Destacados atletas y dirigentes de asociaciones deportivas corroboran el nulo apoyo del Injudet al deporte durante esta administración
La parada deportiva del 20 de noviembre fue precedida por cuestionamientos a la directora del Instituto de la Juventud y el Deporte de Tabasco (Injudet), Melchi Franco Ruiz, quien en cinco años ha ejercido, sin éxito, un presupuesto acumulado de 550.2 millones de pesos.
A dirigentes de asociaciones deportivas, entrenadores, padres de familia y deportistas faltan adjetivos para calificar el periodo de 2007 a la fecha de la dependencia rectora del deporte estatal: “Elefante blanco”, “barril sin fondo”, “cueva de burócratas”, “pista de aviadores”, etcétera.
Para algunos la diferencia entre la presente administración del deporte y las anteriores como la de Armando Chávez Rivera “no es mucha”, salvo que ahora el deterioro de la infraestructura es equivalente a los fracasos deportivos de Tabasco a nivel nacional.
El botón de muestra está en la misma Ciudad Deportiva. La infraestructura que desde 1964 fue referente del sector en el sureste del país refleja el paso del tiempo pero también el abandono de las autoridades.
Como en anteriores administraciones, una vez más el Palacio de los Deportes es remodelado. Originalmente destinado para la práctica del basquetbol, ese espacio ahora es de usos múltiples sin medir el deterioro a la duela cuya restructuración afecta al erario sexenio tras sexenio.
Si las instalaciones del Estadio Olímpico, del Parque Centenario “del 27 de Febrero”, la original Alberca Olímpica registran deterioros inocultables, ya no se diga el mismo edificio que alberga las oficinas administrativas del Injudet.
Despilfarro
Según la revisión del presupuesto de egresos del Poder Ejecutivo de 2007 a 2011, anualmente Franco Ruiz administró un promedio de 110 millones de pesos. Esto es que en cinco años ejerció 550.2 millones de pesos.
En las pocas veces que concede entrevistas, la directora del Injudet ha evadido el tema diciendo que la mayor parte del presupuesto de la dependencia corresponde al Club Olmecas, el equipo de beisbol profesional propiedad del gobierno estatal.
La falta de transparencia y la opacidad en el manejo de los recursos inoculan especulaciones en la población:
¿Dónde están las butacas del auditorio? ¿Por qué algunas oficinas se habilitan como espacio para la práctica de tenis de mesa? ¿Cómo…? ¿Quién…? ¿Cuándo…? ¿Qué pasa en el Injudet?
La respuesta a todas esas interrogantes, la esbozan algunos de los críticos de la administración de Franco Ruiz:
“Porque el apoyo es mínimo, raquítico, el deporte en Tabasco está en el suelo. No hay seguimiento en ninguna disciplina. Si queremos que haya respuesta debe haber apoyo. No es posible que siendo Melchi Franco profesora de Educación Física no es posible que no vea las necesidades del deporte”, declara Jorge de la Cruz García, presidente de la Asociación de Levantamiento de Pesa.
“El apoyo del Injudet al deportista siempre ha sido limitado. La beca, por ejemplo, la pagan cada seis meses cuando debería ser mensual”, lamenta Carla Gabriela Rodríguez Ruiz, Premio Estatal del Deporte 2005 por sus resultados en atletismo.
Jorge Álvarez Romero, campeón continental de muay thai, afirma: “Nunca nos han apoyado. Los muchachos se costean viáticos y gastos de hospedaje y entrenamiento. Puede que exista apoyo a otros atletas pero nosotros no hemos recibido nada del Instituto…”.
“Los comités (deportivos) sólo están de adorno al igual que la dirección del Deporte: no existe nada es cosa de ver lo pésimo de las instalaciones”, denuncia Juan Carlos Hernández, boxeador.
Felipe Moscoso, presidente de la Asociación de Full Contact, es contundente: “Es una grosería lo que hacen con nosotros que lo único que deseamos es que el deporte despunte. Desde que nos cerraron el gimnasio no me acercó al Injudet. Ni voy a buscarlos”.
Entre otros protagonistas del deporte en la entidad, Juan Federico Rodríguez, entrenador de patines sobre ruedas, concluye el sondeo periodístico:
“No hemos recibido absolutamente nada. Tenemos una competencia del 17 al 21 en Puebla y nos dijeron que no hay apoyos sino hasta febrero de 2012. Metimos las cartas, les dimos el seguimiento que piden y ni así. No podremos participar porque se debe pagar fichas de ingreso y cuotas de participación, además de transporte, hotel y comida. Mejor no vamos…”.
A dirigentes de asociaciones deportivas, entrenadores, padres de familia y deportistas faltan adjetivos para calificar el periodo de 2007 a la fecha de la dependencia rectora del deporte estatal: “Elefante blanco”, “barril sin fondo”, “cueva de burócratas”, “pista de aviadores”, etcétera.
Para algunos la diferencia entre la presente administración del deporte y las anteriores como la de Armando Chávez Rivera “no es mucha”, salvo que ahora el deterioro de la infraestructura es equivalente a los fracasos deportivos de Tabasco a nivel nacional.
El botón de muestra está en la misma Ciudad Deportiva. La infraestructura que desde 1964 fue referente del sector en el sureste del país refleja el paso del tiempo pero también el abandono de las autoridades.
Como en anteriores administraciones, una vez más el Palacio de los Deportes es remodelado. Originalmente destinado para la práctica del basquetbol, ese espacio ahora es de usos múltiples sin medir el deterioro a la duela cuya restructuración afecta al erario sexenio tras sexenio.
Si las instalaciones del Estadio Olímpico, del Parque Centenario “del 27 de Febrero”, la original Alberca Olímpica registran deterioros inocultables, ya no se diga el mismo edificio que alberga las oficinas administrativas del Injudet.
Despilfarro
Según la revisión del presupuesto de egresos del Poder Ejecutivo de 2007 a 2011, anualmente Franco Ruiz administró un promedio de 110 millones de pesos. Esto es que en cinco años ejerció 550.2 millones de pesos.
En las pocas veces que concede entrevistas, la directora del Injudet ha evadido el tema diciendo que la mayor parte del presupuesto de la dependencia corresponde al Club Olmecas, el equipo de beisbol profesional propiedad del gobierno estatal.
La falta de transparencia y la opacidad en el manejo de los recursos inoculan especulaciones en la población:
¿Dónde están las butacas del auditorio? ¿Por qué algunas oficinas se habilitan como espacio para la práctica de tenis de mesa? ¿Cómo…? ¿Quién…? ¿Cuándo…? ¿Qué pasa en el Injudet?
La respuesta a todas esas interrogantes, la esbozan algunos de los críticos de la administración de Franco Ruiz:
“Porque el apoyo es mínimo, raquítico, el deporte en Tabasco está en el suelo. No hay seguimiento en ninguna disciplina. Si queremos que haya respuesta debe haber apoyo. No es posible que siendo Melchi Franco profesora de Educación Física no es posible que no vea las necesidades del deporte”, declara Jorge de la Cruz García, presidente de la Asociación de Levantamiento de Pesa.
“El apoyo del Injudet al deportista siempre ha sido limitado. La beca, por ejemplo, la pagan cada seis meses cuando debería ser mensual”, lamenta Carla Gabriela Rodríguez Ruiz, Premio Estatal del Deporte 2005 por sus resultados en atletismo.
Jorge Álvarez Romero, campeón continental de muay thai, afirma: “Nunca nos han apoyado. Los muchachos se costean viáticos y gastos de hospedaje y entrenamiento. Puede que exista apoyo a otros atletas pero nosotros no hemos recibido nada del Instituto…”.
“Los comités (deportivos) sólo están de adorno al igual que la dirección del Deporte: no existe nada es cosa de ver lo pésimo de las instalaciones”, denuncia Juan Carlos Hernández, boxeador.
Felipe Moscoso, presidente de la Asociación de Full Contact, es contundente: “Es una grosería lo que hacen con nosotros que lo único que deseamos es que el deporte despunte. Desde que nos cerraron el gimnasio no me acercó al Injudet. Ni voy a buscarlos”.
Entre otros protagonistas del deporte en la entidad, Juan Federico Rodríguez, entrenador de patines sobre ruedas, concluye el sondeo periodístico:
“No hemos recibido absolutamente nada. Tenemos una competencia del 17 al 21 en Puebla y nos dijeron que no hay apoyos sino hasta febrero de 2012. Metimos las cartas, les dimos el seguimiento que piden y ni así. No podremos participar porque se debe pagar fichas de ingreso y cuotas de participación, además de transporte, hotel y comida. Mejor no vamos…”.
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