Mientras se pretende salvar a Villahermosa de una inundación catastrófica más, abriendo ventanas de alivio al río Grijalva, desviando mayor agua hacia el río Samaria —administrada por la compuerta El Macayo— y disminuyendo la afluencia sobre el Carrizal que cruza la capital, los estragos de una anegación que comenzó desde la temporada de estiaje la sufren habitantes de los municipios de la Chontalpa, que ven cómo miles de hectáreas de cultivos agrícolas y pastizales se inundan.
Estimaciones oficiales apuntan que unas 33 mil hectáreas dedicadas a la agricultura y ganadería, en por lo menos 30 comunidades de Cunduacán, Nacajuca y Centro, sufren los estragos de las crecientes que aumentaron intempestivamente con la extracción del sistema hidroeléctrico del Alto Grijalva —a un promedio de mil 100 metros cúbicos por segundo—, a objeto de mantener los embalses en los niveles de las nuevas curvas guías.
Ante la emergencia que ya vive su municipio, el alcalde de Nacajuca, Marco Antonio Leyva, demanda a la Comisión Nacional del Agua (Conagua), considere como obras prioritarias del Plan Hídrico Integral de Tabasco (PHIT), las que siguen pendientes de ejecutarse en dicha demarcación, porque muchas comunidades se encuentran inundadas por los desfogues de las presas.
El edil afirma que ya se ha solicitado a la Conagua terminar los bordos, muros, desazolve de ríos y ampliación de cauces que surcan todo el municipio.
Casi implorando, expresa que se ha pedio a la instancia federal tenga consideración con el municipio que resulta ser el más afectado por las obras hidráulicas que se ejecutan.
Por el aumento del desfogue en la presa Peñitas —que en una semana subió de 900 a mil 100 metros cúbicos por segundo—, las hectáreas inundadas pasaron de 7 mil a 13 mil, sólo en Nacajuca. Y según el alcalde, unas siete mil personas de 11 comunidades están siendo afectadas desde febrero, en pleno estiaje.
NACAJUCA… SEIS MESES SUMERGIDA
En ese mismo municipio, César de la Cruz Osorio, a nombre de diversos líderes de comunidades indígenas, exige a los gobiernos estatal y federal volteen a ver a los habitantes de Nacajuca que se encuentran padeciendo las anegaciones.
El ex diputado y ex alcalde manifiesta que el río Samaria, hacia el cual la compuerta de El Macayo desvía la mayor parte del agua —que por el Mezcalapa baja de las presas del Alto Grijalva— para no afectar a Villahermosa, ha llenado los afluentes y drenes naturales de la zona.
Señala que por uno de los canales que va de sur a norte por todo el territorio municipal, y por la mala construcción que se hizo de una obra de protección en el río González, las aguas se han metido en la zona donde se encuentran las comunidades indígenas de Cantemoc, Chicozapote, Sandial y Banderas, que ya se encuentran en el agua.
En otra zona —con población mayoritaria de la etnia chontal—, el agua afecta ya a Oxiacaque, Guatacalca, Tecoluta, y Mazateupa.
De la Cruz Osorio puntualiza que los indígenas y habitantes de las demás regiones de Nacajuca han tolerado toda la situación desde 2007 cuando se dio la inundación más grande, y la zona tardó seis meses sumergida.
Los campesinos de esa región aseguran que se trata de miles de hectáreas que otrora eran dedicadas a la agricultura y ahora se encuentran devastadas, lo que hace más difícil la situación económica de los campesinos, porque sus tierras permanecen bajo el agua.
“NOS ESTÁN MASACRANDO”
César de la Cruz lamenta que al aumentarse de 900 a mil 100 metros cúbicos por segundo la extracción de las presas, “lo peor de todo es que el gran volumen de agua ya no se va por el río Carrizal que cruza Villahermosa, sino que tras ponerse en funcionamiento la compuerta El Macayo, grandes volúmenes del líquido son desviados hacia el río Samaria, que cruza los municipios de Huimanguillo, Cárdenas, Cunduacán, Nacajuca, Jalpa de Méndez y Centla, hasta descargar al Golfo de México, no sin antes dejar inundadas miles de hectáreas de tierras productivas.
El temor de los campesinos y habitantes de Nacajuca, de volver a inundarse y perder sus pertenencias, tiene que ver porque aún en temporada de estiaje, sus tierras ya se encuentran bajo el agua, y se preguntan: ¿qué pasara cuando llegue la temporada de lluvias en los meses de octubre y noviembre?
Refiere que ante el gran riesgo no tuvieron más que salir a la calle a denunciar que a los habitantes de Nacajuca “nos están masacrando”.
Sostiene que esta tragedia no se trata de obra de la casualidad, sino que se hace con la anuencia de las autoridades. “Nos da pena que con esa anuencia se estén haciendo esas cosas, como el desfogue en exceso de las presas”, acusa.
QUE NO LOS AMUELEN MÁS
De la Cruz Osorio exige a nombre de los miles de damnificados que se reduzca a niveles que no representen más riesgo la extracción de Peñitas, y que tanto el gobierno estatal como el municipal hagan la reclamación correspondiente por los daños causados a la economía de los nacajuquenses.
“Queremos que se haga un planteamiento institucional ante las instancias correspondientes del gobierno federal, porque no están viendo los problemas sociales”, subraya.
Abunda que pese a que se instalaron mesas de negociación en la Secretaría de Gobernación, siguen esperando a quienes se comprometieron a resarcir daños de 2010.
Convertido en líder de los afectados, De la Cruz Osorio advierte que el estado de ánimo de los campesinos se está exacerbando, lo que puede desembocar en una situación más peligrosa.
Los afectados que lanzaron un ‘¡Ya basta!’ advirtieron que se trata del inicio de todo un movimiento que se puede crecer si las autoridades no atienden un reclamo racional, porque se trata de una condición humana que se tiene que atender, para que los campesinos ya no sean amolados más de lo que están.
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Desprotegidas las áreas productivas: UGRT
El presidente de la Unión Ganadera Regional de Tabasco, Freddy Priego, recrimina a la Conagua el desinterés de atender el reclamo de productores para ser tomados en cuenta en las obras contra inundaciones, y lamenta que, desafortunadamente, las acciones de protección fueron convenidas sin tomar en cuenta a los sectores productivos que año con año sufren pérdidas incuantificables.
Y pone en evidencia una grave omisión del Plan Hídrico Integral de Tabasco —concebido por instancias federales— que sólo protege a poblaciones pero las áreas productivas siguen sin ser atendidas.
“Yo lo único que sé decir es que los ríos están derramando como nunca antes visto y que en otros países que tienen zonas más bajas que la nuestra, tienen un buen control en el manejo de las aguas; entonces, ¿qué es lo que queremos? Que esas obras que se estén haciendo sean de verdaderos beneficios no nada más para la población sino que también para la producción de alimentos”, manifiesta.
Y en los mismos términos es el reclamo del sector platanero.
Y pone en evidencia una grave omisión del Plan Hídrico Integral de Tabasco —concebido por instancias federales— que sólo protege a poblaciones pero las áreas productivas siguen sin ser atendidas.
“Yo lo único que sé decir es que los ríos están derramando como nunca antes visto y que en otros países que tienen zonas más bajas que la nuestra, tienen un buen control en el manejo de las aguas; entonces, ¿qué es lo que queremos? Que esas obras que se estén haciendo sean de verdaderos beneficios no nada más para la población sino que también para la producción de alimentos”, manifiesta.
Y en los mismos términos es el reclamo del sector platanero.
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