lunes, 20 de agosto de 2012

DOSSIER

Gabinete de Núñez: los adelantados 
La pelea y el veto de las tribus

Públicamente nadie lo acepta, pero entre sus grupos y hacia el interior de la actual administración han dejado sentir su influencia, tienen promotores naturales, los que siempre buscan un espacio a costa de lo que sea y los propios, aquellos que se encargan de preparar el terreno para el arribo del jefe del grupo. 

Javier Marín Hernández / clip.marin@gmail.com


Así, varios son los nombres mencionados para integrar el gabinete de Arturo Núñez Jiménez en algunas Secretarías, como la de Gobierno; aunque se manejan cuatro nombres, uno de ellos es el que suena adentro y afuera.
Pedro Jiménez León, Víctor Manuel López Cruz y, aunque suene increíble, Gustavo Rosario Torres; pero es Oscar Cantón Zetina quien se menciona como el perfilado.
¿Y qué tendrían de extraordinario?
Nada, absolutamente nada.
Los cuatro personajes son sólo mitos, que han visto transcurrir el tiempo sin que se les conozca una acción trascendente en favor de la entidad y de sus habitantes. En esencia son más recordados por los enfrentamientos que han protagonizado en contra de actores políticos antagónicos y hasta en conflictos familiares en distintas fases de la historia política contemporánea de Tabasco, más allá de eso nada.
Con una elección de este tipo en nada cambiaría el atribulado escenario de la entidad.
La presencia de estos cuatro personajes en la campaña política de Núñez Jiménez fue de muy bajo perfil, ciertas tareas encomendadas ni siquiera pudieron cubrirse con las expectativas que originalmente se plantearon.
Las circunstancias fueron las que realmente abonaron de manera importante para el triunfo de la izquierda en el gobierno de Tabasco; si en verdad hubiesen operado, como presumían y presumen, la ventaja del ganador hubiera sido mayor a la que obtuvo.
Pero no hubo una victoria contundente, como la de Chiapas, por ejemplo.
De manera que sólo son mitos y una especie de engañabobos.
En la arena de las discusiones y del draft de nombres, mujeres y hombres, como ocurre cada inicio de temporada en el fútbol mexicano, se mueven y se promocionan entre dueños, directivos de medios y periodistas para tratar de aparecer en los primeros lugares.
Así, en la Secretaría de Educación, el diputado Fernando Valenzuela Pernas de la mano de la actual secretaria, Deyanira Camacho Javier, quien aspira a que la ratifiquen en el puesto para seguir otorgando contratos de capacitación a una empresa familiar y coadyuvando para sortear las dificultades de otro cercano, despedido de Pemex por malos manejos.
Mientras el cardenense acuerda con el compromiso de una recomendación o en su defecto alguna posición en caso de darse su arribo a la Secretaría. Pura simulación.
Una experta en educación, quien se ha descartado para asumir en un momento dado esa encomienda, al interior de la dependencia se le apuesta como la sucesora, por el apoyo que tendría de cierto grupo influyente en los medios de comunicación de Tabasco.
¿Y las tribus? Como es natural, empujan con todo para que en las unidades administrativas y jurídicas queden perredistas de trayectoria, ahí está centrada la estrategia de algunos líderes de corrientes del PRD.
Ninguno de ellos pretende entrar en conflicto con el gobernador electo por los nombramientos en las Secretarías, pero a la hora de las negociaciones empujarán sus acuerdos, con la finalidad de acotar al gabinete.
En este punto pretenden hacer valer su derecho al veto.
El gobernador electo entra al terreno de juego y se sale, está constantemente fuera de Tabasco, aprovechando para sus reuniones que buscan integrar un mejor presupuesto para la entidad y al mismo tiempo se quita presión.
Quizá lo único cierto es que todos los que se andan moviendo lo están haciendo a título personal.
Todavía no hay indicaciones, quien se promueve y presume, simplemente está mintiendo.  

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