En medio del coqueteo de Evaristo con los
azules y la inminente nominación de Luis Felipe Graham, la cúpula tricolor pone en la mesa de
negociaciones las listas al Congreso federal
Luis Enrique Martínez / luisenriquemarh@hotmail.com
La balcanización del PRI llegó a Tabasco. A la ciudadanía no le incomoda esa fractura sino la posibilidad de que el poder estatal quede en manos de un emisario del pasado: Arturo Núñez Jiménez.
En un último esfuerzo para evitar la ruptura tras 83 años de hegemonía local, la cúpula nacional priista abrió una tregua al proceso de selección del candidato a la gubernatura, que se augura será Luis Felipe Graham Zapata, para poner en la mesa de negociaciones las listas al Senado de la República y a la Cámara de Diputados federal.
Sin conocer el resultado de la encuesta aplicada del 6 al 8 de este mes, Evaristo Hernández Cruz abandonó la reunión vespertina del miércoles 11 cuando, según revelaría el jueves, quedaban como finalistas Luis Felipe Graham Zapata y Jesús Alí de la Torre. Una versión que aún no confirman ni invalidan quienes encabezan las negociaciones, aunque han filtrado el nombre del ex secretario de Salud como el ganador de una contienda que se contaminó por tanto manoseo.
Esa omisión, así como la inconformidad del presidente de la asociación local “Félix Fulgencio Palavicini”, que este domingo decidiría su futuro político, impulsó al dirigente estatal del PAN, Jorge Luis Ávalos Ramón, a reabrir la puerta de ese partido a los tránsfugas del PRI.
Asimismo, el escándalo en los medios de comunicación aumentó con la divulgación y difusión de respaldos particulares o de grupo a quienes aventajaban en la preferencia interna a Georgina Trujillo Zentella, Francisco Herrera León y al mismo Hernández Cruz.
La guerra mediática encontró insumos también en la presunta repartición del pastel político electoral que incluyó en la innumerable lista a Humberto Mayans Canabal, quien, tras abandonar el proceso interno el 22 de diciembre de 2011, iría como primera fórmula al Senado de la República.
En medio de la confusión, Miguel Alberto Romero Pérez confirmó el sábado 14 la virtual alianza electoral local del PRI con los partidos Nueva Alianza y Verde Ecologista de México. El registro de esa coalición ante el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana de Tabasco (IEPCT) sería este domingo 15.
Así estaba hasta la mañana del domingo el panorama político del Partido Revolucionario Institucional en Tabasco. Esto es, en la víspera de la reanudación de las negociaciones que encabeza en la capital del país el dirigente nacional de ese partido Pedro Joaquín Coldwell.
La carrera
El viernes 13, la cúpula nacional priista suspendió temporalmente la negociación de intereses con los supuestos punteros de la contienda. Aún no hay muertos ni heridos pero sí atentados como el registrado la madrugada del 15 de diciembre contra Evaristo Hernández Cruz.
Una guerra sucia a la que también algunos han llamado parto de los montes cuando simplemente es reflejo de la política a la mexicana, en donde el chisme de lavadero encontró hilo conductor en las redes sociales. La máquina de espionaje jamás creada por el hombre, según Julián Assange.
Inevitable señalar el origen de la descomposición del PRI en el país: la pérdida de Los Pinos en la elección presidencial de 2000. A tal derrota, Tabasco sobrevivió pero ya con actores ajenos a la tradicional clase política: Enrique Priego Oropeza, Manuel Andrade Díaz y Andrés Granier Melo.
Al igual que esos personajes, la docena de aspirantes a la contienda electoral del 1 de julio de 2012 empezó su carrera política en el último tercio del siglo pasado. De los cinco finalistas, Trujillo Zentella es la única con herencia política familiar.
Seis años después de perder ante Granier Melo, la actual diputada federal y el senador Herrera León repiten en el proceso interno. Pero igual a lo que ocurrió en 2006, no tenían ninguna oportunidad de éxito a no ser la aceptación de premios de consolación como los que se han divulgado recientemente.
Después de la infidencia de Hernández Cruz, los presuntos punteros de la carrera retornaron de la capital del país el viernes pasado. En declaraciones al arribar al aeropuerto de Villahermosa, Graham Zapata y Alí de la Torre derrocharon optimismo aunque insistieron en llamar a la unidad partidista.
Sin embargo, el exhorto pasó inadvertido por sus seguidores quienes anticiparon festejos, algunos, otros intensificaron las presiones internas en las cuales daban como ganador a sus respectivos candidatos.
Al apoyo, por ejemplo, de la dirigente femenil del sector popular, Liliana Jiménez, a favor del ex secretario de Salud, respondió la presidenta estatal de la Fundación Colosio, María Esther Dagdug Lutzow, quien en el papel de juez y parte dio por ganador de la encuesta al alcalde con licencia del ayuntamiento de Centro.
La disputa por la postulación, empero, la iniciaron justamente esos personajes que polarizan la base militante priista.
En enero de 2010, en la instalación nocturna del comité de salud en el municipio de Centro, Graham Zapata inexplicablemente inició su intervención pidiendo a su anfitrión cumplir con el mandato constitucional por el que había sido electo en octubre de 2009.
“Esperemos que no vaya a pedir licencia para buscar otro cargo de elección popular”, dijo, en broma o en serio, ante los asistentes al Salón Villahermosa del Palacio Municipal. Evidentemente sorprendido, Alí de la Torre escuchó el exhorto dibujando una sonrisa nerviosa.
Dos años después, ambos políticos disputaron hasta el final la candidatura que, hasta la mañana del lunes 16, parecía haberse inclinado por el ex funcionario del gobierno estatal. Detrás de ellos, inobjetablemente están Roberto Madrazo Pintado y Benito Neme Sastré, hijo del ex gobernador Salvador José Neme Castillo. Y nombrado coordinador jurídico del equipo de Enrique Peña Nieto.
La amenaza
A las dos de la tarde del sábado, Antonio González Curi, delegado nacional del CEN del PRI, reveló que hasta ese momento no había podido entablar comunicación con Hernández Cruz. Al mismo tiempo, el equipo de éste persistía en invitar a sus seguidores a participar en la concentración dominical en la Plaza de la Revolución.
En medio de la adversidad climática prevaleciente en la entidad, la dirigencia estatal del Partido Acción Nacional no descartaba la postulación del aún priista si en el transcurso de los días éste así lo solicitara. Tal disposición ahogaría la aspiración de Gerardo Priego Tapia y diluiría la propuesta de Juan José Rodríguez Prats para que su partido fuera a la elección de gobernador con externo pero de la sociedad civil.
No es la primera vez que un militante del PRI rompe con este partido para aparecer en las boletas electorales como candidato opositor.
Así ocurrió en 1988 cuando Andrés Manuel López Obrador enfrentó a Neme Castillo. Y en 1994, 2000 y 2006 con Juan José Rodríguez Prats, Héctor Arguello López, Gustavo Rosario Torres y Raúl Ojeda Zubieta, éste último que por tres ocasiones consecutivas fue candidato a gobernador del PRD.
Más de lo mismo es la virtual candidatura de Arturo Núñez Jiménez, a pesar de que su renuncia a la cuna partidista se remonte a 2006 tras obtener un escaño en el Senado de la República por la vía opositora.
Aunque con otros fines, la ruta de Hernández Cruz parece proseguir la que, históricamente, inició López Obrador cuando el 16 de agosto de 1983 renunció a la dirigencia estatal del Revolucionario Institucional siendo gobernador Enrique González Pedrero.
La amenaza de ruptura no es nueva. Falta saber si ahora esa fractura contribuye al ascenso de la alternancia en el Poder Ejecutivo estatal como desde 1988 plantea la oposición partidista. Y como desde el final del siglo pasado, la oportunidad está ahí aunque sea para un ex militante del PRI.
En un último esfuerzo para evitar la ruptura tras 83 años de hegemonía local, la cúpula nacional priista abrió una tregua al proceso de selección del candidato a la gubernatura, que se augura será Luis Felipe Graham Zapata, para poner en la mesa de negociaciones las listas al Senado de la República y a la Cámara de Diputados federal.
Sin conocer el resultado de la encuesta aplicada del 6 al 8 de este mes, Evaristo Hernández Cruz abandonó la reunión vespertina del miércoles 11 cuando, según revelaría el jueves, quedaban como finalistas Luis Felipe Graham Zapata y Jesús Alí de la Torre. Una versión que aún no confirman ni invalidan quienes encabezan las negociaciones, aunque han filtrado el nombre del ex secretario de Salud como el ganador de una contienda que se contaminó por tanto manoseo.
Esa omisión, así como la inconformidad del presidente de la asociación local “Félix Fulgencio Palavicini”, que este domingo decidiría su futuro político, impulsó al dirigente estatal del PAN, Jorge Luis Ávalos Ramón, a reabrir la puerta de ese partido a los tránsfugas del PRI.
Asimismo, el escándalo en los medios de comunicación aumentó con la divulgación y difusión de respaldos particulares o de grupo a quienes aventajaban en la preferencia interna a Georgina Trujillo Zentella, Francisco Herrera León y al mismo Hernández Cruz.
La guerra mediática encontró insumos también en la presunta repartición del pastel político electoral que incluyó en la innumerable lista a Humberto Mayans Canabal, quien, tras abandonar el proceso interno el 22 de diciembre de 2011, iría como primera fórmula al Senado de la República.
En medio de la confusión, Miguel Alberto Romero Pérez confirmó el sábado 14 la virtual alianza electoral local del PRI con los partidos Nueva Alianza y Verde Ecologista de México. El registro de esa coalición ante el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana de Tabasco (IEPCT) sería este domingo 15.
Así estaba hasta la mañana del domingo el panorama político del Partido Revolucionario Institucional en Tabasco. Esto es, en la víspera de la reanudación de las negociaciones que encabeza en la capital del país el dirigente nacional de ese partido Pedro Joaquín Coldwell.
La carrera
El viernes 13, la cúpula nacional priista suspendió temporalmente la negociación de intereses con los supuestos punteros de la contienda. Aún no hay muertos ni heridos pero sí atentados como el registrado la madrugada del 15 de diciembre contra Evaristo Hernández Cruz.
Una guerra sucia a la que también algunos han llamado parto de los montes cuando simplemente es reflejo de la política a la mexicana, en donde el chisme de lavadero encontró hilo conductor en las redes sociales. La máquina de espionaje jamás creada por el hombre, según Julián Assange.
Inevitable señalar el origen de la descomposición del PRI en el país: la pérdida de Los Pinos en la elección presidencial de 2000. A tal derrota, Tabasco sobrevivió pero ya con actores ajenos a la tradicional clase política: Enrique Priego Oropeza, Manuel Andrade Díaz y Andrés Granier Melo.
Al igual que esos personajes, la docena de aspirantes a la contienda electoral del 1 de julio de 2012 empezó su carrera política en el último tercio del siglo pasado. De los cinco finalistas, Trujillo Zentella es la única con herencia política familiar.
Seis años después de perder ante Granier Melo, la actual diputada federal y el senador Herrera León repiten en el proceso interno. Pero igual a lo que ocurrió en 2006, no tenían ninguna oportunidad de éxito a no ser la aceptación de premios de consolación como los que se han divulgado recientemente.
Después de la infidencia de Hernández Cruz, los presuntos punteros de la carrera retornaron de la capital del país el viernes pasado. En declaraciones al arribar al aeropuerto de Villahermosa, Graham Zapata y Alí de la Torre derrocharon optimismo aunque insistieron en llamar a la unidad partidista.
Sin embargo, el exhorto pasó inadvertido por sus seguidores quienes anticiparon festejos, algunos, otros intensificaron las presiones internas en las cuales daban como ganador a sus respectivos candidatos.
Al apoyo, por ejemplo, de la dirigente femenil del sector popular, Liliana Jiménez, a favor del ex secretario de Salud, respondió la presidenta estatal de la Fundación Colosio, María Esther Dagdug Lutzow, quien en el papel de juez y parte dio por ganador de la encuesta al alcalde con licencia del ayuntamiento de Centro.
La disputa por la postulación, empero, la iniciaron justamente esos personajes que polarizan la base militante priista.
En enero de 2010, en la instalación nocturna del comité de salud en el municipio de Centro, Graham Zapata inexplicablemente inició su intervención pidiendo a su anfitrión cumplir con el mandato constitucional por el que había sido electo en octubre de 2009.
“Esperemos que no vaya a pedir licencia para buscar otro cargo de elección popular”, dijo, en broma o en serio, ante los asistentes al Salón Villahermosa del Palacio Municipal. Evidentemente sorprendido, Alí de la Torre escuchó el exhorto dibujando una sonrisa nerviosa.
Dos años después, ambos políticos disputaron hasta el final la candidatura que, hasta la mañana del lunes 16, parecía haberse inclinado por el ex funcionario del gobierno estatal. Detrás de ellos, inobjetablemente están Roberto Madrazo Pintado y Benito Neme Sastré, hijo del ex gobernador Salvador José Neme Castillo. Y nombrado coordinador jurídico del equipo de Enrique Peña Nieto.
La amenaza
A las dos de la tarde del sábado, Antonio González Curi, delegado nacional del CEN del PRI, reveló que hasta ese momento no había podido entablar comunicación con Hernández Cruz. Al mismo tiempo, el equipo de éste persistía en invitar a sus seguidores a participar en la concentración dominical en la Plaza de la Revolución.
En medio de la adversidad climática prevaleciente en la entidad, la dirigencia estatal del Partido Acción Nacional no descartaba la postulación del aún priista si en el transcurso de los días éste así lo solicitara. Tal disposición ahogaría la aspiración de Gerardo Priego Tapia y diluiría la propuesta de Juan José Rodríguez Prats para que su partido fuera a la elección de gobernador con externo pero de la sociedad civil.
No es la primera vez que un militante del PRI rompe con este partido para aparecer en las boletas electorales como candidato opositor.
Así ocurrió en 1988 cuando Andrés Manuel López Obrador enfrentó a Neme Castillo. Y en 1994, 2000 y 2006 con Juan José Rodríguez Prats, Héctor Arguello López, Gustavo Rosario Torres y Raúl Ojeda Zubieta, éste último que por tres ocasiones consecutivas fue candidato a gobernador del PRD.
Más de lo mismo es la virtual candidatura de Arturo Núñez Jiménez, a pesar de que su renuncia a la cuna partidista se remonte a 2006 tras obtener un escaño en el Senado de la República por la vía opositora.
Aunque con otros fines, la ruta de Hernández Cruz parece proseguir la que, históricamente, inició López Obrador cuando el 16 de agosto de 1983 renunció a la dirigencia estatal del Revolucionario Institucional siendo gobernador Enrique González Pedrero.
La amenaza de ruptura no es nueva. Falta saber si ahora esa fractura contribuye al ascenso de la alternancia en el Poder Ejecutivo estatal como desde 1988 plantea la oposición partidista. Y como desde el final del siglo pasado, la oportunidad está ahí aunque sea para un ex militante del PRI.
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