lunes, 30 de abril de 2012

Vive Tabasco ‘farsa cultural’, con un sector sin apoyo


Escritores, pintores y folcloristas afirman que en cinco años hay un retroceso en este rubro 

Alejandro Esquivel C. / alesquivelc@hotmail.com



Los últimos cinco años, el sector cultural de Tabasco ha sufrido una caída que lo ha colocado en un letargo, el cual perjudica a la comunidad artística y a la población con la nula actividad en la materia, acusan intelectuales y artistas locales, quienes coincidieron en que a las autoridades del ramo lo único que les interesa es cobrar bien, no el progreso del sector.
Los argumentos oficiales, como la inundación del 2007, los recortes presupuestales y la rehabilitación ‘eterna’ de los recintos culturales no se convierten en la justificación de esta inactividad que mantiene a nuestra entidad a la zaga en el sureste.
La maestra de teatro Ana María Hernández Anadón refiere la fuga de talentos culturales tabasqueños a otras entidades, quienes por falta de oportunidades, de espacios “y nivel”, han decidido emigrar para poder trascender, “porque aquí no encuentran oportunidades reales de desarrollo. Vivimos una farsa cultural y hace falta profesionalizar las artes”, se lamenta.
Asegura que la baja calidad y deficiente organización de los eventos y actividades culturales ponen de manifiesto la falta de capacidad de quienes están a cargo de las mismas, por lo que “dichos cargos han sido asignados irresponsablemente a personas que no reúnen el perfil idóneo para hacer buen uso del presupuesto destinado a la cultura”.

SE HUNDIÓ LA CULTURA… EN LA INUNDACIÓN
Ramón Bolívar, escritor y crítico reconocido, lo define así: “no es ni la lluvia, ni la escasez del dinero; lo que sí es la falta de creatividad para el resurgimiento del movimiento artístico”, asevera el intelectual tabasqueño al cuestionarle sobre su diagnóstico sobre el rubro durante los últimos cinco años.
“Es un hecho que se vive una crisis agudísima”, lamenta el autor del libro poético ‘Descendemos desde la mirada de los monos’ (UJAT, 2008), quien se mofa de que a estas alturas las autoridades culturales sigan teniendo a las inundaciones como pretexto para decir que no existen recursos para apoyar al sector.
“Siempre ha habido inundación, siempre ha llovido, así que esos son pretextos, pues sabemos la situación del estado y se ha dejado de trabajar. El pretexto no es la falta de recursos, sino falta de capacidad y el desinterés del gobierno para aplicar políticas culturales adecuadas a la población”, señala.

FALTA DE VISIÓN
El pintor tabasqueño Javier Pineda dice que la cultura de Tabasco está aletargada por la falta de capacidad para sumar esfuerzos y unir a la comunidad cultural, por lo que critica que hayan tenido pretextos como la inundación para no hacer algo en estos casi seis años, pues “han utilizado las catástrofes naturales para justificar su falta de capacidad y de visión para promover la cultura”. 
No es necesario tener recintos específicos para realizar eventos, lo que sucede es que es evidente la incapacidad para gestionar y promover la cultura, afirmó al criticar el rezago cultural que existe en Tabasco debido al nulo impulso de las administraciones estatales, pues “a la cultura no hay que verla como un gasto sino como una inversión, ya que esa visión limitada de las artes ha llevado a que se les considere como un entretenimiento y decoración, por lo que el presupuesto que se destina al sector es disminuido”, expone.
Para Ana Sánchez, ex bailarina de folclor, es complicado afirmar que la estructura jerárquica de una dependencia garantiza los apoyos para su operación, pues basta con mirar hacia la región sur de México, de acuerdo con la regionalización del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, donde solamente dos estados, Yucatán y Quintana Roo, cuentan con Secretarías de Cultura.
Dedicada al diseño gráfico, “pues mi pasión que es el baile no me iba a dar de comer”, expresa que Tabasco continúa desde hace muchos años con un Instituto de Cultura “que muy pocos o nulos resultados ha generado, pues el ‘compadrazgo’ y la corrupción han propiciado que quienes dirigen el sector sean gente de política, no de cultura, con ganas de mejorar su situación personal, no la del rubro”.
Destaca que Yucatán detenta el liderazgo en la materia en la región, pues ha logrado constituir un proyecto cultural ambicioso que comparte por igual una mirada hacia lo social, haciendo de las artes un punto de reconstitución del tejido social.
“Se trata de un ejemplo en la zona sur. La gobernadora ha brindado su respaldo y el secretario de Cultura y las Artes de Yucatán es un hombre con amplia visión y compromiso, por lo que no existe un mínimo de comparación con la titular tabasqueña, para quien la cultura son las ‘tertulias’ que organiza con su séquito de seguidores”, dice.
Ana Sánchez lamentó que el sector cultural tabasqueño continúe siendo muy frágil en cuanto a políticas de apoyo, pues aún no se le da la importancia que merece, “y si existe beneficio, pues solamente se trataría de los empleos que se generan, pero rara vez se ven resultados de mayor trascendencia, como el desarrollo espiritual y social, el sentido de pertenencia, el orgullo de identidad o la posibilidad de construir una mejor sociedad a través de las artes”.
Por lo tanto, se requiere incorporar en las políticas públicas la discusión en torno a la cultural, a partir de la reflexión y el análisis, y de la convicción de que este sector puede aportar mucho para la construcción del futuro, indica luego de criticar el hecho de que se haya ‘desaparecido’ el Festival Cultural Ceiba —implementado durante el quinquenio de Manuel Andrade—, “quién sabe si por envidia o porque no pudieron hacer algo mejor”.  




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