A 519 años del descubrimiento de
América, el concepto “hispanismo” se
renueva y fortalece su identidad cultural
Hablar sobre hispanidad es referirse a las naciones que tienen como lengua materna el español y comparten una cultura relacionada con la de España. En términos lingüísticos, el concepto “hispanidad” es definido por la Real Lengua Española (RAE) como: “1. Carácter genérico de todos los pueblos de lengua y cultura hispánica. 2. Conjunto y comunidad de los pueblos hispánicos”. Asimismo, la acepción “hispánico” se refiere a lo “perteneciente o relativo a España… o a los pueblos que formaron parte de ella y a los que nacieron de estos pueblos en época posterior… o a la lengua y la cultura españolas”.
Por tanto, la historia de la cultura hispana se circunscribe a la historia de los países donde se habla el español y que forjaron su identidad tras ser conquistados o colonizados por la nación ibérica, aunque cabe señalar que un concepto más amplio del término proviene de la época de los fenicios y posteriormente de los romanos que utilizaron el vocablo “Hispania” para referirse a la península ibérica, hoy integrada por España y Portugal.
El concepto de “Hispanidad”, tal y como lo conocemos en la actualidad, fue acuñado en los albores del siglo XX, si bien entre los especialistas hay un acalorado debate sobre el autor de este término. La mayoría de los artículos, ensayos y libros que abordan el tema de la cultura hispánica se lo atribuyen al Pbro. Zacarías de Vizcarra.
Al margen de esta polémica, lo cierto es que en 1958 España oficializó el cambio de nombre a la celebración, decretando el 12 de octubre como “Día de la Hispanidad”. A partir de esa fecha comenzaron a aparecer diversas organizaciones orientadas al rescate, conservación y difusión de la cultura hispánica.
Tras la caída del régimen militar de Francisco Franco (1975) y la restauración de la democracia en España, se fue generando un acercamiento entre América Latina y los países ibéricos (España y Portugal), hasta que en 1991 se creó la Cumbre Iberoamericana, de la que surgieron más organismos y movimientos sociales que redundaron en un fortalecimiento del concepto de “Hispanidad”, esta vez incluyendo al portugués como parte de esta cultura, cuya presencia fue más notoria en los Estados Unidos de Norteamérica, con el fenómeno de “latinoamericanización” del país anglosajón.
Caso contrario ha sido el de Filipinas (nombrada así en honor al rey Felipe II de España), considerado el único país hispánico de Asia; aunque todavía conserva en pequeños grupos esa herencia cultural, con el paso con el paso de los años se ha ido diluyendo su influencia, al igual que el uso del idioma, al igual que Guinea Ecuatorial.
Otro filón de estudio es el término “Latino”, que se refiere a la identidad étnica-cultural de las comunidades ibéricas y latinoamericanas, incluyendo los orígenes afro e indoamericanos y en menor rasgo las influencias de corrientes migratorias como italianas, francesas, alemanas, inglesas, árabes y otras.
Se estima que en el mundo un total de 29 naciones comparten en la actualidad rasgos culturales hispanos en los cinco continentes y alrededor de 350 millones de personas hablan el idioma español, aunque en este último dato algunos colocan la cifra en poco menos de 500 millones de hispanoparlantes, incluyendo el portugués.
Por tanto, la historia de la cultura hispana se circunscribe a la historia de los países donde se habla el español y que forjaron su identidad tras ser conquistados o colonizados por la nación ibérica, aunque cabe señalar que un concepto más amplio del término proviene de la época de los fenicios y posteriormente de los romanos que utilizaron el vocablo “Hispania” para referirse a la península ibérica, hoy integrada por España y Portugal.
El concepto de “Hispanidad”, tal y como lo conocemos en la actualidad, fue acuñado en los albores del siglo XX, si bien entre los especialistas hay un acalorado debate sobre el autor de este término. La mayoría de los artículos, ensayos y libros que abordan el tema de la cultura hispánica se lo atribuyen al Pbro. Zacarías de Vizcarra.
Al margen de esta polémica, lo cierto es que en 1958 España oficializó el cambio de nombre a la celebración, decretando el 12 de octubre como “Día de la Hispanidad”. A partir de esa fecha comenzaron a aparecer diversas organizaciones orientadas al rescate, conservación y difusión de la cultura hispánica.
Tras la caída del régimen militar de Francisco Franco (1975) y la restauración de la democracia en España, se fue generando un acercamiento entre América Latina y los países ibéricos (España y Portugal), hasta que en 1991 se creó la Cumbre Iberoamericana, de la que surgieron más organismos y movimientos sociales que redundaron en un fortalecimiento del concepto de “Hispanidad”, esta vez incluyendo al portugués como parte de esta cultura, cuya presencia fue más notoria en los Estados Unidos de Norteamérica, con el fenómeno de “latinoamericanización” del país anglosajón.
Caso contrario ha sido el de Filipinas (nombrada así en honor al rey Felipe II de España), considerado el único país hispánico de Asia; aunque todavía conserva en pequeños grupos esa herencia cultural, con el paso con el paso de los años se ha ido diluyendo su influencia, al igual que el uso del idioma, al igual que Guinea Ecuatorial.
Otro filón de estudio es el término “Latino”, que se refiere a la identidad étnica-cultural de las comunidades ibéricas y latinoamericanas, incluyendo los orígenes afro e indoamericanos y en menor rasgo las influencias de corrientes migratorias como italianas, francesas, alemanas, inglesas, árabes y otras.
Se estima que en el mundo un total de 29 naciones comparten en la actualidad rasgos culturales hispanos en los cinco continentes y alrededor de 350 millones de personas hablan el idioma español, aunque en este último dato algunos colocan la cifra en poco menos de 500 millones de hispanoparlantes, incluyendo el portugués.
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