El ayuntamiento de Centro no ha podido frenar la política usurera de las plazas comerciales que, contraviniendo la ley, están cobrando cuotas abusivas
Alejandro Esquivel C. / alesquivelc@hotmail.com
Aunque la Ley de Ordenamiento Sustentable del Territorio de Tabasco obliga a las edificaciones públicas y privadas a contar con espacios adecuados para estacionamiento de vehículos, la mayoría de las plazas comerciales violan la disposición de ofrecer cajones libres y sin costo para clientes y usuarios.
Aun cuando está establecido legalmente, la moda ahora es cobrar; es decir, poner ‘plumas’ y establecer una tarifa para quienes precisamente prefieren hacer sus compras en esos supermercados o centros comerciales, que además de obtener ganancias por los productos vendidos, lucran abusivamente de los lugares para acomodar automotores y aún se dan el lujo de poner letreros en los que se detalla que no se hacen responsables de lo que suceda a los autos.
Sin embargo, también existen cadenas de supermercados que sí ofrecen a sus clientes la comodidad de cajones de estacionamiento; Chedraui —sólo en algunas sucursales— y Walmart son dos de ellos, porque, por poner un ejemplo, en Soriana y Superama aplican cobros reducidos a los consumidores.
Pese a lo estipulado legalmente, las autoridades estatales y municipales no han efectuado pronunciamiento alguno sobre esa abusiva situación, ni mucho menos han emitido sanción o multa a esos establecimientos, aunque desde el 25 de septiembre pasado la Comisión de Obras Públicas del Congreso Local aprobó una iniciativa para prohibir a los centros comerciales el cobro del estacionamiento y obligar a estas empresas brinden la seguridad adecuada a los vehículos de sus clientes para evitar robo y daños parciales o totales.
Al respecto, el diputado del Partido Revolucionario Institucional (PRI) Jaime Hernández Córdova, quien funge como vocal en dicha Comisión Legislativa, detalló que de acuerdo a dicha propuesta esos establecimientos, en los que se incluye también a restaurantes y centros comerciales de cualquier giro, tendrán la responsabilidad de cuidar las pertenencias de quienes llegan a consumir los productos y servicios que ofrecen.
“Vamos a cualquier lugar de estos y se lee un letrero en el sentido de que la empresa no se hace responsable por cualquier daño que pueda presentar tu vehículo o robo y eso es injusto, porque si vas a ese lugar o lugares es porque se tiene la confianza que habrá algún cuidado en este sentido”, precisó.
Hernández Córdova añadió que el cobro que hacen algunas empresas, sobre todo aquellas que están ubicadas en plazas comerciales, representa un acto abusivo, que incluso ha sido tema de debate en otras entidades del país, sobre todo por la cantidad de denuncias por robo y daño de vehículos que se dan en estos lugares.
“Por fin hemos llegado al consenso de exigir a las empresas a que tengan un grado de responsabilidad”, precisó al recordar que esta iniciativa fue presentada, pero que por posiciones encontradas entre los diputados de las diversas bancadas no se había podido aprobar.
Para Emanuel Rodríguez, quien como miles de familias acude cada 15 días a surtir su despensa, expresa que no está de acuerdo en que se cobre el estacionamiento, “pues nosotros somos sus clientes y les hacemos el gasto; entonces, no nos deberían cobrar”.
Reconoce que muchos automovilistas que se estacionan en esos lugares no lo hacen por ir a comprar, sino porque van a hacer algún trámite cerca. A esos deberían de cobrarles, a los que no van a comprar, por lo cual los centros comerciales deben establecer algún mecanismo para exentar del cobro a clientes, indica.
REGLAMENTO QUE NADIE CUMPLE
Y es que desde 2005 la ley obliga a las edificaciones de cualquier tipo, ya sean públicas o privadas, a contar con los espacios adecuados y necesarios para el estacionamiento de vehículos, de acuerdo con la tipología y ubicación que señale el reglamento de esta ley, y el Reglamento de Construcciones del municipio correspondiente.
La reglamentación, ordena que “estos espacios deberán mantenerse en condiciones de servicio adecuado por parte del propietario sin que para ello se fijen cuotas de uso. Sin embargo, si en las edificaciones públicas o privadas se construyeran un mayor número de cajones a los que señalan los ordenamientos en cuestión, solamente estos podrán ser sujetos de cuota por uso”.
Sólo en una ocasión el ayuntamiento de Centro logró la clausura de un estacionamiento invocando dicho artículo, que fue el estacionamiento de la tienda Famsa ubicada sobre avenida Francisco Javier Mina, pero posteriormente no ha podido frenar la política usurera de las plazas comerciales quienes, construidas o puestas en funcionamiento después de diciembre de 2005, están cobrando cuotas por sus estacionamientos.
En la violación a la ley estatal han caído plazas como la Torre Atenas, Plaza Estrada, Moret, Galerías Tabasco 2000, Office Max, Superama, Europlaza, Cinépolis y Soriana, que en el exceso de violación cobran a pesar de que se realicen compras, mientras que la que ya se prepara para cobrar es Plaza Altabrisa.
COBRAN MÁS DEL TIEMPO UTILIZADO
Aparte de la Ley de Ordenamiento, los reglamentos de construcción deben restringir la proliferación de estacionamientos públicos dentro de las plazas, con la excepción de que si les sobran cajones, sólo en ese caso podrán implantar el sistema de cuota.
La Procuraduría Federal del Consumidor ha realizado monitoreos a nivel nacional, encontrando que los usuarios de dichos estacionamientos pagan en realidad el doble de tiempo que en realidad utilizan, ya que también hay una violación al reglamento mismo que los obliga a establecer cuotas por rangos específicos de tiempo.
Las tarifas van desde un mínimo de tres pesos en Superama, o ‘voluntaria’ en Soriana Guayabal —lo que da derecho a seguro contra robo de vehículo— hasta un máximo de 80 pesos en algunos hoteles después de exceder una hora de garantía.
A la vez, la brújula del Consumidor encontró en un ejercicio que en los estacionamientos de una hora pagada los usuarios permanecieron en realidad en los cajones la mitad del tiempo, lo cual es un abuso por parte de esos centros comerciales.
De esa manera, el promedio de cobro por cajón de estacionamiento es de 17 pesos, pero los usuarios en realidad debieron pagar nueve; sin embargo, se les cobró un exceso de ocho pesos, ya que en ninguno de cobra por minutos o fracciones de cuarto de hora, como sucede en otras ciudades.
Por tanto, la Profeco sugiere, a través de su estudio, que el consumidor, en este caso el automovilista que hace uso de estacionamientos públicos, tiene derecho a pagar sólo por el tiempo que utiliza este servicio. Es decir, las tarifas que cobran los estacionamientos deben establecerse uniformemente por tiempo de uso.
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