Tiempos aquéllos en que Andrés Manuel López Obrador, en tonos rijosos, enderezaba sendas acusaciones a las MAFIAS, a los ESPURIOS, a los RESPONSABLES DE LOS DAÑOS CAUSADOS AL PAIS, por el monopolio del poder ejercido por el PRI.
Rosa Elvia Bracamontes / rosaelviab@hotmail.com
Lejos queda su dedo acusador contra los personajes que en dicho partido político gestaron grandes afrentas al interés de los mexicanos.
Para muchos fue sorpresa el cambio de actitud, cuando sustituyó los discursos beligerantes por otros plagados de ideas conciliadoras, amorosas y persuasivas, con la cual intenta dejar atrás su bien ganada fama de ser “un peligro para el país”.
No existía explicación lógica en ello y los mexicanos tan dados a elucubrar y concluir, a veces sin fundamento, llegamos a la idea que era para ganarse la confianza de una sociedad harta de violencias.
Sin embargo, el cauce del proceso federal va colocando todas las piezas del rompecabezas en su sitio.
Hoy el pueblo de México empieza a comprender que dicho cambio tenía motivos diversos. Hoy caemos en cuenta que dentro de la mente de uno de los más astutos políticos de este país se encauza a cooptar la voluntad de las mayorías, pero también a los talentos que necesita para fortalecer su propio movimiento político.
Su actitud tersa envía mensajes conciliadores a quienes en el pasado fueron sus más aguerridos enemigos. Hoy intenta de cualquier manera conseguir la capacidad y experiencia de aquéllos que sumaron éxitos a las “espuriedades” atribuibles al priato.
“El fin justifica los medios”, es la lectura de sus movimientos. Le interesa que los resultados comiciales de la nada despreciable contienda electoral federal le permita decir: ¡GANAMOS, HAIGA SIDO COMO HAIGA SIDO!
Hoy reconoce en forma expresa que el talento del PRI, que tanto recriminó, le es necesario a falta de propios. Después de todo, no son tan malos y sí de sumo provecho para sus intereses.
Esto genera tal sorpresa que hasta Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano pide a uno de esos personajes “persuadidos”: Manuel Bartlett Díaz, explique la caída del sistema de 1988 que le dio el triunfo a Carlos Salinas de Gortari. Quiere saber las minucias de su propia derrota.
El Peje explica su decisión en el “cambio de actitud”. Con ello va el mensaje que todo el que ha delinquido en este país, sólo recapacitando en los perjuicios ocasionados y arrepintiéndose de ello recibe del también redentor de las almas pécoras el más amplio perdón y lo premia con cargos institucionales.
De ahí se explica la postulación de Arturo Núñez para contender por la gubernatura en nuestro estado por las izquierdas, no obstante su participación en el sonado tema del Fobaproa sin haber sido sujeto de juicio alguno.
El apuro en el que debe estar la militancia y simpatizantes de las izquierdas, hoy desarmados de su eterna letanía contra los malvados y corruptos priistas. Sin argumentos. Todo es perdonable y reciclable. Bien para Enrique Peña y Josefina Vázquez Mota. Les allana el camino en la contienda.
Para muchos fue sorpresa el cambio de actitud, cuando sustituyó los discursos beligerantes por otros plagados de ideas conciliadoras, amorosas y persuasivas, con la cual intenta dejar atrás su bien ganada fama de ser “un peligro para el país”.
No existía explicación lógica en ello y los mexicanos tan dados a elucubrar y concluir, a veces sin fundamento, llegamos a la idea que era para ganarse la confianza de una sociedad harta de violencias.
Sin embargo, el cauce del proceso federal va colocando todas las piezas del rompecabezas en su sitio.
Hoy el pueblo de México empieza a comprender que dicho cambio tenía motivos diversos. Hoy caemos en cuenta que dentro de la mente de uno de los más astutos políticos de este país se encauza a cooptar la voluntad de las mayorías, pero también a los talentos que necesita para fortalecer su propio movimiento político.
Su actitud tersa envía mensajes conciliadores a quienes en el pasado fueron sus más aguerridos enemigos. Hoy intenta de cualquier manera conseguir la capacidad y experiencia de aquéllos que sumaron éxitos a las “espuriedades” atribuibles al priato.
“El fin justifica los medios”, es la lectura de sus movimientos. Le interesa que los resultados comiciales de la nada despreciable contienda electoral federal le permita decir: ¡GANAMOS, HAIGA SIDO COMO HAIGA SIDO!
Hoy reconoce en forma expresa que el talento del PRI, que tanto recriminó, le es necesario a falta de propios. Después de todo, no son tan malos y sí de sumo provecho para sus intereses.
Esto genera tal sorpresa que hasta Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano pide a uno de esos personajes “persuadidos”: Manuel Bartlett Díaz, explique la caída del sistema de 1988 que le dio el triunfo a Carlos Salinas de Gortari. Quiere saber las minucias de su propia derrota.
El Peje explica su decisión en el “cambio de actitud”. Con ello va el mensaje que todo el que ha delinquido en este país, sólo recapacitando en los perjuicios ocasionados y arrepintiéndose de ello recibe del también redentor de las almas pécoras el más amplio perdón y lo premia con cargos institucionales.
De ahí se explica la postulación de Arturo Núñez para contender por la gubernatura en nuestro estado por las izquierdas, no obstante su participación en el sonado tema del Fobaproa sin haber sido sujeto de juicio alguno.
El apuro en el que debe estar la militancia y simpatizantes de las izquierdas, hoy desarmados de su eterna letanía contra los malvados y corruptos priistas. Sin argumentos. Todo es perdonable y reciclable. Bien para Enrique Peña y Josefina Vázquez Mota. Les allana el camino en la contienda.
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