lunes, 11 de junio de 2012

Pese a ser mayoría, mujeres sufren discriminación



Según especialistas, es tal el grado de desigualdad de las féminas en Tabasco, que la procreación, sumisión, abnegación, obediencia y dependencia son palabras relacionadas comúnmente con ellas 

Alejandro Esquivel C. / alesquivelc@hotmail.com


Pese a que casi en todas las naciones del mundo las mujeres tienen derecho a votar y ser votadas, en México y especialmente en Tabasco —donde representan el 51.53 por ciento de la lista nominal de electores—, su representación en el sector público y en el quehacer político es muy baja respecto a los hombres.
Esta desigualdad, que deriva de estereotipos y prejuicios sociales y culturales, ha provocado que el género femenino exija mayor participación en las decisiones importantes de la entidad, pero también espacios desde donde su voz sea escuchada.
De acuerdo al último censo de población del INEGI, en Tabasco el 50.8 por ciento de la población son mujeres y el 49.2 hombres; lo mismo ocurre en la lista nominal del IFE, que arroja que en la entidad hay 788 mil 44 mujeres contra 741 696 hombres.
Y no obstante que el género femenino es mayoría, históricamente han sido rezagadas y desplazadas para incorporarse y participar en la vida pública de la entidad.
Recientemente, las autoridades electorales federales y estatales apercibieron a los partidos políticos a que cubrieran las cuotas de equidad de género en la designación de candidatos, puesto que la mayoría de las nominaciones fueron otorgadas a varones.
Ante ello, debieron designarse candidatas para diputaciones y hasta regidurías, y a algunos partidos —como el PRD— hubo de cancelarle el registro a un candidato para que cubriera este requisito establecido en su normatividad interna.
Para Hortensia de los Ángeles Acosta Ramos, especialista en equidad de género, salvo contadas excepciones de quienes han ocupado cargos en la política y el sector privado, muy pocas mujeres ocupan cargos directivos o puestos de responsabilidad administrativa o ejecutiva, ya que esas posiciones están reservadas para los hombres, sin importar si están capacitados o preparados para tal efecto.
Más allá de eso, alega que en la actualidad muchas mujeres tabasqueñas se han convertido en el único sustento y soporte del núcleo familiar, llevando a cuestas la carga del mismo cuando las adversidades así lo han planteado, por lo que no se justifica que no se les tome en cuenta para participar en la toma de decisiones de la vida pública estatal.

MENOS PROPENSAS A CORRUPCIÓN
Acosta Ramos señala que ante la brutal crisis de credibilidad de los gobiernos por la comisión de actos indebidos, el principal aspecto a considerar para contemplar su incorporación en la vida pública lo constituye el hecho de que con base en su propia naturaleza y condición, las mujeres son menos propensas a la corrupción, así como a ejecutar actos arbitrarios, prepotentes y autoritarios.
Propone que se reforme la Ley Orgánica del Poder Ejecutivo para que en todas las dependencias, entidades y organismos que conforman la administración pública se aplique una cuota equitativa y proporcional de igualdad de género en la asignación de cargos públicos, dirigida a las mujeres.
Asimismo, plantea la urgente necesidad de una reforma integral para que en todas las leyes locales se incluya como obligatoriedad la observancia del derecho de igualdad de género para permitir que la mujer tabasqueña incursione activamente en la vida pública de la entidad.
Además, señala la necesidad de actualizar y modernizar la normatividad que regula el funcionamiento y operación del Instituto Estatal de las Mujeres para que se transforme en auténtico garante de la equidad y representativo de sus derechos.

SOMETIDAS, EXCLUIDAS, MARGINADAS…
Al referirse a la modernización legislativa contra la violencia de género, María Trinidad Torres Vera, externa su preocupación porque dicha violencia se ha manifestado de diferentes maneras, ya sea física, psicológica, sexual o económica, pues de una u otra forma la mujer ha estado sometida a la violencia intrafamiliar y también a la exclusión y marginalidad de la vida pública.
Torres Vera refiere que según el INEGI, de 674 mil 202 mujeres encuestadas en Tabasco, el 94% manifestó haber sido víctima de abuso sexual (cifra muy elevada respecto a la media nacional que es de 41.9%), mientras que 93.5% dijo haber sufrido intimidación, cifra que resulta aún más desigual respecto al promedio nacional, que es de 30.3 por ciento.   

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