martes, 13 de septiembre de 2011

Divide a feligreses la rotación de sacerdotes en la diócesis de Tabasco


Hay inconformidad entre la comunidad católica de algunas parroquias
por los cambios que realizó el obispo Gerardo de Jesús Rojas

En la época en que el catolicismo registra un descenso imparable entre la población de Tabasco, el obispo Gerardo de Jesús Rojas López ejecuta cambios de sacerdotes de diversas parroquias que generan inconformidad en un indeterminado número de creyentes.
A tales movimientos que enfrenta a la comunidad católica que en la entidad equivale a más del medio millón de habitantes, se añade el escándalo ocurrido en la parroquia Santa María de Guadalupe, ubicada en el puerto de Frontera, Centla, donde el cura Carlos Mario Guzmán Sánchez denunció el robo de 183 mil pesos que, dijo, eran producto de la venta de una camioneta de su propiedad.
En la denuncia penal I-CE-495/2011, el sacerdote culpó a su “trabajador de confianza” Jaime Javier Zapata, quien tras ser detenido por elementos de la policía ministerial aceptó su responsabilidad pero aclaró que la cantidad sustraída no era la referida por su patrón sino 163 mil pesos.
Dos días después de hacerse público el hurto, el lunes 5, el obispo Rojas López dio posesión al presbítero José Isabel Contreras Castillo como nuevo pastor del templo donde Guzmán Sánchez había permanecido en los últimos cinco años.
Pero a pesar del relevo prosiguen las especulaciones de los fieles en torno a la actividad religiosa de quien ahora es el pastor de la iglesia ubicada en la colonia Indeco-Ciudad Industrial de la capital de Tabasco.
En ese marco, la remoción que ha despertado malestar entre los fieles es la del sacerdote Avelino Cortés Téllez. A través de comunicados radiofónicos y de manera personal, la oposición en contra de que el cura deje la parroquia de San José Obrero, ubicada en la colonia Infonavit-Atasta, aumenta conforme trascurren los días.
No ocurre lo mismo entre la comunidad creyente que recibió al presbítero José Saúl Solís Vera en la parroquia del Espíritu Santo en sustitución del vocero de la Diócesis de Tabasco, Denis Ochoa Vidal, quien pasó al templo de la Santa Cruz, en la colonia Centro de Villahermosa.
La aceptación fue un reconocimiento a la trayectoria evangelizadora de Vera Solís tras colaborar notablemente cerca de los ex obispos Rafael García González, Florencio Olvera Ochoa y Benjamín Castillo Plascencia, antes que lo designara este último como párroco en las colonias Atasta de Serra y Villa Las Fuentes.
Con algunas diferencias, también los católicos del templo de Santiago Apóstol de la cabecera municipal de Teapa aceptaron el relevo del clérigo José del Refugio “Cuco” Salcedo por Roberto Cruz Vidal, quien llegó procedente de Emiliano Zapata.

Ahogada inconformidad
Ahora sin la presunta persecución de la época garridista del siglo pasado, la Diócesis de Tabasco registra una actividad sólo suspendida durante el tiempo en que el obispo Gerardo de Jesús permaneció convaleciente tras una cirugía médica en el extranjero.
Procedente de Nuevo Casas Grandes, Chihuahua, monseñor Rojas González llegó a Tabasco el 19 de enero para ser ordenado por el nuncio apostólico Christophe Pierre como décimo tercer obispo de la Diócesis de Tabasco, cuyo capital espiritual consiste en 71 parroquias administradas por 175 sacerdotes, 140 diocesanos y 25 religiosos.
Luego de visitar cada uno de los templos ubicados en comunidades rurales y urbanas de los 17 municipios del estado, y tras su recuperación física, ordenó la renovación pastoral en 22 de 71 templos. La mudanza agarró desprevenida a la feligresía. Incluso a los propios sacerdotes.
Así es el caso del vocero Ochoa Vidal. Entrevistado el jueves 8 en la curia de la Santa Cruz explicó que a pesar de que los cambios de sacerdotes durante los obispados de García González, Olvera Ochoa y Castillo Plascencia no fueron la constante, por estricta normatividad diocesana es “conveniente y saludable” hacer mudas en los templos en un promedio de cada seis años.
Señaló que tal vez los cambios aplicados por el Obispo son “movidos por necesidades diocesanas” ante la escases de sacerdotes de la Diócesis de Tabasco. Ahora, dice, nos toca vivir la lección de “la sábana del pobre: por querer tapar un niño, destapamos otro…”.
En cuanto a la inconformidad que provoca el cambio del presbítero Cortés Téllez del templo de San José Obrero, asegura que “es legítima” y es una muestra —agrega— de que la feligresía guarda cariño y afecto a sus pastores.
Considera como “excelente sacerdote y con muchas relaciones y méritos” al propietario de la tienda de artesanías “Economato” —que se ubica en las inmediaciones del mercado de Paseo de la Sierra, colonia Reforma—, cuya remoción mantiene dividida a la comunidad católica de la colonia Infonavit-Atasta de Serra.
—¿Y usted se siente bien con su cambio? —se le pregunta a quien se mantiene como vocero del clero católico en la entidad, ahora desde el templo de la Santa Cruz.
—Y aunque no me sienta bien tengo que aceptarlo porque es el compromiso que todos los sacerdotes asumimos desde la propia ordenación: es la promesa de obediencia a nuestros superiores…
Ochoa Vidal ahoga su inconformidad recordando que por naturaleza el ser humano nunca está satisfecho: “No hay felicidad completa; la felicidad es relativa”.

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