Las proyecciones revelan que en 2020 once entidades del país entrarán en crisis por la marginación social, la desigualdad económica, la falta de oportunidades y el cambio climático, advierte la Conferencia del Episcopado Mexicano
Samuel L. Soto Giles. / gi_les@hotmail.com
Para el año 2020, la pobreza —causada por la marginación social, la desigualdad económica, la falta de oportunidades y el cambio climático— hará crisis en Tabasco y en otras diez entidades del país, alertó la iglesia católica, mediante un estudio de la Conferencia del Episcopado Mexicano y Cáritas Mexicana.
En el estudio de prospectiva difundido el 1 de mayo por el diario Excélsior, se asienta que en la región del Golfo de México los estados más afectados por la sequía, inundaciones y problemas alimentarios son: Veracruz, particularmente en la zona centro del estado; Tabasco, prácticamente en su totalidad, y Campeche, en la mayor parte de su territorio.
De acuerdo con la investigación Dolor de la Tierra, dolor de los pobres, ¡Actuemos ya! (2012) realizada por la Comisión Episcopal para la Pastoral Social, Catholic Relief Services, Cáritas Mexicana, la Universidad Iberoamericana de Puebla y el Centro Lindavista, la pobreza en México es el principal desafío, sin que se hayan sentado las bases para enfrentarlo.
La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) se dio a la tarea de organizar sistemáticamente los indicadores de pobreza en cada una de las diócesis del país y los vinculó con la prospectiva de cambio climático en las 18 provincias eclesiásticas en que la Iglesia divide al territorio nacional, dando como resultado un escenario desalentador.
Se pone énfasis en el bajo nivel de bienestar con que contarán las personas, agudizado además por el aumento de la temperatura en un grado centígrado en un período de diez años, lo cual acelerará el agotamiento de los mantos acuíferos y la sequía en distintas zonas, con el consecuente problema para la producción de cosechas y engorda del ganado, además del riesgo de inundaciones en otras zonas.
Esta investigación motivó que el papa Benedicto XVI escribiera unas líneas: “Aliento ardientemente a los católicos mexicanos y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad a no ceder a la mentalidad utilitarista, que termina siempre sacrificando a los más débiles e indefensos”.
“Lo anterior denota la necesidad de generar estrategias únicas para organizar a nivel regional y hacer llegar la información referente a las acciones para la mitigación y adaptación al cambio climático, que se puede reflejar en planes regionales con el objetivo de reducir el impacto sobre la salud humana y de los cultivos por el exceso de temperatura”, señala Dolor de la tierra, dolor de los pobres, ¡Actuemos ya!
LOS POBRES, LAS PRIMERAS VÍCTIMAS
El estudio de la CEM pone énfasis en que el cambio climático tendrá severas afectaciones para la salud en distintas zonas del país, el cual es un tema que no se ha estudiado a fondo y debe ser evaluado, porque en diez años más representará una fuerte derrama de ingresos para la población y para el sector público, recursos que serían destinados a enfrentar la pobreza.
“La crisis ambiental que vivimos es entendida como la incapacidad de dar alternativas a una manipulación de los procesos productivos y de distribución de los bienes que empobrece sistemáticamente a un sector creciente, al tiempo que favorece una acelerada destrucción de los ecosistemas”, apunta el estudio.
El texto toma la definición de pobreza que establece el Coneval: “Una persona se encuentra en situación de pobreza multidimensional cuando no tiene garantizado el ejercicio de al menos uno de sus derechos para el desarrollo social (alimentación, carencia social) y sus ingresos son insuficientes para adquirir satisfacer sus necesidades”.
Para el año 2020, la pobreza causada por la marginación social, la desigualdad económica, la falta de oportunidades y el cambio climático hará crisis en Chihuahua, Tabasco, Campeche, Valle de México, Puebla, Tlaxcala, Guerrero, Hidalgo, Querétaro, Michoacán y Veracruz.
La imágenes de la Sierra Tarahumara de 2011, donde se veía a cientos de personas en situación de hambruna apenas parece ser el comienzo de un escenario más crítico, por lo que la Iglesia llama a las autoridades a organizar la información sobre marginalidad social, reformular los programas para mitigar la pobreza y adaptar las zonas más depauperadas al cambio climático.
El estudio entregado a Excélsior contiene cuadros y mapas que evidencian un problema exponencial, particularmente en el rubro de “afectación socio-ambiental” para el año 2020, en donde se advierte que 39 por ciento de los municipios del país (947) serán afectados en un “grado muy alto”, mientras que el 45 por ciento (mil 095) tendrán afectación en un grado medio y alto.
Se analizó la situación de los dos mil 422 municipios para proponer un instrumento de visualización y medición, así como de localización de efectos combinados de vulnerabilidad socioeconómica y anomalías de precipitación y temperaturas, ubicando tres microrregiones con un “muy alto grado de afectación a escala nacional”: Golfo, centro y noroeste.
“El drama de la creación que gime, expresando su dolor, que percibimos y sentimos, aunado al dolor de los pobres, que claman por justicia y por condiciones de vida digna no puede dejarnos indiferentes cuando somos testigos cómo son precisamente ellos: las primeras víctimas de los impactos sociales y del cambio climático”, apuntó en la presentación de la investigación el obispo de Nuevo Laredo, Gustavo Rodríguez Vega.
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