Pugnas internas por las candidaturas al Senado revelan diferencias entre militantes perredistas tabasqueños y su candidato presidencial
Redacción / clip.redaccion@gmail.com
En franco desapego a la política “amorosa” que proclama el virtual candidato presidencial de la coalición de partidos de izquierda, Andrés Manuel López Obrador, los aspirantes del PRD al Senado de la República rompieron la unidad que había construido ese instituto político en el estado desde la renovación de su dirigencia hasta la nominación de su candidato a gobernador, en una lucha por asegurar posiciones políticas y bloquear a quienes en el pasado fueron sus verdugos.
La puja por las candidaturas al Congreso de la Unión que representantes de las corrientes internas o “tribus” del sol azteca venían sosteniendo desde la nominación de Arturo Núñez como candidato único de las izquierdas a gobernador de Tabasco, fue subiendo de intensidad hasta que el domingo pasado desembocó en una guerra abierta que obligó a la intervención del Comité Ejecutivo Nacional a fin de conciliar intereses, acción que hasta ayer martes fue infructuosa.
En una primera reunión que sostuvieron el lunes en la sede nacional partidista todos los aspirantes a un escaño, se puso en la mesa de discusiones el tema de la selección de candidatos. Unos abogaron por el método de encuestas, otros por la nominación a través del Consejo Nacional. Ninguno cedió en su postura y la reunión terminó sin acuerdos.
Los aspirantes fueron citados a sostener una segunda reunión para ayer martes, y hasta el cierre de esta edición una fuente allegada a los protagonistas reveló que el conflicto seguía trabado, sin visos de llegar a una pronta solución.
La urgencia de construir acuerdos obedece a que el próximo fin de semana se realizará el Congreso Nacional de donde surgirán los nombres de los candidatos a senadores y diputados federales, pero se espera llegar a esa convención con las candidaturas “amarradas”.
Por tanto, en caso de que se decida utilizar el método de selección a través de encuestas, estos procedimientos deberán realizarse entre hoy miércoles y mañana jueves, prácticamente sin tiempo de afinar detalles para no dejar cabos sueltos que deriven en mayores conflictos.
CHOQUE DE AMLO CON MILITANTES
La fisura que está rompiendo el blindaje de unidad en la izquierda es provocada por la inconformidad de las corrientes perredistas sobre la forma en que se están distribuyendo las candidaturas a escaños y curules federales.
El argumento es que por justicia partidista deberían ir en primera fórmula los militantes y no sus aliados que establecieron compromisos con Andrés Manuel López Obrador a cambio de posiciones políticas, lo que representa un primer choque entre el candidato presidencial y sus adeptos del sol azteca.
En el caso particular de Tabasco, los aspirantes a senadores Adán Augusto López, Fernando Mayans, Auldárico Hernández, Juan Manuel Fócil, Mónica Fernández y Óscar Cantón no están de acuerdo en que la primera fórmula sea encabezada por Pedro Jiménez León.
Estas diferencias han provocado desacuerdos en la forma en que se debe realizar la selección de candidatos. Mientras que el representante del Movimiento Ciudadano, junto con Óscar Cantón y Fernando Mayans abogan por el método de encuestas, los otros competidores consideran que se debe designar directamente a un militante del PRD para que encabecen las dos fórmulas.
Los enconos y discrepancias entre quienes aspiran a ser candidatos al Senado no son nuevos, datan desde la misma lucha social que dio origen a ese partido.
El rechazo de importantes cuadros perredistas a la nominación del diputado federal por Convergencia, hoy Movimiento Democrático, es plasmado por el regidor del Ayuntamiento de Centro Pablo Rodríguez Bonfil, quien expresó recientemente: “El PRD tiene memoria, no olvidamos que (Pedro Jiménez, entonces presidente del Congreso local durante el violento desalojo de perredistas en Plaza de Armas) nos garroteó a los militantes del PRD en 1995”.
En primera instancia, Jiménez León defendió su posible nominación al plantear que está dispuesto a someterse a una encuesta, pero ante las reticencias de los “fundadores” del PRD, amagó con dejar el proceso, acción que encontró rápida respuesta: “no nos quita el sueño si se va o no”.
Entre disputas por apartar sillas en el Congreso de la Unión, el jaloneo ha cobrado dimensiones peligrosas para la unidad de las Izquierdas. Este fin de semana próximo será la prueba de fuego para medir la madurez política del PRD y sus aliados. No obstante, el panorama actual revela una realidad incuestionable: las izquierdas en Tabasco no están del todo cohesionadas.
La puja por las candidaturas al Congreso de la Unión que representantes de las corrientes internas o “tribus” del sol azteca venían sosteniendo desde la nominación de Arturo Núñez como candidato único de las izquierdas a gobernador de Tabasco, fue subiendo de intensidad hasta que el domingo pasado desembocó en una guerra abierta que obligó a la intervención del Comité Ejecutivo Nacional a fin de conciliar intereses, acción que hasta ayer martes fue infructuosa.
En una primera reunión que sostuvieron el lunes en la sede nacional partidista todos los aspirantes a un escaño, se puso en la mesa de discusiones el tema de la selección de candidatos. Unos abogaron por el método de encuestas, otros por la nominación a través del Consejo Nacional. Ninguno cedió en su postura y la reunión terminó sin acuerdos.
Los aspirantes fueron citados a sostener una segunda reunión para ayer martes, y hasta el cierre de esta edición una fuente allegada a los protagonistas reveló que el conflicto seguía trabado, sin visos de llegar a una pronta solución.
La urgencia de construir acuerdos obedece a que el próximo fin de semana se realizará el Congreso Nacional de donde surgirán los nombres de los candidatos a senadores y diputados federales, pero se espera llegar a esa convención con las candidaturas “amarradas”.
Por tanto, en caso de que se decida utilizar el método de selección a través de encuestas, estos procedimientos deberán realizarse entre hoy miércoles y mañana jueves, prácticamente sin tiempo de afinar detalles para no dejar cabos sueltos que deriven en mayores conflictos.
CHOQUE DE AMLO CON MILITANTES
La fisura que está rompiendo el blindaje de unidad en la izquierda es provocada por la inconformidad de las corrientes perredistas sobre la forma en que se están distribuyendo las candidaturas a escaños y curules federales.
El argumento es que por justicia partidista deberían ir en primera fórmula los militantes y no sus aliados que establecieron compromisos con Andrés Manuel López Obrador a cambio de posiciones políticas, lo que representa un primer choque entre el candidato presidencial y sus adeptos del sol azteca.
En el caso particular de Tabasco, los aspirantes a senadores Adán Augusto López, Fernando Mayans, Auldárico Hernández, Juan Manuel Fócil, Mónica Fernández y Óscar Cantón no están de acuerdo en que la primera fórmula sea encabezada por Pedro Jiménez León.
Estas diferencias han provocado desacuerdos en la forma en que se debe realizar la selección de candidatos. Mientras que el representante del Movimiento Ciudadano, junto con Óscar Cantón y Fernando Mayans abogan por el método de encuestas, los otros competidores consideran que se debe designar directamente a un militante del PRD para que encabecen las dos fórmulas.
Los enconos y discrepancias entre quienes aspiran a ser candidatos al Senado no son nuevos, datan desde la misma lucha social que dio origen a ese partido.
El rechazo de importantes cuadros perredistas a la nominación del diputado federal por Convergencia, hoy Movimiento Democrático, es plasmado por el regidor del Ayuntamiento de Centro Pablo Rodríguez Bonfil, quien expresó recientemente: “El PRD tiene memoria, no olvidamos que (Pedro Jiménez, entonces presidente del Congreso local durante el violento desalojo de perredistas en Plaza de Armas) nos garroteó a los militantes del PRD en 1995”.
En primera instancia, Jiménez León defendió su posible nominación al plantear que está dispuesto a someterse a una encuesta, pero ante las reticencias de los “fundadores” del PRD, amagó con dejar el proceso, acción que encontró rápida respuesta: “no nos quita el sueño si se va o no”.
Entre disputas por apartar sillas en el Congreso de la Unión, el jaloneo ha cobrado dimensiones peligrosas para la unidad de las Izquierdas. Este fin de semana próximo será la prueba de fuego para medir la madurez política del PRD y sus aliados. No obstante, el panorama actual revela una realidad incuestionable: las izquierdas en Tabasco no están del todo cohesionadas.
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