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* La anhelada joya de la corona

Con eso de que la homologación va –aunque no se define, o no ha trascendido aún, su alcance– los ‘destapes’ están a la orden del día. Y no sólo los que buscan ser candidatos a la gubernatura dan a conocer sus aspiraciones...
Ahora comienzan a abrirse de capa aquellos que pretenden llegar al Congreso de la Unión, a las alcaldías y hasta el Congreso local, se empaten o no las votaciones locales con las federales.
¿Y quiénes son los que pretenden la nominación priista al gobierno de la capital tabasqueña? Hasta ahora nadie, aparte del ex dirigente estatal del PRI, Adrián Hernández Balboa, ha dicho “yo quiero”. Sin embargo, por actividades que hacen a la par de sus responsabilidades públicas, ya vemos a por lo menos dos virtuales aspirantes.
¿Qué tan factible es que Hernández Balboa obtenga la nominación? Habría que escudriñar en las causas que lo llevaron a presentar su renuncia a la presidencia del CDE para saber si lo suyo tiene posibilidades reales de cuajar, o es simplemente una calentura de quien habría incumplido su encomienda de conducir al partido sin inclinaciones personales o de grupo.
Si lo cacharon en la jugada –de que estaría allanándole el camino a un aspirante a la gubernatura–, el ex titular de la SCT estatal puede irse despidiendo de su sueño y buscarse una meta no tan quimérica.
En el equipo del mandatario estatal, ¿a quiénes se les menciona, a quiénes se les ven posibilidades de ir en pos de la candidatura para suceder a Jesús Alí en el Palacio Municipal de Tabasco 2000?
En primer orden –se dice–, está el presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso local, José Carlos Ocaña Becerra. No lo dice abiertamente. Tampoco se sabe que se lo haya dicho a alguien ‘en corto’. Pero es un hecho que aspira a la alcaldía de Centro. Y y a anda en eso, ya camina, ya trabaja.
Al líder de la diputación local priista, que lo vemos seguido hacer visitas y recorridos de ‘supervisión’ por escuelas de nivel básico de todo el municipio de Centro, llegó a mencionársele como el caballo negro en la sucesión estatal. Pero, o no dio el ancho, o fue una señal equivocada, de distracción.
El caso es que sin encomienda legislativa, ni a nombre de alguna comisión, hace estas visitas a centros escolares, inusuales para un coordinador de bancada o titular del órgano de gobierno legislativo, que debería estar más ocupado en asuntos de su agenda parlamentaria. ¿Homologación?
Otro que anda organizando eventos cómico-mágico-musicales,–cual Carabina de Ambrosio, en colonias populares es José del Carmen Escayola. ¿Intentará otra vez ser candidato a alcalde? ¿O a una diputación?
Desde que asumió la titularidad del Instituto de Desarrollo Social de Tabasco, a Escayola se le ha visto llevando torneos y espectáculos a diversas colonias y por donde se le vea no parece esa la función específica para la que fue creado el Indestab. Pero, ¿tendrá alguna posibilidad en este segundo intento?
No sabemos si el ex secretario del ayuntamiento de Centro, Humberto de los Santos Bertruy vaya a ir también en una segunda intentona a buscar la candidatura priista. O si, quien ahora ocupa esa cartera en la administración de Jesús Alí, César Rojas Rabelo, esté trabajando en ese propósito.
¿Es la alcaldía capitalina el centro y motivo por el que anda muy activo desde la Fundación Isabel de la Parra el ex secretario de Salud Jaime Mier y Terán? ¿También el que fuera su jefe jurisdiccional en la capital, y hasta hace poco evaristista de hueso colorado, José Manuel Cruz Castellanos, anhela, sueña, acaricia esa posibilidad, ahora que tiene su propia asociación: Juntos Mejoramos Centro?
¿Y las mujeres? No debe hacerse menos a Candita Gil Jiménez. En enero dejará la Rectoría de la UJAT. Sale con honores. Y le encantaría ser alcaldesa.
Es la joya de la corona. Y muchos la quieren. Pero si la candidatura a la alcaldía capitalina llegara a formar parte del paquete a negociar entre los aspirantes más posicionados por la nominación al gobierno estatal, todos los aquí mencionados pueden irse despidiendo de ese sueño y buscarse una opción acorde a su peso político específico.