De 50 a 60 mil indocumentados al año cruzan por Tabasco, afirma el responsable jurídico del organismo de defensa de los derechos humanos
Samuel L. Soto Giles. / gi_les@hotmail.com
Parte 2 de 2
El Comité de Derechos Humanos de Tabasco, por su defensa a migrantes, ya ha recibido veladas amenazas.
El responsable del área jurídica, Efraín Rodríguez León, revela que lo más delicado que les ha pasado, —“y quiero pensar que es un caso aislado”, afirma— fue hace como ocho meses cuando al albergue El Santuario, en Macuspana, llegaron camionetas de noche con gente armada.
A ese refugio lo atiende gente de la pastoral de una iglesia de Macuspana, gente que capacita el Codehutab.
“Afortunadamente no agredieron a nadie, se retiraron”, dice.
Relata que los hechos ocurrieron de noche. Que en ese centro de atención al migrante no hay oficinas; lo que se tiene es una cocina, una bodega, una palapa con una barra de concreto y colchonetas donde descansan los migrantes. Hay baños donde se asean.
Recientemente construyeron un pequeño dispensario médico para dar el apoyo humanitario al migrante.
“Es cierto que los migrantes tienen tranquilidad en el tiempo que están en el albergue, pero al subirse al tren y emprender el viaje es donde se hace grave el peligro”, afirma.
Porque en ocasiones, como los medios de comunicación han dado cuenta, es en el tren donde los delincuentes perpetran los secuestros. Detienen el vehículo en lugares despoblados y ahí los secuestran.
Recurriendo a documentos y a la memoria, Rodríguez León comenta que a nivel nacional Codehutab pertenece al Foro Migraciones, una red que aglutina a 70 organizaciones de todo el país “que trabajamos en la línea de derechos humanos”.
Hace un silencio y asienta que las organizaciones de ese Foro no están satisfechas al cien por ciento “pero sabemos que hay un avance significativo y conforme se vaya utilizando esto se tiene que ir perfeccionando”.
Explica que el problema está en que se mantiene la posibilidad de los desalojos y operativos violentos.
“Porque es en el trayecto de la frontera a Tenosique, donde los detienen; ellos tienen que viajar a pie o en el transporte local como combis, taxis, pochimóviles”,
Ahí también son objeto de robos, les cobran pasajes demasiados caros, y en ese trayecto operan las bandas delincuenciales; es en ese tramo de la frontera a Tenosique donde los capturan agentes del INM.
“Creo que en el futuro el Instituto Nacional de Migración llevará a los migrantes asegurados en Tabasco a Palenque porque ahí se está haciendo una macro estación migratoria”, prevé el responsable del área jurídica del Comité de Derechos Humanos de Tabasco, Efraín Rodríguez León.
Esa red participa otorgando servicio gratuito a migrantes y en el espacio de Pastoral de Movilidad Humana, a través de ella hacen presentan sus análisis y aportes principalmente sobre la problemática de la Frontera Sur.
Cuando se consultó para elaborar la iniciativa de la Ley de Migración hubo mesas de discusión, en ese entonces quien presidía la Comisión de Frontera Sur era el senador Francisco Herrera León.
Rodríguez León recordó que del 25 y 26 de julio del año pasado se realizó la caravana “Paso a paso hacia la paz” en la que participaron 70 defensores de derechos humanos y alrededor de 30 medios de comunicación local, nacional e internacional.
Cuando salimos de Tenosique subimos como 400 gentes y cuando veníamos por Estación Chontalpa, Huimanguillo, llegamos alrededor de quinientos; en Palenque se subió un poco, en Apasco otro poco. Cada vez se fue incrementando el número de migrantes.
—¿En ese viaje de apoyo a los migrantes por tren encontraron violencia?
—Todo fue color de rosa porque el mismo gobierno federal infiltró gente para que nos cuidaran, cosa que no hacen normalmente. Y donde paraba el tren, las organizaciones defensoras de derechos humanos que tenemos presencia en comunidades nuestra gente nos esperaba con bebidas y algo de comida para los migrantes y para nosotros.
“Para los migrantes ese viaje fue de ensueño. No tenían miedo de secuestro ni de que los detuvieran porque íbamos nosotros custodiando. No tenían necesidad de bajar a mendigar un vaso de agua porque sabían que nos esperaban nuestra gente con comida. Para mí fue un viaje terrible, acabé molido. Para ellos, de ensueño porque todo lo tuvieron a la mano.
“Pero si el gobierno pudo cuidar a los migrantes cuando viajaron con nosotros quiere decir que los puede cuidar en todo momento. No sé por qué no lo hace. Yo creo que con eso, en lugar de hacer un bien quedó exhibido. ¿Cómo es que ese viaje donde íbamos los defensores sí los pudo cuidar y en los demás viajes no?”, cuestiona.
—¿Qué capacidad tienen las ciudades fronterizas de los estados del norte para absorber a estos migrantes?
—Esa es la otra frontera, nosotros sabemos lo que pasa aquí. Resulta difícil saber cuántos pasan pero sí podemos determinar cuántos entran; en cambio, los de allá saben cuántos pasan, pero no cuántos entran.
El migrante es una población flotante, se va quedando, va avanzando, se regresa… entonces sí es bastante complicado.
—Se dice que hubieron 500 en ese viaje, ¿ese es el flujo normal?
— Respecto a ese dato, Migración hasta hace unos dos años aseguraba a 20 mil indocumentados por año aquí en Tabasco. Hay quienes dicen que por cada migrante asegurado hay dos que pasan. Hablamos que por la frontera Sur de Tabasco con Guatemala, cada año pasan entre 50 y 60 mil indocumentados.
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