Desde cualquier punto de vista que lo veamos, en todos los partidos políticos: PRI, PAN o PRD, por citar los más representativos a nivel nacional, se han dado a la tarea de ir seleccionando sus diversos representantes populares, desde la Presidencia de la República pasando por diputados federales y senadores hasta los precandidatos estatales para la gubernatura, y seguramente en los próximos días los precandidatos a regidores y diputados locales.
En cada uno de estos partidos se han buscado los mejores métodos para realizar su selección interna y salir lo menos raspados entre competidores, pero sobre todo dar una imagen hacia el exterior de unidad.
Sin embargo, esta tarea de sacar candidatos, para los partidos se torna cada día más complicada ante la disyuntiva política de los intereses de grupos, que están más preocupados por proponer mayor número de candidatos para su grupo, tribus, sectas y ahora el llamado Movimiento de Regeneracion Nacional (Morena), pero sin medir el rango productivo de los que proponen, hablando en términos de competitividad que garantice el triunfo en su entorno político.
Ante este escenario en el que todos reclaman sus espacios y sus derechos, los grupos optan por seleccionar un método que garantice equidad, pero sobre todo que queden contentos con el método para elegir y medir el mejor posicionado internamente; las encuestas o sondeos de opinión generalmente son las herramientas que se utilizan en estos casos.
La realidad es otra: en este proceso político federal y local, las encuestas o sondeos de opinión han caído en desconfianza ante la intromisión y jaloneos de los grupos porque al final dichas encuestas no son más que un referente para legitimar los acuerdos de grupos y de línea en la repartición del pastel.
Ante esta situación, vemos actualmente cómo los partidos políticos, salvo honrosas excepciones, seleccionan candidatos y grupos sin importar la competitividad que deben dar en las urnas.
* Secretario de Movimientos Sociales y Democracia Sindical del Comité Ejecutivo Estatal del PRD.
En cada uno de estos partidos se han buscado los mejores métodos para realizar su selección interna y salir lo menos raspados entre competidores, pero sobre todo dar una imagen hacia el exterior de unidad.
Sin embargo, esta tarea de sacar candidatos, para los partidos se torna cada día más complicada ante la disyuntiva política de los intereses de grupos, que están más preocupados por proponer mayor número de candidatos para su grupo, tribus, sectas y ahora el llamado Movimiento de Regeneracion Nacional (Morena), pero sin medir el rango productivo de los que proponen, hablando en términos de competitividad que garantice el triunfo en su entorno político.
Ante este escenario en el que todos reclaman sus espacios y sus derechos, los grupos optan por seleccionar un método que garantice equidad, pero sobre todo que queden contentos con el método para elegir y medir el mejor posicionado internamente; las encuestas o sondeos de opinión generalmente son las herramientas que se utilizan en estos casos.
La realidad es otra: en este proceso político federal y local, las encuestas o sondeos de opinión han caído en desconfianza ante la intromisión y jaloneos de los grupos porque al final dichas encuestas no son más que un referente para legitimar los acuerdos de grupos y de línea en la repartición del pastel.
Ante esta situación, vemos actualmente cómo los partidos políticos, salvo honrosas excepciones, seleccionan candidatos y grupos sin importar la competitividad que deben dar en las urnas.
* Secretario de Movimientos Sociales y Democracia Sindical del Comité Ejecutivo Estatal del PRD.
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