martes, 15 de noviembre de 2011

DOSSIER


* Campaña de rumores. * La cruda realidad
* Caso Blake: El desliz de un tabasqueño

Con una inusitada celeridad crece y crece desde la semana anterior el rumor de que Humberto Mayans será ungido como candidato del PRI al Gobierno de Tabasco.

La versión que surgió desde el martes pasado considera una serie de acciones políticas encaminadas a robustecer esa percepción, coincidentemente previo al acto protocolario del V informe de gobierno, pero fundamentalmente estaban dirigidas para la ceremonia del mensaje en donde estaría, entre otros, Enrique Peña Nieto.
Primer error, porque debido a las circunstancias que se presentaron en el país todo terminó modificándose y la estrategia de las porras y los coros a su nombre (sin estar presente) resultó igualmente fallida.
Pese a sus denodados esfuerzos, aparejado crece también el desacuerdo con su imagen política ante la sociedad.
Es considerado un personaje iracundo y obstinado, capaz de dejar a la deriva procesos y decisiones cuando le son desfavorables (como ahora). Militó y renunció al PRI en 2000 por lo que consideró una imposición de Manuel Andrade en la candidatura, pese a ello como si nada hubiese ocurrido y olvidando sus supuestos agravios personales comió con él apenas el pasado viernes. Todo se vale.
Adujo “intereses mezquinos decisorios” renunciando a participar en el proceso interno de su partido para elegir candidato al Gobierno. Pese al apoyo del gobernador, quien lo designó secretario de Gobierno desde 2007, dejó la contienda sin mayores precisiones más que las que resumen tres simples palabras.
Su estrategia de “estar sin estar” tuvo una falla contundente. Conforme pasaron los meses bajó su posición en el espectro político y es progresiva, en tanto que sus contrincantes aumentaron sus posibilidades.
De esta manera la renuncia de Humberto Mayans a la candidatura fue una mala decisión. Y en política no hay segundas oportunidades.
Una candidatura a gobernador debe ser fuerte políticamente (como sin duda lo fue Humberto, nadie duda de sus capacidades) pero también debe garantizar el triunfo de su partido y esta condición no la cumple. El aspirante a la candidatura Evaristo Hernández Cruz dijo hace poco: “Humberto puede ser candidato, pero nunca será gobernador”.
De no haber renunciado, ¿sería Mayans la mejor opción para el PRI? Nunca se sabrá, lo que sí se sabe es que no representa una opción para mantener el gobierno, desde la óptica de los priistas. Sus acciones denotan debilidad en lugar de fuerza; desesperación en vez de estrategia política; y lo peor; más división y no unidad. Aunque se empeñen en hacer creer lo contrario...
El desliz de un paisano; Salvador Neme, en el caso Blake: El desplome y siniestro del helicóptero ocurrió en una región serrana del municipio de Chalco, Edomex, donde murió el secretario de Gobernación, José Francisco Blake Mora. Además del arribo inmediato del secretario de Comunicaciones y Transportes, Dionisio Pérez Jácome-Friscione por instrucción presidencial y del jefe de Gobierno del D.F., Marcelo Ebrard, otro de los que estuvieron minutos después del incidente fue el secretario de Seguridad Ciudadana del Estado de México, el tabasqueño Salvador José Neme Sastré.
Aún y cuando eso fue un acierto por la rápida diligencia con la que actuó la dependencia que encabeza para trasladarse al lugar del incidente, no lo fue el haber correspondido a los supuestos de Carlos Loret de Mola (economista de profesión) con una pregunta tendenciosa que le formuló al aire.
El planteamiento era en el sentido de sí había observado humo, una explosión o algo distinto que hiciera pensar otra cosa, a lo que Neme Sastré le respondió que no, , sin que eso significara descartar que hubiera sido propiamente un accidente.
No había necesidad de entrar en polémicas innecesarias, sobre todo cuando se sabe que el caso será atraído por las instancias federales y en todo caso pudo haber sido competencia en calidad de coadyuvante en investigación de la Procuraduría mexiquense, pero no de Seguridad Ciudadana. En fin…

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