Jaime Mier habla de las preocupaciones
de los tabasqueños, recogidas en su
experiencia como presidente de la Fundación
Isabel de la Parra-Alianza por Tabasco
“El principal problema de Tabasco es, sin duda, la inseguridad”, señala Jaime Mier y Terán Suárez. Y agrega: “Lo tenemos documentado ampliamente y se refleja en la preocupación de las madres de qué va a pasar con sus hijos cuando salgan de la escuela, con su marido cuando salga del trabajo, con su dinero cuando ellas, amas de casa, vayan al mercado y les roben sus limitados recursos; qué va a pasar con sus casas”.
Esta preocupación —puntualiza el presidente de la Fundación Isabel de la Parra-Alianza por Tabasco— no nada más se manifiesta en las clases populares; también en las clases media y alta están pensando en qué momento los van a secuestrar o extorsionar.
“Esa es la prioridad” hoy en Tabasco, recalca el ex secretario de Salud del estado.
INSEGURIDAD Y DESEMPLEO, DE LA MANO
Si bien refiere las aflicciones que le manifiestan los tabasqueños con los que tiene contacto a diario en la Fundación que preside, también alude a estadísticas oficiales que le dan la razón a sus argumentos.
Cita la encuesta que publicó el INEGI este año, donde se habla de la ‘victimización’, y Tabasco se ubica como una de las entidades de la República con mayor sentido de victimización; es decir, la idea de que somos potenciales víctimas de la ocurrencia de algún delito.
Añade que este estudio fue correlacionado con algunos elementos; se compara con la ‘seguridad’ que ofrecen las corporaciones policiacas y con los índices de desempleo, en los que Tabasco se colocó, apenas el año pasado, en primer lugar. Pero además, comparándonos con los 10 peores estados, éstos siguen teniendo desempleo pero de manera decreciente, y en el caso de la entidad está creciendo.
Expone que resulta paradigmático lo que ocurre en Tabasco, “porque en los estudios que se refieren a la entidad hay una clara tendencia de que aquí hay pocas oportunidades de obtener un empleo y, por consecuencia, de generación de riqueza. Y estos dos temas tienen que ver fundamentalmente con los jóvenes”, subraya.
OCUPACIÓN O DELINCUENCIA, DESTINO DE JÓVENES
Los jóvenes de hoy, apunta Mier y Terán, son una generación que no encuentra por ninguna parte sus espacios. “Únicamente tiene dos salidas: una de ellas que es la que se está haciendo cada vez más estrecha, la del empleo, la del deporte, la cultura, y el entretenimiento. Y otra, que cada vez se está haciendo más grande, la salida hacia las adicciones, la delincuencia, un camino que no nos lleva a ningún escenario de progreso y desarrollo”, señala.
“Eso tenemos que revertirlo”, enfatiza, sobre todo cuando la mayor parte de los delincuentes que hoy vemos a diario son jóvenes, pero las principales víctimas de la delincuencia son también jóvenes. En la delincuencia, pues, participan como victimarios y como víctimas, precisa.
Considera que se tienen que crear y fomentar políticas públicas dirigidas a este sector de la población, “pero tenemos que hacer trabajo en la sociedad para ellos”.
Advierte que esto no se logrará si no se coloca “en la punta de la pirámide de Tabasco” el transitar hacia un estado de transparencia en el manejo de los asuntos públicos. Esto es, explica, un estado apegado a derecho, a la transparencia, a la rectitud, a cumplir al ciudadano.
Entonces, remarca, no habrá en lo absoluto una estrategia eficaz para combatir a la delincuencia, que sí tiene un camino muy claro y eso no se combate con un librito en la mano o con buenas intenciones, si no se recompone a las corporaciones policiacas, dignificando la labor del policía, que debe de ser bien remunerado, capacitado, reconocido, con todos los exámenes de confianza aplicados necesarios, y después trabajar en el desarrollo de las comunidades más marginadas que son un “excelente campo de cultivo para la delincuencia”, porque hay mucho desempleo.
FALTAN CONDICIONES PARA GENERAR RIQUEZA
Señala que si no hay inversiones, no se pueden generar empresas, e indica que el gobierno y Pemex “no lo son todo para generar riqueza”; tenemos que explorar fuentes alternas, pero aquellos que vengan aquí a invertir necesitan condiciones propicias, garantías de permanencia, porque no hay ninguna otra forma de generar riqueza que no sea a través de las inversiones, observa.
Expone que inversionistas locales han marchado a otras partes con sus capitales y negocios por falta de garantías en general, principalmente de seguridad. Por esta razón, recalca, los foráneos no van a venir porque no hay seguridad personal, ni patrimonial y los de aquí no lo seguirán haciendo por temor al secuestro, la extorsión, “y eso tiene que cambiar”.
La percepción de corrupción, prosigue, es otro tema fundamental, porque no andamos muy bien ni como país, ni como estado.
EL AGUA “ES UNA BENDICIÓN”, PERO…
Otro punto que el entrevistado refiere como prioridad en la agenda de Tabasco es el tema del agua. “Primero que nada —anota— tenemos que darle la vuelta a la página: el agua es una bendición”. Y lo dice, porque considera que el próximo año va a registrarse en el país una de las sequías más severas de las que se tenga memoria.
Para los tabasqueños, dice, es difícil convivir con el agua, “pero creo que es imposible vivir sin ella; tenemos que hacer muchas cosas para el control de las avenidas de agua, pero no verlo como una maldición, sino como una alternativa de riqueza”.
Y aquí hay tres aspectos fundamentales, menciona. Y los detalla:
Uno, “no vamos a poder contener el cambio climático en este pequeño lugar que es apenas el 1.3 por ciento del territorio nacional y que sin duda es la zona más vulnerable al cambio climático, de modo que lo que podamos proteger en nuestro patrimonio habrá que hacerlo con transparencia, pero entre todos”.
Dos, “tendremos que cambiar nuestro estilo de vida, pero lo tendrán que hacer también en todo el mundo conocido. Carlos Gay nos dio una perspectiva clara, que en el mejor de los casos, en el primer tercio de este siglo el nivel del mar va a aumentar 70 centímetros y eso nos va a llevar a perder mucho territorio y es una realidad inevitable; vamos a proteger hasta donde se pueda, con la claridad de que tendremos que cambiar nuestros estilos de vida”.
Y tres, “posiblemente habrá migraciones y si no las vemos entonces vendrán los problemas; hay que empezar a construir las opciones necesarias”.
NO PELEAR “CON ESPADITAS DE MADERA”
Jaime Mier y Terán expresa que “si nuestro pleito sigue siendo quién va a ser el candidato o candidata en 2012, estamos peleando una guerra con espaditas de madera. Tiene que haber claridad para los próximos 30 ó 50 años”.
Indica que ahora nos estamos desgarrando con el Plan Hídrico, “y quien lo hace, está equivocado. En este momento nos estamos inundando por ríos que no tienen absolutamente nada que ver con las presas; más bien estos no tienen control”.
Luego se le pregunta: ¿De qué vamos a vivir en 30 años? ¿Del petróleo, del gobierno? Responde: “No lo creo, por eso debemos de construir nuestros propios escenarios”.
Propone que “invirtamos más en la educación, porque el tema es generacional, hay una población ávida de mayor formación académica en edades comprendidas de 15 a 25 años. Si ahí está nuestro mayor patrimonio, pues entonces metamos todo a la educación media superior, a las universidades, a los tecnológicos, pero no con visión de corto plazo”.
“Tabasco —concluye— no anda mal en infraestructura; ahora hay que invertirle más a la calidad. Sí, es cierto que hemos mejorado y todo eso, pero comparándonos con todo el mundo, andamos en los últimos lugares”.
Plantea casos exitosos de países que invierten mucho en educación y en desarrollo tecnológico. Refiere a China y Finlandia. Agrega: “A mí me gustaría que eso pasara en Tabasco, que hubiera más educación, más desarrollo tecnológico, económico, académico… Si no le dedicamos tiempo e inversión, entonces, ¿hacia dónde vamos?”.
Por último, afirma que la Fundación Isabel de la Parra se ha convertido en un instrumento para generar ideas, y promover un cambio en el estado, “pero lo más importante: es que provienen de la sociedad civil, del tabasqueño común, que externa sus problemas, sus inquietudes y eso nos ha llevado a identificar con mucha claridad cuáles son los problemas que preocupan y ocupan a los tabasqueños. También hay propuestas de soluciones que emanan de los propios tabasqueños y de los expertos que hemos tenido foros”.
Esta preocupación —puntualiza el presidente de la Fundación Isabel de la Parra-Alianza por Tabasco— no nada más se manifiesta en las clases populares; también en las clases media y alta están pensando en qué momento los van a secuestrar o extorsionar.
“Esa es la prioridad” hoy en Tabasco, recalca el ex secretario de Salud del estado.
INSEGURIDAD Y DESEMPLEO, DE LA MANO
Si bien refiere las aflicciones que le manifiestan los tabasqueños con los que tiene contacto a diario en la Fundación que preside, también alude a estadísticas oficiales que le dan la razón a sus argumentos.
Cita la encuesta que publicó el INEGI este año, donde se habla de la ‘victimización’, y Tabasco se ubica como una de las entidades de la República con mayor sentido de victimización; es decir, la idea de que somos potenciales víctimas de la ocurrencia de algún delito.
Añade que este estudio fue correlacionado con algunos elementos; se compara con la ‘seguridad’ que ofrecen las corporaciones policiacas y con los índices de desempleo, en los que Tabasco se colocó, apenas el año pasado, en primer lugar. Pero además, comparándonos con los 10 peores estados, éstos siguen teniendo desempleo pero de manera decreciente, y en el caso de la entidad está creciendo.
Expone que resulta paradigmático lo que ocurre en Tabasco, “porque en los estudios que se refieren a la entidad hay una clara tendencia de que aquí hay pocas oportunidades de obtener un empleo y, por consecuencia, de generación de riqueza. Y estos dos temas tienen que ver fundamentalmente con los jóvenes”, subraya.
OCUPACIÓN O DELINCUENCIA, DESTINO DE JÓVENES
Los jóvenes de hoy, apunta Mier y Terán, son una generación que no encuentra por ninguna parte sus espacios. “Únicamente tiene dos salidas: una de ellas que es la que se está haciendo cada vez más estrecha, la del empleo, la del deporte, la cultura, y el entretenimiento. Y otra, que cada vez se está haciendo más grande, la salida hacia las adicciones, la delincuencia, un camino que no nos lleva a ningún escenario de progreso y desarrollo”, señala.
“Eso tenemos que revertirlo”, enfatiza, sobre todo cuando la mayor parte de los delincuentes que hoy vemos a diario son jóvenes, pero las principales víctimas de la delincuencia son también jóvenes. En la delincuencia, pues, participan como victimarios y como víctimas, precisa.
Considera que se tienen que crear y fomentar políticas públicas dirigidas a este sector de la población, “pero tenemos que hacer trabajo en la sociedad para ellos”.
Advierte que esto no se logrará si no se coloca “en la punta de la pirámide de Tabasco” el transitar hacia un estado de transparencia en el manejo de los asuntos públicos. Esto es, explica, un estado apegado a derecho, a la transparencia, a la rectitud, a cumplir al ciudadano.
Entonces, remarca, no habrá en lo absoluto una estrategia eficaz para combatir a la delincuencia, que sí tiene un camino muy claro y eso no se combate con un librito en la mano o con buenas intenciones, si no se recompone a las corporaciones policiacas, dignificando la labor del policía, que debe de ser bien remunerado, capacitado, reconocido, con todos los exámenes de confianza aplicados necesarios, y después trabajar en el desarrollo de las comunidades más marginadas que son un “excelente campo de cultivo para la delincuencia”, porque hay mucho desempleo.
FALTAN CONDICIONES PARA GENERAR RIQUEZA
Señala que si no hay inversiones, no se pueden generar empresas, e indica que el gobierno y Pemex “no lo son todo para generar riqueza”; tenemos que explorar fuentes alternas, pero aquellos que vengan aquí a invertir necesitan condiciones propicias, garantías de permanencia, porque no hay ninguna otra forma de generar riqueza que no sea a través de las inversiones, observa.
Expone que inversionistas locales han marchado a otras partes con sus capitales y negocios por falta de garantías en general, principalmente de seguridad. Por esta razón, recalca, los foráneos no van a venir porque no hay seguridad personal, ni patrimonial y los de aquí no lo seguirán haciendo por temor al secuestro, la extorsión, “y eso tiene que cambiar”.
La percepción de corrupción, prosigue, es otro tema fundamental, porque no andamos muy bien ni como país, ni como estado.
EL AGUA “ES UNA BENDICIÓN”, PERO…
Otro punto que el entrevistado refiere como prioridad en la agenda de Tabasco es el tema del agua. “Primero que nada —anota— tenemos que darle la vuelta a la página: el agua es una bendición”. Y lo dice, porque considera que el próximo año va a registrarse en el país una de las sequías más severas de las que se tenga memoria.
Para los tabasqueños, dice, es difícil convivir con el agua, “pero creo que es imposible vivir sin ella; tenemos que hacer muchas cosas para el control de las avenidas de agua, pero no verlo como una maldición, sino como una alternativa de riqueza”.
Y aquí hay tres aspectos fundamentales, menciona. Y los detalla:
Uno, “no vamos a poder contener el cambio climático en este pequeño lugar que es apenas el 1.3 por ciento del territorio nacional y que sin duda es la zona más vulnerable al cambio climático, de modo que lo que podamos proteger en nuestro patrimonio habrá que hacerlo con transparencia, pero entre todos”.
Dos, “tendremos que cambiar nuestro estilo de vida, pero lo tendrán que hacer también en todo el mundo conocido. Carlos Gay nos dio una perspectiva clara, que en el mejor de los casos, en el primer tercio de este siglo el nivel del mar va a aumentar 70 centímetros y eso nos va a llevar a perder mucho territorio y es una realidad inevitable; vamos a proteger hasta donde se pueda, con la claridad de que tendremos que cambiar nuestros estilos de vida”.
Y tres, “posiblemente habrá migraciones y si no las vemos entonces vendrán los problemas; hay que empezar a construir las opciones necesarias”.
NO PELEAR “CON ESPADITAS DE MADERA”
Jaime Mier y Terán expresa que “si nuestro pleito sigue siendo quién va a ser el candidato o candidata en 2012, estamos peleando una guerra con espaditas de madera. Tiene que haber claridad para los próximos 30 ó 50 años”.
Indica que ahora nos estamos desgarrando con el Plan Hídrico, “y quien lo hace, está equivocado. En este momento nos estamos inundando por ríos que no tienen absolutamente nada que ver con las presas; más bien estos no tienen control”.
Luego se le pregunta: ¿De qué vamos a vivir en 30 años? ¿Del petróleo, del gobierno? Responde: “No lo creo, por eso debemos de construir nuestros propios escenarios”.
Propone que “invirtamos más en la educación, porque el tema es generacional, hay una población ávida de mayor formación académica en edades comprendidas de 15 a 25 años. Si ahí está nuestro mayor patrimonio, pues entonces metamos todo a la educación media superior, a las universidades, a los tecnológicos, pero no con visión de corto plazo”.
“Tabasco —concluye— no anda mal en infraestructura; ahora hay que invertirle más a la calidad. Sí, es cierto que hemos mejorado y todo eso, pero comparándonos con todo el mundo, andamos en los últimos lugares”.
Plantea casos exitosos de países que invierten mucho en educación y en desarrollo tecnológico. Refiere a China y Finlandia. Agrega: “A mí me gustaría que eso pasara en Tabasco, que hubiera más educación, más desarrollo tecnológico, económico, académico… Si no le dedicamos tiempo e inversión, entonces, ¿hacia dónde vamos?”.
Por último, afirma que la Fundación Isabel de la Parra se ha convertido en un instrumento para generar ideas, y promover un cambio en el estado, “pero lo más importante: es que provienen de la sociedad civil, del tabasqueño común, que externa sus problemas, sus inquietudes y eso nos ha llevado a identificar con mucha claridad cuáles son los problemas que preocupan y ocupan a los tabasqueños. También hay propuestas de soluciones que emanan de los propios tabasqueños y de los expertos que hemos tenido foros”.
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