lunes, 1 de octubre de 2012

POLICRONÍA SEMANAL


Por un Tabasco mejor


Tabasco es uno de los estados más prósperos a nivel nacional, o debería serlo, en virtud de la derrama económica que apareja la existencia del petróleo y la afluencia de recursos económicos y humanos que desplaza a estas tierras para su explotación.

Rosa Elvia Bracamontes / rosaelviab@hotmail.com


Esto debería tenernos como punteros en los temas de mayor trascendencia como el empleo, la educación, seguridad, etc., a fin de mantener las condiciones para la estabilidad de los tabasqueños y toda aquélla que viene a Tabasco a contribuir con el crecimiento del estado, como sucede en el caso de la Plaza Altabrisa, por citar ejemplo.
Mi letra el día de hoy va enderezada a hacer conciencia que a lo largo de cinco años hemos visto que la campaña política de quien hoy está al frente del Ejecutivo y los del Legislativo no cumplieron en la medida de las expectativas generadas a la sociedad, en su momento. Hoy Tabasco vive de cerca muchísimos conflicto, derivados del problema más grave por el cual transitamos: la inseguridad.
¿De qué sirve crear esquemas de productividad, si cualquier ciudadano que se anime a invertir en la entidad y la sociedad se entere, será visto como un negocio redondo por los criminales, quienes saben estamos solos en el desierto de nuestras calles?
Porque estamos solos. Si dan lectura a los diarios, de cualquiera de los de su preferencia, verán que la labor de prevención de delitos no se cumple y a diario tenemos muertos, secuestros, robos a casa habitación, asaltos en las calles, robos de vehículos.
Evidentemente el sistema ha fallado y nadie ha enfrentado el tema con la honestidad que amerita. Esta situación debe enfrentarse con la responsabilidad que merece; ignorarla conllevará a que en cualquier momento perdamos a algún familiar a manos de los delincuentes. Cosa no grata.
Cierto que el Poder Ejecutivo se encarga de mover los hilos para que los servicios públicos que de él dependen —incluida la seguridad pública— se generen con efectividad. Pero, ¿de qué sirve tener un arsenal de sujetos medianamente capacitados para custodiar en las calles, si no cumplen sus funciones al tenor que la Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos y las atinentes del ramo le imponen? También lo es que el Poder Legislativo es el brazo obligado a vigilar que los grupos sociales subsistan en las mejores condiciones que tanto el presupuesto y las políticas públicas disponen.
No sólo son vulcanizadores de leyes. Sin embargo, únicamente se ven en los tiempos de campañas en los sectores poblacionales donde solicitan la gracia del voto. De ahí en fuera, nada.
Es tiempo de cerrar filas entre todos los sectores sociales, para exigir a nuestras autoridades el cumplimiento de sus obligaciones en materia de seguridad pública.
Deben dar la cara y expresar al pueblo de Tabasco qué están haciendo y harán en tal materia; que expliquen por qué nuestras calles están desiertas, cuando los políticos de primer nivel no carecen de escoltas, siendo que la mayoría de los ciudadanos estamos sueltos de pata y mano y somos presa fácil de mezquindades criminales.
Los tabasqueños cubrimos los impuestos con los cuales pagan los sueldos de los elementos que custodian a personajes que no le reditúan a la sociedad. Y justo por ello estamos en todo el derecho del mundo de demandar tal servicio con la eficiencia suficiente para que aminore el índice de criminalidad del que somos objeto.
El derecho a vivir con paz y tranquilidad, bajo el respeto estricto a nuestros derechos fundamentales como son la vida, la salud, el patrimonio, la tranquilidad, no son ideas provenientes de mentes febriles o disparatadas. Son valores custodiados por nuestra Carta Magna y a nivel internacional.
Es tiempo de exigir lo que hasta hoy nos han quedado a deber. Empezando por ahí.  

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