Javier May: del PRD al liderazgo de Morena

* Con AMLO hasta la muerte… ¿también con Núñez?

La determinación de prolongar el ‘interinato’ de Javier May Rodríguez en la dirigencia estatal del Partido de la Revolución Democrática hasta el 28 de agosto, no es tanto para evitar que el proceso para elegir ese día a su sucesor se salga de cauce, sino para que el comalcalquense prepare su nueva tarea: coordinar en Tabasco las estructuras del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) para que su líder, Andrés Manuel López Obrador, repita en Tabasco —como candidato presidencial— el ‘carro completo’ de hace seis años, y también asegurar que un leal al guía moral sea candidato al gobierno estatal...

Serán las estructuras de Morena en toda la geografía tabasqueña, y no los comités de base del perredismo, el soporte real para los triunfos que pretende el partido del sol azteca, y nadie mejor que May Rodríguez, lopezobradorista de cepa, para hacerse cargo de ese trabajo que él mismo viene coordinando desde hace meses y que el propio ‘Presidente legítimo’ evalúa en sus frecuentes viajes al estado, como lo hará este 6 y 7 de julio.
Con Javier May al frente de Morena, ‘El Peje’ podrá despreocuparse del rumbo del PRD —en caso de que afines a ‘Los Chuchos’ se impongan en la dirigencia—, pues no será el partido sino su movimiento el que tenga el control de las bases y, por ende, del ‘voto duro’ del negriamarillo en las urnas.
Con esta estrategia, desde Morena se pondrá al candidato perredista o de la coalición de izquierda que abandere López Obrador en la contienda presidencial, y éste no será otro que el senador Arturo Núñez. Así, al grupo de los duros ya no preocupará si desde el Consejo Estatal que dominan los López Hernández, aunque lo preside Rafael Elías Sánchez Cabrales, se trate de impulsar a Rosalinda —segunda en las encuestas— o a Adán Augusto.
Javier May y Morena son la única garantía que tiene AMLO para que los perredistas que por años le han sido leales, sigan en el redil, aportándole votos. Y el senador Núñez Jiménez podrá quitarse a ese escollo llamado hermanos López Hernández y hacer realidad el sueño que se le truncó hace once años: ser el candidato de la izquierda a la gubernatura.