lunes, 26 de marzo de 2012

Autoridades acosan a pescadores y partidizan apoyos Naufraga pesca tabasqueña


Se agudiza su situación por el incremento del precio del combustible, erróneas políticas públicas en el sector, contaminación, corrupción en sus organizaciones y asedio de las autoridades
Alejandro Esquivel C. /
alesquivelc@hotmail.com

Para nadie es un secreto que la actividad pesquera en el estado de Tabasco se encuentra en crisis, pues desde hace varios años quienes se dedican a esta actividad han visto agudizar más su situación, debido al acoso de las autoridades federales, incremento del precio del combustible, erróneas políticas públicas aplicadas en el sector y la partidización en la entrega de apoyos.
Aunado a ello, el incremento de cooperativas, la mala administración, la corrupción de sus organizaciones, la contaminación de cuerpos de agua y las restricciones para la captura en la zona de plataformas marinas de Pemex en el Golfo de México, mantienen a ese sector en terapia intensiva y prácticamente agonizante.
Ello, sin contar que los operativos de vigilancia y aseguramiento por parte de la Secretaría de Marina obligan a los pescadores a ir a rescatar sus embarcaciones hasta la base naval en Ciudad del Carmen, en Campeche, donde les aplican multas impagables.
No obstante que la restricción y contaminación hicieron daño a la actividad, la mala organización y falta de mantenimiento a las embarcaciones que hace más de cuatro sexenios fueron donadas a este sector y que a la fecha ya no existen, así como la sobreexplotación de las zonas pesqueras por el incremento de la población que se dedica a la pesca, para amortiguar el desempleo en tierra, también influyen en la crisis.

‘SUS LEYES NOS ESTÁN ACABANDO’
Pescadores tabasqueños destacan la necesidad de replantear el modelo pesquero; es decir, tratar el tema de manera integral, de tal manera que esa actividad vuelva a resurgir y recobre el esplendor de otras épocas, pues de hace varios años a la fecha el sector ha sido golpeado fuertemente por medidas como el Acuerdo 117, que restringe la pesca en el Golfo de México por razones de seguridad nacional en instalaciones petroleras.
Isidro Morales, permisionario de Paraíso, manifiesta que han expuesto su problema en los Congresos tanto local como de la Unión, y no han encontrado respuesta positiva, “aunque les hemos dicho que con la ley que aprobaron en el afán de proteger a Petróleos Mexicanos, están protegiendo a las plataformas, pero nos están acabando a nosotros”.
La pesca cerca de las plataformas petroleras “es prácticamente inevitable, porque los cardúmenes de peces buscan la abundancia de alimento en torno a las instalaciones petroleras, en razón de los desechos que son tirados a altamar”, señala.
“Nosotros salimos a trabajar. No le hacemos daño a nadie y generamos alimento. Pero necesitamos seguros de vida, modernización de la flota pesquera, créditos de vivienda y programas de acuacultura eficientes, porque en este momento estamos sumamente golpeados”, expone Ildefonso May Córdova, presidente de la Federación Fundación 2005 de Centla, quien acusa que el gobierno ha valorado muy poco el esfuerzo de los pescadores por impulsar el sector.
Permisionarios de Paraíso y Centla se dicen cansados de andar “tocando puertas”, y aseveran que Tabasco cuenta con las condiciones naturales idóneas y necesarias para ser referente nacional en materia pesquera; sin embargo, destacan la necesidad de hacer un replanteamiento de fondo de las políticas públicas, pues las aplicadas hasta el momento han generado pobres resultados para ese sector.

LA SITUACIÓN YA NO AGUANTA
Lorenzo Vidal Bolón, presidente de la Sociedad Cooperativa San Pedro 2000, afirma que al contar con 191 kilómetros de litoral y la tercera parte del agua dulce del país, nuestra entidad debería ser uno de los principales productores en materia de acuacultura en México.
Sin embargo, cuestiona, no es así, debido a que el modelo económico neoliberal ha causado estragos, particularmente en el sector agropecuario y pesquero; por lo que “se tiene que dar una gran batalla para modificar las políticas económicas y de apoyo al sector, porque la situación ya no aguanta más”.
Heladio González, otro de los permisionarios, declara que en el actual gobierno del estado no existe un compromiso firme con el gremio pesquero, porque no ha habido resultados positivos, y subraya que ya están hartos de tanta negligencia y corrupción de las autoridades, y demanda “un cambio verdadero que le imprima un nuevo rumbo” al sector.
Señala que otra de las situaciones que golpea al sector pesquero es el incremento mensual de la gasolina y en general de todos los combustibles, pues “al no dejarnos pescar cerca de las instalaciones petroleras, tenemos que adentrarnos más en el mar, lo que conlleva gastar más gasolina, pero también arriesgarnos más, porque nuestras embarcaciones no están hechas para eso”.
Narra que 11 compañeros suyos han perdido la vida a causa de este asedio, pues “nuestras lanchas no resisten marejadas y ello ha propiciado también que 11 viudas con sus respectivos hijos hayan quedado desamparados, ya que no tenemos ni siquiera un seguro de vida”.
Heladio explica que las restricciones en la zona de plataformas obligan a los pescadores de la costa de Paraíso a internarse mar adentro, forzándolos a gastar más en gasolina y en desgaste de sus equipos.
Ahora que no hay producto, que la pesca cayó 50 por ciento, tenemos que viajar mucho, mar adentro hasta 100 millas; eso implica gastos en gasolina y desgaste de motor, y, cuando hay veda, “jalamos pa’ Veracruz, Campeche y Yucatán”, dice.

SE EXTINGUIÓ CAPTURA DE CAMARÓN
Los productores de ostión también se organizaron a fin de que la crisis no los ahogue. Decidieron buscar recursos para una planta depuradora y filtradora del molusco, única en su tipo en toda Latinoamérica, y que sólo Europa y Estados Unidos utilizan.
La planta purificadora consta de dos secciones. En la primera etapa el molusco pasa por un proceso de desinfección; es decir, se filtra para reducir las cargas bacterianas, y finalmente es sometido a un filtro biológico de ozono y luz ultravioleta que lo mantiene apto para consumo humano.
En el municipio costero de Centla, situado a 97 kilómetros de la capital, la actividad camaronera se extinguió por completo; las cooperativas cerraron, vendieron sus embarcaciones y otras lucen como fósiles esqueléticos sobre la orilla del puerto.
Sabino Rodríguez, presidente de la Federación de Pescadores y Camaroneros de Frontera, refiere que “las cooperativas y permisionarios han vendido sus bodegas, los camaroneros acabaron con todo hace tres años, ya no tienen nada”.
El dirigente de los pescadores en Centla expresa que los cooperativistas vendieron voluntariamente sus embarcaciones y devolvieron sus permisos por un millón de pesos ante la desaparecida actividad.
Agrega que muchos camaroneros tuvieron que abandonar el municipio, tomando como opción emigrar a Estados Unidos, mientras que otros prefirieron la zona turística de Quintana Roo para continuar con la actividad.
En Centla, sólo cinco cooperativas con embarcaciones menores y 20 lanchas se dedican a la actividad camaronera en pequeña escala.
Sin embargo, para algunos pescadores, los permisionarios y cooperativistas tienen su responsabilidad en la crisis de ese sector al monopolizar el producto, los créditos y programas de gobierno en su beneficio, dejándolos desprotegidos.
“Nos tienen en el abandono. Los permisionarios se agandallan todo y compran el producto al precio que quieren; por eso andan encamionetados, y nosotros los pescadores, bien jodidos”, manifiesta el pescador Enrique Aquino.

No hay comentarios:

Publicar un comentario