El presidente del Consejo de Administración
de esa empresa desmiente rumores de una presunta quiebra inminente
Por su organización y sus finanzas, la empresa Transporte Urbano Integrado, Transbús, trascenderá al sexenio, asegura el presidente de esa sociedad anónima Daniel Pérez Guillén, al observar que “de lo contrario, sería el primero en decirle a los compañeros que vamos en camino incorrecto”.
“Estamos en óptimas condiciones financieras y estamos sentando las bases para que todavía sea mejor”, insiste para cerrar el paso al trascendido de que la empresa tiene problemas financieros y se encamina hacia una quiebra inminente al término de este sexenio.
Transbús, con 220 unidades, con valor de un millón 600 mil pesos cada una, inició operaciones el 1 de agosto de 2008 y ya presta el servicio en los corredores de Méndez, 27 de Febrero, Universidad y Bicentenario, sustituyendo a más de mil cien combis y minibuses.
Pérez Guillén conoce el servicio del transporte público desde su base. Fue chofer hasta que adquirió una unidad y después dirigente de UTPCAM. Con esa experiencia compara aquel servicio de las combis con el que se ofrece con los camiones. “De esta organización el gran ganador es el usuario”.
En balance, que hace en la sala de juntas de la empresa, dice que “tenemos que reconocer que como combieros éramos partícipes en la pérdida de muchas vidas”.
“Cuando nos avisaban de un accidente de la combi en la avenida Méndez era segura una muerte, ahora con los transbuses el servicio es cómodo, seguro y eficiente.
“Eficiente, porque cuando llovía, se sacaban a las combis de ruta, se iban a guardar y el pasaje ahí se quedaba, en cambio ahora truene, llueve o relampaguee se cumple con el horario de 5 de la mañana e incluso hasta las 11 de la noche en la ruta del retén que es la que más tarde termina”.
Pérez Guillén asume el compromiso de sacar adelante a esta empresa, un compromiso que no puede fallar porque depende de la confianza que le tengan los más de mil socios, todos acostumbrados al trato directo, al trabajo diario en la calle.
“A más de tres años, los socios ya no nos avergonzamos de llamarnos combieros, ahora nos decimos que somos empresarios, claro que tenemos, como en todo negocio, altas y bajas; que hay voces que dicen que esto se puede hacer mejor y eso es lo que estamos haciendo”.
Destaca que si fue posible la formación de la empresa, la segunda etapa es consolidarla.
“Le agradecemos al químico Rafael Andrés Granier Melo, amigo de los transportistas, porque gracias a él se organizó esto”, asienta.
Lobo balaceado
Daniel Pérez Guillén dice que para tener finanzas sanas se ha cuidado la capacitación de los choferes y se ha contado con la participación de los socios.
“Siendo el transportista un lobo balaceado, desconfiado, el Químico se ganó nuestra confianza, nosotros la de él, y aquí está esto que parecía imposible. Muchos lo habían intentado, no se había podido, no se daban las condiciones, pero hoy es una realidad”, comenta.
Confía que en lo que queda de este sexenio se puedan reestructurar las rutas que quedan pendientes porque se ha demostrado que es difícil la lucha individual por la compra de refacciones, de los insumos.
“Ya nos dimos cuenta que comprar en volumen es mucho más fácil, mucho más económico”, detalla.
Explica que quizá en lo económico, en la utilidad que le llega a los socios podría pensarse en que es lo mismo, o hasta un poco menos, pero ya no padecen la incertidumbre de que “de un golpe, de una tronada de caja, te mandara a la ruina”.
Ahora, como es global, “aunque se nos llegase a accidentar un autobús no lo resiente directamente el accionista sino que prácticamente lo absorbemos todos, se supera la situación con más facilidad”.
El empresario transportista indica que los compañeros del Consejo de Administración están contentos de esta nueva experiencia después de ser el hombre-camión o combiero, “más cuando compañeros del país vienen y piden que les platiquemos nuestra experiencia. Hoy somos ejemplo a nivel nacional en este servicio”, destaca.
Recalca que los transportistas tienen el reto de cuidar a la prestadora de un servicio que ya se merecía el usuario de Villahermosa.
Con el apoyo a la formación de esta empresa —dice—, el gobernador hizo una gran obra hacia el pueblo y dignificó nuestro trabajo porque estábamos mal vistos, porque dábamos el servicio en unidades que no eran aptas para transportar personas sino que las adaptábamos. “Hoy los usuarios van cómodamente, climatizados y seguros”, dice.
Con este servicio, sostiene, se está dando uno de los mejores de la República en el que son pioneros al dar un bono mensual de 250 pesos para los estudiantes y puedan transbordar sin ningún costo, siempre y cuando lo hagan en menos de una hora.
“Me comentaba una señora de la colonia Miguel Hidalgo de que antes le daba miedo mandar a su hijo a la escuela y ahora en el camión se queda tranquila porque por mucho que suceda no le dañará”, relata.
Señala que hasta al día de hoy no se ha registrado ningún pasajero accidentado, que han tenido pequeños accidentes con gente que va circulando en su vehículo o peatones, pero ni uno solo de los pasajeros ha salido lastimado. “Antes sí se daban pérdida de vidas, sobre todo en la avenida Méndez”, recuerda.
Administración vigilada
A sus 45 años y con tres al frente de Transbús, Daniel Pérez Guillen dice que tiene la capacidad para soportar las presiones en sacar adelante a esa empresa.
Los socios son solidarios como en cualquier negocio. Primero se saldan los compromisos: se pagan a los empleados y a los proveedores, se cubre la mensualidad de la deuda por los camiones y a lo último se deja para los dividendos, en donde sí se nota el retraso de uno o dos días.
Pero, explica, el cien por ciento de los socios ha entendido que se tienen que dar esas situaciones porque, en general, a lo largo de tres años están como una de las empresas cumplidoras con quienes se hicieron el compromiso de crédito de los autobuses.
“No nos hemos atrasado ningún mes, hemos cumplido en tiempo; tenemos un buen historial crediticio de Transbús y, desde luego, los socios y todos los que aquí laboramos nos enorgullecemos de eso”, expone.
La dimensión del crédito la representa el producto de multiplicar un millón 600 mil pesos de cada autobús por 220.
“Es un mundo de dinero que daba miedo. Hoy que llevamos tres años y un mes de pagarlo, si vemos que sacamos el crédito a 5 años pues ya hay más seguridad de la buena administración.
“Ya tenemos la seguridad de que una buena parte de esos camiones son de nosotros porque sólo se deben 23 meses”, subraya.
Transbús tiene más de mil socios —indica— a los que no es fácil tenerlos contentos porque cual más suelta el comentario de que “ése cabrón se está llenando la bolsa”.
Para quitar esa duda, dice, lo que hago es que los traigo y les digo: ‘cuenten directamente de las alcancías, ni siquiera entro al banco donde se reciben las cajas’.
“Les digo que sé trabajar, que no necesito agarrar”.
La empresa tiene una planta de 440 choferes, 20 mecánicos y 35 supervisores.
Un chofer gana 6 mil pesos, 200 pesos diarios por un turno, y tiene todos los derechos: vacaciones, seguro social, Infonavit, todas las prestaciones de ley, cuando antes no.
En cuanto a la relación laboral, por la que se han presentado varias demandas, Pérez Guillén informa que Transbús no contrata directamente a los choferes, que lo hace mediante Proveedora de Choferes del Golfo.
“Eso lo previmos porque somos lobos balaceados, cuando éramos combieros, como no sabíamos, nos acomodaban “una madriza en Conciliación. Ése era uno de nuestros puntos débiles, ahora no. Las demandas, si es que hay, van contra Proveedora de Choferes del Golfo”.
Monitoreo cibernético
El sistema de Transporte Urbano Integrado cuenta con un servicio de monitoreo vía satelital. Esto se demostró al resolver una serie de asaltos a las unidades, dice Pérez Guillén.
Después de cuatro asaltos “puse una recompensa y a los tres días agarraron al delincuente. Les dije: veinte mil pesos para el que agarre a uno de los ladrones. A los tres días tenían ‘maniado’ a uno que había sido chofer. Entonces le dije al de la Proveedora: ‘esa es tu responsabilidad y que se le aplique la ley’.
Para robarse cuatro mil pesos, el delincuente destruía a marrazos la máquina que cibernéticamente registra el cobro del pasaje y que tiene un costo de 130 mil pesos. “Con 20 marrazos rompían las alcancías”.
El delincuente subía al camión semicubierto por una gorra, amenazando con una pistola de mentiras pero también llevaba un cuchillo por si el chofer se ponía “checho”.
Un chofer que había sido policía y que honestamente reconoció que necesitaba la recompensa porque tenía empeñada la laptop de su hija, se enfrentó al asaltante.
Cuando recibió la amenaza, el chofer ex policía dijo “en nombre sea de Dios”, le puso seguro a la puerta y que se trenza con el delincuente.
Primero se defendió que no lo robaran y luego le dio tan duro que la gente desde fuera quería abrir para quitarle al delincuente que había perdido la pelea.
“Fue hasta que llegó un trabajador de nosotros que sabe cómo abrir el camión de afuera y ya se lo quitaron”.
También saben que los choferes son monitoreados. Por esas grabaciones otro de los choferes asaltados está en problemas. En su declaración dijo que lo asaltaron cuatro gentes pero cuando revisaron lo grabado por el sistema únicamente están los dos: el chofer y el asaltante.
Lo que creemos, dice Pérez Guillén, que el asaltante le pudo haber dicho “déjate asaltar y vamos por mitad” o se reconocieron. Pero no fueron cuatro, fue uno, el que se ve en la grabación.
Modernización del transporte
En cuanto a las rutas suburbanas, está pendiente la estructuración de los corredores Parrilla-Playas del Rosario, Macultepec-Ocuiltzapotlán y el de la cabecera municipal de Cárdenas.
En octubre de 2009 y con una inversión de más de 22 millones de pesos, 56 conductores y 15 unidades, la empresa Transmetropolitano cuyo consejo de administración es presidido por Ana Luisa Acosta Sosa, inició el servicio en el corredor Pomoca-Villahermosa.
El titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, Aquiles Domínguez Cerino, ha indicado que se avanza en la organización de las nuevas empresas del transporte.
Más de mil socios de los corredores de Parrilla-Playas del Rosario y Macultepec-Ocuiltzapotlán están por integrar otras empresas similares a las del Transbús y al Transmetropolitano.
Los socios de esas rutas se encuentran en el proceso de organización para gestionar el fideicomiso para la compra de nuevas unidades y determinar las rutas.
“Estamos en óptimas condiciones financieras y estamos sentando las bases para que todavía sea mejor”, insiste para cerrar el paso al trascendido de que la empresa tiene problemas financieros y se encamina hacia una quiebra inminente al término de este sexenio.
Transbús, con 220 unidades, con valor de un millón 600 mil pesos cada una, inició operaciones el 1 de agosto de 2008 y ya presta el servicio en los corredores de Méndez, 27 de Febrero, Universidad y Bicentenario, sustituyendo a más de mil cien combis y minibuses.
Pérez Guillén conoce el servicio del transporte público desde su base. Fue chofer hasta que adquirió una unidad y después dirigente de UTPCAM. Con esa experiencia compara aquel servicio de las combis con el que se ofrece con los camiones. “De esta organización el gran ganador es el usuario”.
En balance, que hace en la sala de juntas de la empresa, dice que “tenemos que reconocer que como combieros éramos partícipes en la pérdida de muchas vidas”.
“Cuando nos avisaban de un accidente de la combi en la avenida Méndez era segura una muerte, ahora con los transbuses el servicio es cómodo, seguro y eficiente.
“Eficiente, porque cuando llovía, se sacaban a las combis de ruta, se iban a guardar y el pasaje ahí se quedaba, en cambio ahora truene, llueve o relampaguee se cumple con el horario de 5 de la mañana e incluso hasta las 11 de la noche en la ruta del retén que es la que más tarde termina”.
Pérez Guillén asume el compromiso de sacar adelante a esta empresa, un compromiso que no puede fallar porque depende de la confianza que le tengan los más de mil socios, todos acostumbrados al trato directo, al trabajo diario en la calle.
“A más de tres años, los socios ya no nos avergonzamos de llamarnos combieros, ahora nos decimos que somos empresarios, claro que tenemos, como en todo negocio, altas y bajas; que hay voces que dicen que esto se puede hacer mejor y eso es lo que estamos haciendo”.
Destaca que si fue posible la formación de la empresa, la segunda etapa es consolidarla.
“Le agradecemos al químico Rafael Andrés Granier Melo, amigo de los transportistas, porque gracias a él se organizó esto”, asienta.
Lobo balaceado
Daniel Pérez Guillén dice que para tener finanzas sanas se ha cuidado la capacitación de los choferes y se ha contado con la participación de los socios.
“Siendo el transportista un lobo balaceado, desconfiado, el Químico se ganó nuestra confianza, nosotros la de él, y aquí está esto que parecía imposible. Muchos lo habían intentado, no se había podido, no se daban las condiciones, pero hoy es una realidad”, comenta.
Confía que en lo que queda de este sexenio se puedan reestructurar las rutas que quedan pendientes porque se ha demostrado que es difícil la lucha individual por la compra de refacciones, de los insumos.
“Ya nos dimos cuenta que comprar en volumen es mucho más fácil, mucho más económico”, detalla.
Explica que quizá en lo económico, en la utilidad que le llega a los socios podría pensarse en que es lo mismo, o hasta un poco menos, pero ya no padecen la incertidumbre de que “de un golpe, de una tronada de caja, te mandara a la ruina”.
Ahora, como es global, “aunque se nos llegase a accidentar un autobús no lo resiente directamente el accionista sino que prácticamente lo absorbemos todos, se supera la situación con más facilidad”.
El empresario transportista indica que los compañeros del Consejo de Administración están contentos de esta nueva experiencia después de ser el hombre-camión o combiero, “más cuando compañeros del país vienen y piden que les platiquemos nuestra experiencia. Hoy somos ejemplo a nivel nacional en este servicio”, destaca.
Recalca que los transportistas tienen el reto de cuidar a la prestadora de un servicio que ya se merecía el usuario de Villahermosa.
Con el apoyo a la formación de esta empresa —dice—, el gobernador hizo una gran obra hacia el pueblo y dignificó nuestro trabajo porque estábamos mal vistos, porque dábamos el servicio en unidades que no eran aptas para transportar personas sino que las adaptábamos. “Hoy los usuarios van cómodamente, climatizados y seguros”, dice.
Con este servicio, sostiene, se está dando uno de los mejores de la República en el que son pioneros al dar un bono mensual de 250 pesos para los estudiantes y puedan transbordar sin ningún costo, siempre y cuando lo hagan en menos de una hora.
“Me comentaba una señora de la colonia Miguel Hidalgo de que antes le daba miedo mandar a su hijo a la escuela y ahora en el camión se queda tranquila porque por mucho que suceda no le dañará”, relata.
Señala que hasta al día de hoy no se ha registrado ningún pasajero accidentado, que han tenido pequeños accidentes con gente que va circulando en su vehículo o peatones, pero ni uno solo de los pasajeros ha salido lastimado. “Antes sí se daban pérdida de vidas, sobre todo en la avenida Méndez”, recuerda.
Administración vigilada
A sus 45 años y con tres al frente de Transbús, Daniel Pérez Guillen dice que tiene la capacidad para soportar las presiones en sacar adelante a esa empresa.
Los socios son solidarios como en cualquier negocio. Primero se saldan los compromisos: se pagan a los empleados y a los proveedores, se cubre la mensualidad de la deuda por los camiones y a lo último se deja para los dividendos, en donde sí se nota el retraso de uno o dos días.
Pero, explica, el cien por ciento de los socios ha entendido que se tienen que dar esas situaciones porque, en general, a lo largo de tres años están como una de las empresas cumplidoras con quienes se hicieron el compromiso de crédito de los autobuses.
“No nos hemos atrasado ningún mes, hemos cumplido en tiempo; tenemos un buen historial crediticio de Transbús y, desde luego, los socios y todos los que aquí laboramos nos enorgullecemos de eso”, expone.
La dimensión del crédito la representa el producto de multiplicar un millón 600 mil pesos de cada autobús por 220.
“Es un mundo de dinero que daba miedo. Hoy que llevamos tres años y un mes de pagarlo, si vemos que sacamos el crédito a 5 años pues ya hay más seguridad de la buena administración.
“Ya tenemos la seguridad de que una buena parte de esos camiones son de nosotros porque sólo se deben 23 meses”, subraya.
Transbús tiene más de mil socios —indica— a los que no es fácil tenerlos contentos porque cual más suelta el comentario de que “ése cabrón se está llenando la bolsa”.
Para quitar esa duda, dice, lo que hago es que los traigo y les digo: ‘cuenten directamente de las alcancías, ni siquiera entro al banco donde se reciben las cajas’.
“Les digo que sé trabajar, que no necesito agarrar”.
La empresa tiene una planta de 440 choferes, 20 mecánicos y 35 supervisores.
Un chofer gana 6 mil pesos, 200 pesos diarios por un turno, y tiene todos los derechos: vacaciones, seguro social, Infonavit, todas las prestaciones de ley, cuando antes no.
En cuanto a la relación laboral, por la que se han presentado varias demandas, Pérez Guillén informa que Transbús no contrata directamente a los choferes, que lo hace mediante Proveedora de Choferes del Golfo.
“Eso lo previmos porque somos lobos balaceados, cuando éramos combieros, como no sabíamos, nos acomodaban “una madriza en Conciliación. Ése era uno de nuestros puntos débiles, ahora no. Las demandas, si es que hay, van contra Proveedora de Choferes del Golfo”.
Monitoreo cibernético
El sistema de Transporte Urbano Integrado cuenta con un servicio de monitoreo vía satelital. Esto se demostró al resolver una serie de asaltos a las unidades, dice Pérez Guillén.
Después de cuatro asaltos “puse una recompensa y a los tres días agarraron al delincuente. Les dije: veinte mil pesos para el que agarre a uno de los ladrones. A los tres días tenían ‘maniado’ a uno que había sido chofer. Entonces le dije al de la Proveedora: ‘esa es tu responsabilidad y que se le aplique la ley’.
Para robarse cuatro mil pesos, el delincuente destruía a marrazos la máquina que cibernéticamente registra el cobro del pasaje y que tiene un costo de 130 mil pesos. “Con 20 marrazos rompían las alcancías”.
El delincuente subía al camión semicubierto por una gorra, amenazando con una pistola de mentiras pero también llevaba un cuchillo por si el chofer se ponía “checho”.
Un chofer que había sido policía y que honestamente reconoció que necesitaba la recompensa porque tenía empeñada la laptop de su hija, se enfrentó al asaltante.
Cuando recibió la amenaza, el chofer ex policía dijo “en nombre sea de Dios”, le puso seguro a la puerta y que se trenza con el delincuente.
Primero se defendió que no lo robaran y luego le dio tan duro que la gente desde fuera quería abrir para quitarle al delincuente que había perdido la pelea.
“Fue hasta que llegó un trabajador de nosotros que sabe cómo abrir el camión de afuera y ya se lo quitaron”.
También saben que los choferes son monitoreados. Por esas grabaciones otro de los choferes asaltados está en problemas. En su declaración dijo que lo asaltaron cuatro gentes pero cuando revisaron lo grabado por el sistema únicamente están los dos: el chofer y el asaltante.
Lo que creemos, dice Pérez Guillén, que el asaltante le pudo haber dicho “déjate asaltar y vamos por mitad” o se reconocieron. Pero no fueron cuatro, fue uno, el que se ve en la grabación.
Modernización del transporte
En cuanto a las rutas suburbanas, está pendiente la estructuración de los corredores Parrilla-Playas del Rosario, Macultepec-Ocuiltzapotlán y el de la cabecera municipal de Cárdenas.
En octubre de 2009 y con una inversión de más de 22 millones de pesos, 56 conductores y 15 unidades, la empresa Transmetropolitano cuyo consejo de administración es presidido por Ana Luisa Acosta Sosa, inició el servicio en el corredor Pomoca-Villahermosa.
El titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, Aquiles Domínguez Cerino, ha indicado que se avanza en la organización de las nuevas empresas del transporte.
Más de mil socios de los corredores de Parrilla-Playas del Rosario y Macultepec-Ocuiltzapotlán están por integrar otras empresas similares a las del Transbús y al Transmetropolitano.
Los socios de esas rutas se encuentran en el proceso de organización para gestionar el fideicomiso para la compra de nuevas unidades y determinar las rutas.
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