martes, 13 de diciembre de 2011

La prioridad es Peña; incluye el sacrificio personal


Una organización política madura e institucionalizada premia la carrera de partido y a la militancia leal, afirma en víspera de la definición de candidatos para el 2012

¡Muera el rey! ¡Viva el rey! Sólo nueve meses le duró el gusto a Humberto Moreira de dirigir al partido que prepara su regreso a Los Pinos.
Su caída fue tan estrepitosa como el endeudamiento con que dejó el gobierno de Coahuila.
Y apenas llegó su sucesor, Pedro Joaquín Coldwell, ni quién se acuerde de él.
Hoy toda la atención, todos los reflectores, los flashes están sobre el quintanarroense, que dice:
“Lo tengo muy claro, la elección que llevó a cabo este Consejo Político Nacional de ninguna manera es un reconocimiento exclusivo a mi persona, es sobre todo el reconocimiento de una organización política madura e institucionalizada a la carrera de partido, a la militancia leal y comprometida, como la que practican diariamente miles de nuestros correligionarios en toda la geografía nacional”.
Joaquín Coldwell le reconoció a la lideresa interina —que ya regresó a la Secretaría General—, Cristina Díaz, su esmerado cuidado de las formas que posibilitaron que este relevo de la dirigencia nacional fluyera “dentro de los cauces políticos y estatutarios”.
Siguió ponderando la pertenencia al tricolor. “Estoy consciente del enorme compromiso que acabo de asumir; no lo hago de manera solitaria, siento que es algo que nos concierne a todos los militantes del PRI”, resaltó.
Y a esos militantes, les propuso asumir “un frente común, de cara a las próximas elecciones: trabajar incansablemente, trabajar sin desvíos, trabajar sin claudicaciones, sacrificando incluso aspiraciones personales, para que el 1 de diciembre del 2012 Enrique Peña Nieto, jure la Constitución como Presidente de la República”.

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