Cuestión de tiempo; Tabasco espera

La homologación de las elecciones federales con las estatales adelantó no sólo el calendario electoral sino también el ambiente político en el estado, a grado tal que una de las figuras públicas más reconocidas en el medio, a sabiendas y midiendo los tiempos, renunció a su encargo para confirmar su aspiración a la gubernatura del estado.

Con este hecho gana el arranque a todos los posibles contendientes de todos los partidos políticos incluyendo al oficial, ya que hasta estos momentos no había definiciones contundentes en ese sentido por ningún instituto político. Todo esto originó la inmediata reacción de los políticos aletargados, que vieron en peligro sus intereses ante una figura que se adelanta en la partida y, por otro lado, comienza a generar expectativas en los diversos medios de la sociedad.
Sin embargo, cuando todo parecía que las cosas caminaban en caballo de hacienda hacia ese proyecto político y que sólo sería cuestión de días para llegar acuerdos al interior y oficializar tal aspiración, de pronto la política del estado se eclipsó ante el anuncio de su salida de la contienda hacia la gubernatura del estado por el instituto político oficial.
Esta determinación generó sorpresas y confusión a tal grado que, a más de cinco meses de lo sucedido, la sorpresa y confusión aún no se disipa del enrarecido ambiente político del estado. Y originó la pregunta entre los comensales de café: ¿Qué pasó? ¿Qué origino tal determinación?
Bueno, lo cierto es que hasta esta fecha los grupos y el instituto político oficial aún no se sobreponen a lo que parecía una herida que sanaría en menos de una semana, pero el tiempo pasa y todavía no se le ve por dónde.
Y ante este vacío de contrapesos políticos, el Partido de la Revolución Democrática resurge como una verdadera opción de gobierno. Sobre todo en la antesala del relevo generacional que garantiza apertura a la sociedad civil y al interior de sus militantes.
Hoy más que nunca las condiciones están dadas. Tenemos todo para dar el gran salto a la verdadera alternancia política por la gubernatura del estado. Es cuestión de tiempo y organización, pero sobre todo, más que unidad, de consensuar verdaderos acuerdos en el que se incluya y representen a todos los actores políticos del PRD.