagloriaba Calderón Hinojosa en esa ocasión.
Incluso, el propio Calderón justificaba la construcción de la obra, al recordar que durante la inundación de 2007, cuando había mucha necesidad y urgencia de mover víveres, personas, ayuda, Villahermosa tenía grandes complicaciones detrás, por la propia morfología de la ciudad, por los ríos que la cruzan y bañan, así como por la configuración del terreno.
“Por esa razón este libramiento, la verdad, va a ser de mucha, mucha utilidad para Villahermosa”, admitía Calderón al presenciar el arranque de su edificación.
Y VILLAHERMOSA ESTARÍA MÁS CERCA…
“Sé —decía en su perorata el Presidente— que esta ciudad cambiará, lo digo sin exagerar, cambiará su propia morfología urbana, la propia calidad de vida de su gente, en cierta medida, con este libramiento. Pero también va a ayudar a la región y va a ayudar a México”.
Según su argumentación, primero agilizaría los costos en términos de tiempo y de dinero para el traslado de mercancías, no sólo entre Villahermosa y Ciudad del Carmen, o Villahermosa y Campeche, o Villahermosa y Coatzacoalcos, sino en realidad para todo el flujo de mercancías de esta zona del Sureste del país.
“También ganarán con el Libramiento, pues la gente que tiene que trasladar mercancías, en lugar de tener que cruzar Villahermosa, dañando además las calles, los cruces, saturando el tráfico, va a poder librar por el norte de la ciudad.
“Ganan en velocidad, en costos, casi 20 mil automovilistas, que conservadoramente estimamos que pasarán a diario por esta zona; ganan también en calidad de vida todos los tabasqueños que viven en la ciudad, que se calculan, conservadoramente, en 650 mil en Tabasco, 115 mil en Ciudad del Carmen. Va a quedar Campeche más cerca que nunca de Villahermosa”, declaró.
El hoy todavía Presidente de la República sostenía hace cuatro años que cuando se concluyera el Libramiento se reduciría notablemente el tráfico de esta ciudad. “La seguridad vial, por otra parte, va a ir en aumento”.
Se jactaba que también sería una obra con su complejidad, porque cruzaría el río Grijalva y su enorme caudal, para poder comunicar directamente, desde el extremo de la carretera que va hacia Veracruz, hasta el extremo de la carretera que va hacia Campeche.
“LA PALABRA QUE SE CUMPLE…”
Y en aquella ocasión, también el gobernador Andrés Granier Melo elogiaba a quien en menos de un mes dejará el cargo de Presidente de la República:
“La palabra que se cumple, transforma. Hoy, gobierno federal y estatal estamos cumpliendo la palabra empeñada con los tabasqueños”, afirmaba el mandatario estatal.
Y aseguraba que con el inicio del Libramiento de Villahermosa, Tabasco será un estado más fuerte, más competitivo y mejor comunicado.
Agradecía Granier Melo a Calderón Hinojosa por refrendar su compromiso con todos los tabasqueños, y aseveraba que después de varias décadas —“más de tres Presidentes”, acotó—, ese 12 de febrero del 2009, arrancaba “una de las obras más importantes para modernizar a Villahermosa”.
Nuestra capital —aseguraba Granier— por fin tendrá un libramiento carretero a la altura de su importancia estratégica para la región y el país. Con el libramiento le daremos a Villahermosa un mejor flujo vehicular y tendremos una mejor comunicación carretera con los otros estados de la región.
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