lunes, 21 de mayo de 2012

DOSSIER


* Campañas de bajo nivel 

* Se compran votos 

* El voto oculto

 

 Todo parece indicar, por lo que hasta ahora se ha podido apreciar, que el sello característico de este proceso electoral local 2012 será el del bajo nivel de la contienda; la difusión de las propuestas, la articulación de ideas claras, realistas e innovadoras, los programas novedosos y sobre todo la certeza entre el electorado de que es posible volver a soñar con un mejor mañana, aunque como suele suceder casi siempre no ocurra y todo quede reducido a un infame engaño electoral. 

 Javier Marín Hernández / clip.marin@gmail.com


La propuesta del candidato de la coalición Compromiso por Tabasco, Jesús Alí de la Torre, en el sentido de que eliminará el Impuesto Estatal Vehicular, habla de su incongruencia, pues cuando fue diputado hace tres años no movió ni un dedo para bloquear la creación de una medida impositiva como esta altamente impopular y menos lo hizo como alcalde de Centro y responsable político de los habitantes de este municipio.
Incongruencia pura, al igual que las del resto de sus propuestas, con todo y que están firmadas ante notarios.
La bancada de su partido, que ahora lo postuló como su candidato para el cargo de gobernador, fue la responsable de impulsar la creación de este impuesto; su principal cabildero, presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso del estado, José Carlos Ocaña Becerra, es incluso candidato a diputado federal. Pero eso ya no cuenta, por supuesto. En tiempos de campaña, todo, absolutamente todo, se vale. Total, los tabasqueños tienen memoria a corto plazo y pronto todo se olvida.
De parte del candidato al gobierno por la Coalición Movimiento Progresista por Tabasco, Arturo Núñez Jiménez, se mantiene haciendo uso de sus recursos políticos y de su amplia experiencia, pero sin generar mayor trascendencia en sus propuestas.
Cree que la sola intención del cambio y la percepción entre la población es real y el efecto Peje con Andrés Manuel López Obrador le basta y sobra para ganar la elección constitucional de Tabasco. Nada más alejado de la realidad, sobre todo, porque el adversario también cuenta y la estrategia diseñada por ese equipo tendría que ponerlo a trabajar en una propia para poder revertirla.
Salvo algunas excepciones, su equipo parece aletargado, sin mayor idea que las mismas empleadas en el pasado, como si nada hubiera cambiado.
Gerardo Priego Tapia, el candidato del Partido Acción Nacional, da flojera política. Su campaña parece de chivo en cristalería, no hay en él una propuesta seria, sus dichos han sido su mejor arma, pero también su principal derrotero.
La apuesta al final será el dinero. La compra y coacción del voto. Y para ello, quien tenga la mejor cartera podría resultar determinante para quien la emplee.
El caso de Alí es excepcional. De cara a la elección constitucional del 1 de julio han encargado varios presupuestos a proveedores diversos para la adquisición de 500 mil teléfonos celulares, con los que pretenden asegurar la victoria el día de la jornada electoral.
La estrategia no tiene desperdicio. Esos 500 mil celulares que incluyen cámara fotográfica serían destinados para utilizarse el día de los comicios. Es la era de la tecnología y del voto celular.
La misión parece sencilla, se pretende dotar a 500 mil ciudadanos (Andrés Manuel López Obrador obtuvo 530 mil votos en la elección de 2006 en Tabasco) con los aparatos de telefonía celular y con ellos cada uno tomaría una foto a su boleta electoral, marcada por supuesto, con el voto para la Coalición PRI-PVEM-PANAL única y exclusivamente para el candidato a gobernador y para dejar constancia de que sufragaron a favor de Alí de la Torre.
Posteriormente los enlaces del candidato a gobernador que estarán presentes en cada una de las casillas electorales, los llevarían ante el responsable del operativo, que se presume será el ex director de Administración del Ayuntamiento de Centro en el periodo de Jesús Alí de la Torre, Salvador Ramírez Irabién, quien además de “obsequiarles el aparato telefónico” les pagará 5 mil pesos a cada uno, siempre y cuando muestren como condición indispensable la fotografía del voto sufragado a favor del priista.
Desde luego que pagarle a 500 mil personas resultaría una cantidad exorbitante, por lo que solo tienen contemplado hacerlo con la mitad de ese universo de votantes, el resto serían los “convencidos con Alí y simpatizantes priistas”.
Y la historia es el principal referente. 
En el año 2000, distintos comercios y tiendas comunitarias en todo el estado se quedaron sin cambio en efectivo porque de manera inusual el día de la elección y los días posteriores muchos ciudadanos y clientes llegaron a pagar sus deudas o a comprar con sus billetes con denominación de 500 pesos.
No obstante lo anterior, las izquierdas tienen una esperanza, la del voto oculto, la animadversión hacia el gobierno y la alta intención de cambio han llevado a miles de ciudadanos a ocultar su voto; es decir, admitiendo que votarán por el PRI, aunque en realidad lo harán por un partido distinto, porque son empleados burócratas (existen 85 mil en todo el estado, más los integrantes de sus familias que sumarían casi 300 mil votos) y temen el despido así como otros agraviados, lo que abre una enorme posibilidad de triunfo para los distintos candidatos del tricolor.
Hasta ahora, esa intención electoral está de su lado.
Empero, la estrategia moderna del PRI para la compra de votos los deja sin margen de maniobra, porque en esta ocasión no aplica aquel mecanismo de “toma todo lo que te den, pero vota en contra del PRI” porque la evidencia electoral solicitada a cambio es inviolable.
Así es Tabasco…  

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