Escuchar a alguien de la izquierda aceptar que en el estado hubieron avances en la actual administración, viene a desmentir la postura radical que ha ostentado dicho gremio político para convencer a la sociedad de la ansiada alternancia del poder, de cara a las elecciones del 2012.
Los medios de comunicación al servicio de la oposición han hecho una tarea uniforme; afirman que toda la gente está harta del PRI; hay un empeño denodado por convencer al elector de que el cambio es necesario, argumentando la existencia de corrupción y transas, de promesas incumplidas, inseguridad pública, desempleo, falta de salarios dignos.
Claro, esto mismo se usa a nivel federal contra el ejercicio de Felipe Calderón; sólo cambian ciertos rubros y sirve para el mismo efecto: aplicar el “quítate tú, que me pongo yo”. Pero propuestas y respaldo del dicho con hechos, para convencer de por qué ellos son los buenos, se lo dejo al análisis del amable lector.
El pueblo no es tonto y aunque muchos no perciben el trasfondo político sí valoran las condiciones en que viven y deducen el atino o error de las decisiones del sexenio. Y va por parejo.
El caso es que el pobre está acostumbrado a serlo; la clase media, como sea, cubre sus cuotas de televisión por paga y los ricos sólo pierden unos cuantos millones de los miles de millones de dólares que tienen, como Carlos Slim, Pobre, ¿no? Pero esto por un conflicto económico a nivel mundial.
La oferta de la izquierda parece irresistible comparada a la reservada postura del gremio priista, de cuyos aspirantes, los libres comentan las necesidades de la localidad y el modo en que se deben solventar, y los que tienen responsabilidades institucionales a ello se avocan. Pero no están quietos. Y aguardan los tiempos en que han de hacer sus propuestas.
Lo cierto es que la diferencia en los resultados electorales se sustentará en el trabajo organizado, planificado y de estrategias que desarrolle cada fuerza política. Pero el factor decisivo por excelencia será LA UNIDAD.
Tema con el cual el PRI comulga bien y aunque se dé una contienda legítima entre los aspirantes de dicho partido; obtenido el candidato único, cerrarán filas en torno a él y todo el trabajo de estructuras hará lo propio. Han dado cátedra suficiente de ello.
Cosa distinta con el PRD local, que por coexistencia de tribus protagónicas ve difícil una candidatura de unidad. Y quien ocupe su dirigencia tendrá una papa caliente entre las manos, con toda esa militancia pujando para cualquier lado; requiriendo la caballería de otros partidos para poder ganarle al PRI.
Es un tema de honor el triunfo electoral en tierras chocas; Andrés López hará cualquier cosa para impedir que el PRI obtenga la gubernatura. Y para el PRI será un placer impedir que el choco sea profeta en su tierra.
Así que el proceso electoral local se reduce a algo muy sencillo en apariencia: “Vota por el PRI, vota contra el PRI”. Qué papel más protagónico, ¿no cree usted?
Claro, esto mismo se usa a nivel federal contra el ejercicio de Felipe Calderón; sólo cambian ciertos rubros y sirve para el mismo efecto: aplicar el “quítate tú, que me pongo yo”. Pero propuestas y respaldo del dicho con hechos, para convencer de por qué ellos son los buenos, se lo dejo al análisis del amable lector.
El pueblo no es tonto y aunque muchos no perciben el trasfondo político sí valoran las condiciones en que viven y deducen el atino o error de las decisiones del sexenio. Y va por parejo.
El caso es que el pobre está acostumbrado a serlo; la clase media, como sea, cubre sus cuotas de televisión por paga y los ricos sólo pierden unos cuantos millones de los miles de millones de dólares que tienen, como Carlos Slim, Pobre, ¿no? Pero esto por un conflicto económico a nivel mundial.
La oferta de la izquierda parece irresistible comparada a la reservada postura del gremio priista, de cuyos aspirantes, los libres comentan las necesidades de la localidad y el modo en que se deben solventar, y los que tienen responsabilidades institucionales a ello se avocan. Pero no están quietos. Y aguardan los tiempos en que han de hacer sus propuestas.
Lo cierto es que la diferencia en los resultados electorales se sustentará en el trabajo organizado, planificado y de estrategias que desarrolle cada fuerza política. Pero el factor decisivo por excelencia será LA UNIDAD.
Tema con el cual el PRI comulga bien y aunque se dé una contienda legítima entre los aspirantes de dicho partido; obtenido el candidato único, cerrarán filas en torno a él y todo el trabajo de estructuras hará lo propio. Han dado cátedra suficiente de ello.
Cosa distinta con el PRD local, que por coexistencia de tribus protagónicas ve difícil una candidatura de unidad. Y quien ocupe su dirigencia tendrá una papa caliente entre las manos, con toda esa militancia pujando para cualquier lado; requiriendo la caballería de otros partidos para poder ganarle al PRI.
Es un tema de honor el triunfo electoral en tierras chocas; Andrés López hará cualquier cosa para impedir que el PRI obtenga la gubernatura. Y para el PRI será un placer impedir que el choco sea profeta en su tierra.
Así que el proceso electoral local se reduce a algo muy sencillo en apariencia: “Vota por el PRI, vota contra el PRI”. Qué papel más protagónico, ¿no cree usted?
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