En el argot taurino, cuando hablan de que “no hay quinto malo”, se refieren a la época en que el ganadero situaba en la quinta plaza de la serie al toro que podía resultar más idóneo para entrar al trapo y así probar sus hechuras.
Ojalá y tal fuera el caso de la administración que encabeza Andrés Granier, que en sentido opuesto a lo que se estila en la tradición taurina llega al penúltimo año de su gestión calificado como el peor gobernador en la historia moderna de Tabasco.
Para cuando esta colaboración salga a la luz habrán pasado 2 días de la puesta teatral montada por Granier para sentir el calor de los aplausos y las porras pagadas, en lugar del acto republicano para rendir cuentas acerca del estado que guarda la administración pública estatal.
Puedo afirmar, al momento de escribir este texto (3 días antes del 13 de noviembre), que pese al boato y a los millones de pesos gastados en publicidad, los tabasqueños seguiremos sin respuestas a muchas interrogantes.
Continuaremos con las dudas sobre cómo se han ejercido los más de 150 mil millones de pesos que, en conjunto, ha recibido Granier de 2007 a 2011. Ello, gracias a que la calificación anual de las cuentas públicas, operada por la mayoría del PRI en el Congreso local, se realiza con el propósito de legitimar el saqueo de los recursos del pueblo.
Nada sobre el hecho de que Tabasco se ubica en los últimos lugares de educación a nivel nacional, menos acerca del desabasto de medicamentos o la carencia de médicos.
¿Cómo podría Granier explicar que durante su mandato aumentó la cantidad de pobres, a grado tal que representan el 57% del total de la población? Esto según el estudio de Medición de Pobreza 2010, del Consejo Nacional de Evaluación de Política y Desarrollo Social.
¿Qué dirá Granier sobre la conversión de Tabasco en la entidad del sureste que, oficialmente, generó el mayor volumen de personas sin trabajo, ocupando incluso del primero al cuarto lugar nacional en desempleo?
¿Atinará Granier a exponer que la falta de generación de fuentes de empleo se debe a que no somos competitivos? En efecto, según el IMCO, que es el Instituto Mexicano para la Competitividad A.C., Tabasco ocupa el lugar 29 a nivel nacional, es decir, a solo tres lugares de ser los últimos de la lista.
En su penúltimo informe, ¿tendrá Granier la grandeza de aceptar que según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Tabasco ocupa el lugar 21 en el Índice de Desarrollo Humano, y que la ausencia de ella se refleja de inmediato en graves problemas sociales y en la generación de conductas delictivas?
Con los datos expuestos, podemos decir que lamentable para los tabasqueños aquí no es posible aplicar el ya citado proverbio taurino, pero si expresar, con esperanza, que “no hay mal que dure 100 años, ni cuerpo que lo aguante”. Los ciudadanos tienen la palabra.
Para cuando esta colaboración salga a la luz habrán pasado 2 días de la puesta teatral montada por Granier para sentir el calor de los aplausos y las porras pagadas, en lugar del acto republicano para rendir cuentas acerca del estado que guarda la administración pública estatal.
Puedo afirmar, al momento de escribir este texto (3 días antes del 13 de noviembre), que pese al boato y a los millones de pesos gastados en publicidad, los tabasqueños seguiremos sin respuestas a muchas interrogantes.
Continuaremos con las dudas sobre cómo se han ejercido los más de 150 mil millones de pesos que, en conjunto, ha recibido Granier de 2007 a 2011. Ello, gracias a que la calificación anual de las cuentas públicas, operada por la mayoría del PRI en el Congreso local, se realiza con el propósito de legitimar el saqueo de los recursos del pueblo.
Nada sobre el hecho de que Tabasco se ubica en los últimos lugares de educación a nivel nacional, menos acerca del desabasto de medicamentos o la carencia de médicos.
¿Cómo podría Granier explicar que durante su mandato aumentó la cantidad de pobres, a grado tal que representan el 57% del total de la población? Esto según el estudio de Medición de Pobreza 2010, del Consejo Nacional de Evaluación de Política y Desarrollo Social.
¿Qué dirá Granier sobre la conversión de Tabasco en la entidad del sureste que, oficialmente, generó el mayor volumen de personas sin trabajo, ocupando incluso del primero al cuarto lugar nacional en desempleo?
¿Atinará Granier a exponer que la falta de generación de fuentes de empleo se debe a que no somos competitivos? En efecto, según el IMCO, que es el Instituto Mexicano para la Competitividad A.C., Tabasco ocupa el lugar 29 a nivel nacional, es decir, a solo tres lugares de ser los últimos de la lista.
En su penúltimo informe, ¿tendrá Granier la grandeza de aceptar que según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Tabasco ocupa el lugar 21 en el Índice de Desarrollo Humano, y que la ausencia de ella se refleja de inmediato en graves problemas sociales y en la generación de conductas delictivas?
Con los datos expuestos, podemos decir que lamentable para los tabasqueños aquí no es posible aplicar el ya citado proverbio taurino, pero si expresar, con esperanza, que “no hay mal que dure 100 años, ni cuerpo que lo aguante”. Los ciudadanos tienen la palabra.
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