jueves, 11 de agosto de 2011

Causas del fracaso de Olmecas de Tabasco


Diferencias y engaños entre directivos y jugadores hundieron las esperanzas la escuadra cabezona de la LMB


La directiva de Olmecas de Tabasco elabora un informe en el cual analiza las causas de su fracaso en la temporada de verano 2011 de la Liga Mexicana de Beisbol (LMB). En el estudio destaca la presencia de representantes de jugadores y la contratación del lanzador José Leonel Silva Sandoval, quien no cumplió con las expectativas de la afición aunque era el mejor pagado del equipo: ganaba 200 mil pesos mensuales.
Asimismo, Roger Pérez Évoli, José Enrique Rovirosa y Raúl Cano —que de administrativo pasó a manager al cese del norteamericano Derek Bryant—discurren sobre el futuro de la novena y su dependencia presupuestal del Instituto de la Juventud y el Deporte de Tabasco (Injudet).
Revisan, por ejemplo, la inconformidad de la profesora Melchi Franco Ruiz acerca de que más del 60 por ciento de los 78 millones de pesos del presupuesto 2011 del Injudet se destinó al funcionamiento del Club Olmecas de Tabasco.
El informe en cuestión se elabora ante la posibilidad de que proceda el exhorto del diputado Christian Salvador Aquino Mena para que los directivos del equipo comparezcan ante la Comisión de Infancia Jóvenes, Recreación y Deporte del Congreso estatal para explicar sobre el decimoséptimo fracaso consecutivo del conjunto tras obtener el campeonato en 1993.
La directiva espera concluir la evaluación en el transcurso de la presente semana para en seguida hacerlo público a través de los medios de comunicación en una conferencia de prensa aún sin fecha.
Una primera conclusión, sin embargo, establece que al finalizar la temporada de verano de este año, la novena propiedad del gobierno estatal tiene una base de jugadores mexicanos con “promisorio porvenir”.

Engaño o complicidad
Siguiendo la tradición anual, la directiva del Club Olmecas de Tabasco presentó a los medios de comunicación “la nueva fisonomía” del equipo el miércoles 16 de marzo en el Parque Centenario “del 27 de Febrero”. Ahí, presumió el fichaje, entre otros, de los peloteros Michael Abreu, Isidro Piña y José Silva, éste último considerado el mejor cerrador de la LMB en los últimos años.
Pérez Évoli, Rovirosa, Cano y hasta el ex diputado local José del Carmen Escayola Camacho, que también es parte del Consejo de Administración, dieron por hecho que con la contratación del lanzador derecho en el draft con los Dorados de Chihuahua, la novena estaría en los juegos de postemporada.
La expectativa creada a la afición por integrar a José Silva empezó a diluirse cuando el 14 de abril —casi un mes después de su presentación— la directiva cesó al serpentinero “por bajo rendimiento”.
No obstante que tras la baja el pitcher aceptó no haber cumplido con las expectativas que originó su contratación, persistió en guardar para sí el engaño hecho a la directiva: nunca informó de la operación quirúrgica a la que se había sometido en el brazo derecho durante el receso de la temporada 2010 a la 2011. Convaleciente firmó contrató y cuando fue separado del equipo todavía no se recuperaba.
El notable bajo rendimiento de Silva empezó a tensar la relación entre directivos y Derek Bryant. La diferencia consistía en que el manager utilizaba los servicios del cerrador así como de otros jugadores irregulares en cuya contratación él había influido.
Al trascurrir la temporada, la directiva confirmó la presencia de representantes del manager y jugadores —tal como sucede en el draft del futbol mexicano— como la probable causa de la irregularidad del colectivo.
Una fuente consultada por el reportero sostuvo que la eliminación del equipo de los juegos de postemporada no fue por el retraso de los pagos de salarios a los jugadores ni por la diferencia económica mensual abismal que recibían éstos: Silva ganaba 200 mil pesos en tanto que el manager 100 mil y algunos equiperos de alto rendimiento 80, 70, 50 y hasta 10 mil pesos que es el emolumento más bajo de la nómina.
Al finalizar la temporada, Leonardo González se ubicó como el tercer mejor lanzador de la temporada con 12 juegos ganados, mientras que con un porcentaje de bateo de .364 Ramón Orantes resultó el quinto mejor del sector.
Orantes y González no tuvieron el salario de Silva o de Raúl Cano, quien terminó como manager en sustitución de Derek Bryant.

Relaciones incómodas
En el análisis que elaboran los directivos de la novena tabasqueña no escapa la cuestionada presencia de José Enrique Rovirosa como gerente del equipo por más de tres lustros. A pesar de los fracasos anotados, sobrevivió a las diferencias que mantenía con el desaparecido Ángel del Campo Melo.
Desencuentros que se extiende ahora con el presidente del Consejo de Administración, el también secretario de la Contraloría estatal quien, dicen, es el más interesado en analizar las causas del fracaso 2011 del club Olmecas de Tabasco.
Ante los cuestionamientos de la afición sobre la permanencia de Rovirosa, la fuente consultada asegura que las diferencias de éste con Évoli Pérez se acentuaron en los últimos juegos de la temporada regular. Por tanto, la permanencia del gerente pende de un hilo.

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