Una gran depresión económica parecida a la que se está viviendo actualmente en todo el mundo sucedió hace aproximadamente 70 años: el crack de 1929 tras la caída de la bolsa estadounidense desató la gran depresión no solo económica sino social.
1929 cambió el rumbo de la historia con la debacle bursátil. 2011 está cambiando la historia por la avaricia de los mercados, los banqueros, que en su tiempo (1931) el Papa Pío XI los llamó así:
“Imperialismo Internacional del Dinero... dueños absolutos del dinero, gobiernan el crédito y lo distribuyen a su gusto; diríase que administran la sangre de la cual vive toda la economía, y que de tal modo tienen en sus mano, por decirlo así, el alma de la vida económica, que nadie podría respirar contra su voluntad” (encíclica Quadragésima anno).
Si 1929 acabó en la indeseable consecuencia de una guerra mundial, ¿por qué ahora no habría de pasar, cuando la historia siempre es cíclica?
El modelo económico neoliberal llegó a su fin.
No nos engañemos. Fue muy fácil entrar a través de la imposición de diversos organismos financieros (Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial), así como agentes estadounidenses quienes instrumentaron políticas en formas más extremas por vanguardias domésticas reaccionarias, por defender la oligarquía (plutocracia) y privilegiar los intereses extranjeros en lugar de la democracia y el bienestar social de México.
Políticas que las han instrumentado desde dentro de las instituciones mexicanas, pero por gobernantes que son entrenados en universidades de Estados Unidos para legitimar este modelo económico en México y el mundo.
Lo difícil va a ser salir, y si no que se lo pregunten a los millones de indignados que se manifiestan en todo el mundo, bajo el lema “Unidos para un cambio global”.
Las diversas manifestaciones en más de 951 ciudades de 82 países lo demuestran: urge un verdadero cambio en la política económica. De lo contrario estamos en la antesala del resurgimiento de grandes movimientos nacionalistas que dieron origen al modelo económico alemán en la época de Adolfo Hitler: el camino del capital- trabajo.
Bajo este esquema Alemania resurgió de la miseria para convertirse en una potencia internacional desafiando al modelo económico neoliberal. Es decir, desenmascaró la maquinación económica de los banqueros, lo que dio origen a la segunda guerra mundial.
“Imperialismo Internacional del Dinero... dueños absolutos del dinero, gobiernan el crédito y lo distribuyen a su gusto; diríase que administran la sangre de la cual vive toda la economía, y que de tal modo tienen en sus mano, por decirlo así, el alma de la vida económica, que nadie podría respirar contra su voluntad” (encíclica Quadragésima anno).
Si 1929 acabó en la indeseable consecuencia de una guerra mundial, ¿por qué ahora no habría de pasar, cuando la historia siempre es cíclica?
El modelo económico neoliberal llegó a su fin.
No nos engañemos. Fue muy fácil entrar a través de la imposición de diversos organismos financieros (Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial), así como agentes estadounidenses quienes instrumentaron políticas en formas más extremas por vanguardias domésticas reaccionarias, por defender la oligarquía (plutocracia) y privilegiar los intereses extranjeros en lugar de la democracia y el bienestar social de México.
Políticas que las han instrumentado desde dentro de las instituciones mexicanas, pero por gobernantes que son entrenados en universidades de Estados Unidos para legitimar este modelo económico en México y el mundo.
Lo difícil va a ser salir, y si no que se lo pregunten a los millones de indignados que se manifiestan en todo el mundo, bajo el lema “Unidos para un cambio global”.
Las diversas manifestaciones en más de 951 ciudades de 82 países lo demuestran: urge un verdadero cambio en la política económica. De lo contrario estamos en la antesala del resurgimiento de grandes movimientos nacionalistas que dieron origen al modelo económico alemán en la época de Adolfo Hitler: el camino del capital- trabajo.
Bajo este esquema Alemania resurgió de la miseria para convertirse en una potencia internacional desafiando al modelo económico neoliberal. Es decir, desenmascaró la maquinación económica de los banqueros, lo que dio origen a la segunda guerra mundial.
No hay comentarios:
Publicar un comentario