lunes, 26 de marzo de 2012

Tabasco incumple normas de tratamiento de aguas negras


La asociación ambientalista “Santo Tomás” asegura que el próximo gobierno heredará un grave problema en este renglón por falta de obras para evitar contaminación de ríos y lagunas
Samuel L. Soto Giles /
gi_les@hotmail.com

En Tabasco es serio el problema del agua contaminada porque no hay tratamiento adecuado y eficiente de las aguas residuales, advierte el presidente de la asociación ecológica “Santo Tomás”, Hugo Ireta Guzmán.
“Hay un jolgorio para celebrar el Día Mundial del Agua junto el descuido, el olvido institucional, que lleve a corregir los problemas para tener un agua limpia, un agua de calidad, que se pueda bebe con certidumbre”, expone en entrevista con Clip / Reporte Semanal.
El activista observa a que en las rancherías hay agua entubada pero no es potable y en Villahermosa hay agua entubada con un ligero tratamiento.
“¿Quién toma agua de la llave?, todo mundo toma agua de garrafón con lo que se está yendo a una privatización oculta”, señala.
Insiste que Tabasco está en cero y parece ser que el gobierno saliente está dejando estos problemas acumulados para el próximo sexenio.
“Venga quien venga, asegura, va a encontrar multas arriba de 16 millones de pesos y con la obligación de darle cumplimiento a un proceso de seguimiento ambiental de estas plantas; no solamente a las 52 que tienen un proceso administrativo, sino de todas, de las 115 revisadas por la Asociación Ecológica Santo Tomás”.
Del 28 al 30 de marzo, Tabasco será sede nacional de los festejos del Día Mundial del Agua. El Encuentro Nacional de la Cultura del Agua 2012 se realizará en el Centro de Convenciones.
En tanto, el pasado 22 de marzo se celebró formalmente el Día Mundial del Agua 2012, coordinado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), con un amplio programa de actividades con el lema: “El agua y la seguridad alimentaria”.
El próximo encuentro está organizado por la Comisión Estatal de Agua y Saneamiento del Estado de Tabasco (CEAS), la Asociación Nacional de Cultura del Agua (ANCA) y la Asociación Nacional de Empresas de Agua y Saneamiento de México (ANEAS), y contará con la visita de los encargados de los organismos operadores de agua y representantes de las áreas de Cultura del Agua de los diferentes estados del país.

Rezago en plantas de tratamiento
El ambientalista Hugo Ireta Guzmán menciona el antecedente nada honroso para Tabasco de que al llegar el año 2000 no dio cumplimiento a la Norma 01ECOL/96 acordada con los gobiernos estatales, municipales y organismos operadores en el sentido de ejecutar las obras necesarias para lograr que antes de la llegada del nuevo siglo todas las descargas de agua a cuerpos de agua y bienes nacionales contaran con el debido tratamiento.
Posteriormente esta norma pasó a 01SEMARNAP/2000 pero con especificaciones más claras, que deben tener parámetros de calidad.
“Desafortunadamente llega el 2000 y ningún gobierno en el país, ni estatal ni municipal, entran en ese proceso de Agua limpia, en el de ir saneando este recurso indispensable para la vida, a pesar de que en los planes federales y estatales de desarrollo tienen contemplados programas de saneamiento de agua.
“Es lamentable de que los gobiernos no hayan invertido y se hayan apegado a estas normas porque benefician en la calidad de vida, en la salud de los ciudadanos”, apunta.
Ireta Guzmán agrega que al llegar el año 2003 se dio un acuerdo en Tabasco, como lo hacen muchos estados, en el mismo principio de no invertir en plantas de tratamiento de aguas residuales.
“Desgraciadamente hay cierta presión de los gobiernos estatales para que la Federación exima, elimine multas y sanciones a quienes se adscriban a dicho acuerdo.
“Sin embargo, por las presiones del gobierno federal, por la aplicación de multas, a regañadientes el gobierno de Tabasco asume el compromiso de instalar cinco plantas nuevas para el saneamiento de aguas y dos adicionales: la de la Laguna del Camarón de la que no se explica cómo se dio la autorización porque es un sitio muy frágil que tiene problemas serios por los suelos muy blandos y por esa razón un sedimentador está mal construido”, detalla.
Recuerda que con la inundación de 2007 esa planta quedó totalmente disfuncional, no sirvió para nada, y tuvieron que meterle cinco millones de pesos en 2008 para reconstruir las partes dañadas, pero hasta la fecha no es eficiente en cuanto a su capacidad instalada.
“La otra planta, agrega, la construyeron en 2008, que es la de Pantanos de Centla, ubicada en la villa Macultepec; también tiene problemas estructurales serios en las líneas de conducción, ya que la mayoría de las plantas pequeñas de los asentamientos en ese corredor no cuentan con conexiones y siguen descargando a aguas y bienes nacionales”.
Ireta Guzmán destaca que en el caso de las demás plantas que se han venido construyendo con ese acuerdo —que no es más que un proyecto de la Comisión Nacional del Agua (APAZU) aplicable a las zonas urbanas— no contaron con el manifiesto de impacto ambiental y tienen problemas en los procesos de su tratamiento, como es el caso del confinamiento del lodo.
“La Conagua sigue entregando más recursos sin ver cómo lo vienen aplicando, ya que las plantas señaladas no cuentan con el manifiesto de impacto ambiental”, afirma.
Recalca que hay plantas que tienen el problema de sólidos confinados en el mismo sitio y puntualiza que en este momento únicamente tres plantas tienen el manifiesto de impacto ambiental, aunque con criterios muy pobres porque tienen deficiencias.
El dirigente de la asociación ambientalista “Santo Tomás” refiere que el manifiesto del impacto ambiental es un instrumento que sirve para revisar de manera científica y técnica si existen riesgos y forma de compensar algún desequilibrio que pudiera darse.

Dos plantas cuestionadas
La planta Sureste, se empezó a construir en 2008 con recursos de la Federación sin manifiesto de impacto ambiental porque la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) dijo que no era de su competencia, pero la Procuraduría Federal de Protección Ambiental (Profepa) lo exigió al ubicarse en una zona de restablecimiento ambiental, un área protegida.
Y aunque no contó con tales requerimientos, la Conagua otorgó los recursos al estado, señalando únicamente que debe haber una cota de 10 metros sobre el nivel del mar.
“Esos problemas se corrigen por una serie de denuncias a la Profepa: se realiza el manifiesto de impacto ambiental y se rellena el sitio. Ahora esa planta recolectará aguas de la parte sur de Villahermosa, pero todavía no está funcionado”, explica.
La construcción de la primera etapa de la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales Región Sureste está a cargo de la empresa Juabet en la ranchería Río Viejo Segunda Sección, carretera Río Viejo-Reforma, kilómetro 9.
El ambientalista relata que ahora las autoridades anuncian que van a trabajar con dos sedimentadores para 400 litros por segundo, aunque el diseño es para 600 litros por segundo, debido a que tienen un problema en la línea de conducción hacia un emisor que no funciona y tampoco cuentan con el manifiesto de impacto ambiental.
“Originalmente la Semarnat señaló que no es necesario ese manifiesto, pese a que sí lo dispone el artículo 28 de la Ley de Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente, que establece que a toda construcción de una obra hidráulica le corresponde hacer un estudio de impacto ambiental”, denuncia.
Ireta Guzmán acusa que la Profepa nada ha hecho para corregir esas irregularidades. “Esta planta no está funcionando, tiene una inversión costosísima, es grande; aunque inició su construcción en 2008, ya es 2012 y todavía no funciona”, agrega.
Indica que el año pasado se construyó otra planta, la del arco Noroeste, misma que se pretendía hacer en Casa Blanca pero tuvo que ser reubicada porque la Conagua se negó a entregar los recursos bajo el argumento de que por ser una zona baja había riesgos de inundación y la construcción del relleno absorbería una gran parte del presupuesto.
“Ahora esa planta la construyen a 19 kilómetros de la Villahermosa con la intención de darle tratamiento a 700 litros por segundo, aproximadamente, porque se atendería a Casa Blanca, Indeco y Ciudad Industrial; pero no está funcionado porque le falta la construcción del emisor y de las líneas de conducción de aguas negras sobre el río Carrizal, que no debería darse”.
La otra línea, explica, tiene que pasar hacia el río Grijalva por la parte del puente Las Gaviotas, donde ya está un emisor que se construyó en una zona inundable, precisamente en donde se ubica el distribuidor vial Tabascob. Son plantas grandes que todavía no funcionan y que están muy cuestionadas, sentencia.

Comprobar contaminantes
El presidente de “Santo Tomás” expone que en el caso de las plantas pequeñas que se han construido con recursos de la Federación, también tienen problemas con procesos administrativos con la Profepa.
Además, acusa que la Comisión Nacional del Agua tiene inventarios con distintas cantidades que no coinciden con el número de plantas construidas.
En cambio, señala, la asociación ecológica tiene 115 plantas revisadas “y ninguna está funcionando de manera eficiente. “Tienen problemas serios de los que te puedo mencionar que 52 están en procesos administrativos con la Profepa, a las que recomienda que se restituyan con su manifiesto de impacto ambiental para el desmantelamiento y operación de las plantas en el mismo sitio”.
A esta demanda, acusa que el organismo operador CEAS del gobierno estatal no le da cumplimiento porque de esas 52 plantas al parecer 28 no operan, descargan sus aguas sin ningún tratamiento y las 24 restantes tienen problemas de eficiencia.
“Hemos monitoreado en el pico de volúmenes de agua de los ríos, cuando hay mayor cantidad de agua, en septiembre pasado y para octubre hicimos otro y encontramos grasas, aceites y sólidos fuera de parámetros.
“Estamos preparándonos para hacer otro muestreo en abril, en el estiaje, y te aseguro que vamos a encontrar grandes concentraciones de contaminantes; queremos comprobar los resultados y con esa base emitamos una recomendación y señalar a los organismos reguladores que monitoreen, le den seguimiento y evalúen la calidad del agua”, adelanta.
Lo anterior es por si la Conagua “no sabe la cantidad de plantas de tratamiento de aguas residuales, lo que quiere decir que están ajenos, a pesar de que están dando dinero, está inventariando cosas distintas a lo que hay”.
Subraya que esa situación es grave porque en el Plan Nacional de Desarrollo se señala de un estimado para mejorar el agua; sin embargo, “en Tabasco no se va a llegar a esa meta porque ninguna planta está funcionando. Aquí está un problema serio de contaminación”, concluye Hugo Ireta Guzmán.

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