lunes, 12 de marzo de 2012

Cultura deportiva para el desarrollo social


Catedrático de la ESEF plantea la educación psicomotriz como asignatura en la formación de docentes; invita a nuevos maestros experimentar e innovar para elevar el nivel de los educandos
Luis Enrique Martínez /
luisenriquemarh@hotmail.com

“El deporte como institución social es… consecuencia del desarrollo de cada cultura”, dice el ex director de la Escuela Normal de Educación Física “Pablo García Ávalos” Humberto Esparza Luque, al proponer la educación psicomotriz como asignatura en la formación de docentes.
Al respecto, recomienda a los futuros licenciados en educación física que eviten “en lo posible la comodidad de los caminos trillados, que investigue, que experimente, que aplique y que lo vuelva hacer, que sólo así se superan trabajos… y seguirá la evolución educativa”.
En la conclusión del texto publicado por la Secretaría de Educación en 1990, el aún investigador normalista sostiene:
“…el concepto de la preparación física para la competencia y la selección va siendo sustituido paulatinamente por la preparación global y totalizadora, que alcance además a todos, y que prepare para la vida.
“Así también conformamos algo que intuíamos hace mucho: la estimulación física, mientras más temprano se dé, mejores efectos tiene en el desarrollo del ser, y éstos son más duraderos”.
La propuesta de Esparza Luque está vigente a pesar de los 22 años de la publicación citada. Por ejemplo, en la parte final del texto afirma:
“Mantenerse físicamente capaz durante toda la vida es una determinación que ha de ser renovada cotidianamente y sólo puede fincar sus cimientos en las primeras edades. El buen desempeño físico y deportivo en la juventud y la madurez y la salud en la vejez, dependen de esto (hacer deporte desde la infancia) en gran medida…”.

“Homo deportivus”
Con la “Educación psicomotriz…”, el autor procura impulsar al alumno normalista a investigar en las fuentes originales de la educación física pero sobre todo –añade— “el de aplicar lo aprendido con responsabilidad profesional, en la futura práctica educativa”.
En ese contexto, Esparza Luque explica que la asignatura de educación psicomotriz, clasificada en el área psicopedagógica en los programas de estudio, “es teórica-práctica”.
Asimismo, en el marco teórico que sugiere el Programa de Educación Psicomotriz de la Escuela Superior de Educación Física de México y el Programa Psicomotricidad de la Universidad Pedagógica Nacional, el texto “pretende subsanar… la escasez de obras de consulta en este campo, que si bien las hay, se encuentran fuera del alcance en nuestro medio”.
Aborda el tema de la investigación en movimiento a partir de la dinámica educativa y deportiva a la luz del desarrollo histórico-social de la humanidad. Y reconoce la dependencia de la actividad deportiva a la relación económica social de los pueblos.
Antropológica y genéticamente —dice el catedrático de la “Pablo García Ávalos”—, la conducta o actividad humana que hoy llamamos “deportiva”, nace temprano. Y enfatiza:
“Se podría hablar, junto a ese antiguo y primigenio “homo ludens” que llevamos toda la vida, de un “homo deportivus” que sería como una primordial capacidad, actitud, forma, facultad, tendencia o impulso que tiene el hombre de vivir de una manera singular parte de su vida”.
También recuerda que en culturas muy antiguas, incluso, dice, en formas de vidas primitivas, aparecen vestigios de costumbres deportivas.
Convertido en los pocos investigadores del deporte en Tabasco, Esparza Luque expone en su obra:
“Este dilema planteado sobre el origen de la conducta deportiva… representado en las grandes corrientes de interpretación antropológica del juego: o es un entrenamiento biológico, espontáneo, para aprender a vivir; o es más bien una dimensión necesaria de la propia vida, típicamente humana, contrapuesta o paralela a la conducta obligada para subsistir”.
Y puntualiza:
“El deporte como institución social es pues, consecuencia del desarrollo de cada cultura, se forma cuando una cultura alcanza cierto nivel de evolución; el deporte nace en un hombre primitivo que caza; su posible diversión no se diferencia sustancialmente del hecho de cazar para comer. Pero a veces, como descubren los etnólogos, juega a la caza, ensaya y se divierte; entonces puede decirse que hace deporte.
“La historia nos muestra que cuando alguna sociedad alcanzó algún desarrollo, aprendió a hacer deporte, condicionando y variando según el clima, belicosidad, miseria o abundancia. Un impulso tan primario como la necesidad de saber que lleva al hombre a la filosofía y a la ciencia, le induce a jugar ejercitando su cuerpo; entonces nace el deporte…”.

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