lunes, 8 de octubre de 2012

Inmigrantes ‘desaparecidos’: historia de hondureño que se tabasqueñizó


Roberto Barboza Sosa / rbarbozasosa@hotmail.com


En 2003 salió de pueblo natal San Manuel, Departamento de Lempira, Honduras. Como la mayoría de sus paisanos, expulsados por la pobreza y falta de oportunidades de su país, iba en busca de trabajo a los Estados Unidos.
El inmigrante hondureño Servelio Mateo Campos apenas cumplía los 19 años de edad cuando se bajó en una parada del ferrocarril, en el que viajaba junto con centenares de indocumentados.
La sed y el hambre lo llevaron a descender para buscar saciar esas necesidades básicas de sobrevivencia.
El tren siguió su camino cuando Servelio regresó. Se quedó en Lomas Alegres, Tacotalpa. Desde entonces, ni él ni sus familiares habían logrado comunicarse, incluso en su pueblo lo daban por muerto.
Esta persona ya formaba parte de las ‘estadísticas’ de migrantes desaparecidos. Se carece de una cifra exacta, pues ningún gobierno, de los países de Centroamérica, México y Estados Unidos, se ha dado a la tarea de llevar registros oficiales de este fenómeno. Sólo existen estimaciones de que son alrededor de sesenta mil inmigrantes desaparecidos, a la fecha.
Este joven inmigrante decidió ponerse a buscar trabajo en las cercanías de donde lo había dejado el tren y se dedicó a realizar labores del campo, inicialmente, hasta que se estableció en la ranchería Calicanto primera sección, de Jalapa, donde ahora tiene como actividad ayudante de albañil.
Servelio se casó en ese lugar, donde vive con su esposa y dos hijos, nueve años después de salir de su tierra.
Con el apoyo de la organización no gubernamental Movimiento Mesoamericano de Migrantes, la agrupación alemana Médicos Internacionales y ONG’s centroamericanas, el hondureño ‘desaparecido’ fue localizado, y finalmente contactado con sus familiares.
El huimangüillense Rubén Figueroa, integrante del Movimiento Mesoamericano de Migrantes, señala que para la mamá del hondureño, Silvia Campos, se acabó el sufrimiento al saber que su vástago estaba vivo. Ambos hablaron vía telefónica, con las facilidades que les dieron las ONG’s.
Ahora, madre e hijo, se preparan para encontrarse en el próximo mes, cuando pase por Tabasco la Caravana de Madres de Migrantes Desaparecidos.
Pero los casos como los de Servelio son los menos, pues otros inmigrantes desaparecidos, o han sido asesinados, son objeto de ‘trata’ o están encarcelados, pero de cuyos datos no se tiene ninguno. 
“Para el gobierno son invisibles y continúa la indiferencia en este tema ante la inexistencia de una base de datos”, afirma Rubén Figueroa.
La falta de recursos económicos impedía a Servelio comunicarse con sus familiares, y ya no regresaba a su tierra por temor de no poder regresar a ver a su familia mexicana, o de que pudiera ser secuestrado en la peligrosa ruta de los indocumentados por Tabasco.

AHORA ES ‘MEXICANO’

Servelio buscó la forma de regularizar su estancia legal en México, y sólo le falta pagar su pasaporte para poder viajar en forma legal a Honduras.
De vez en cuando, Darvelio siempre regresaba a las vías del ferrocarril para ver si encontraba a alguien de su pueblo San Manuel, que le diera noticias de su familia y de que le avisara que se encontraba bien.
De los inmigrantes que atraviesan por Tabasco, la mayoría provienen de Honduras, pues es por esta ruta que les queda más cercana la vía del ferrocarril, además de los países centroamericanos, son los que menos utilizan coyotes o polleros en su afán de llegar a los Estados Unidos.
Según las estadísticas del Instituto Nacional  de Migración (INM), del total de inmigrantes asegurados, tres mil 231 fueron hondureños, mil 970 guatemaltecos, 633 salvadoreños, 53 nicaragüenses, además de 33 ecuatorianos, 22 colombianos, tres beliceños y un brasileño.
También hay 32 cubanos, 38 hindúes, ocho chinos, 15 hatianos, siete dominicanos, ocho de Sri Lanka, un esloveno, entre otras nacionalidades de Europa, Asia y África.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario