Muchas promesas y muchos discursos se han ido a la basura. Una oferta más está a punto de seguirles. Ya fue deslizada a la cúpula panista: si Ernesto Cordero no levanta, convendría pensar en una candidatura presidencial de unidad en Acción Nacional (PAN).
El dedazo.
Los temores son mayúsculos porque el domingo 25 se encendieron las alarmas en, quién lo hubiera pronosticado, la tierra del sinarquismo y de El Yunque.
Ese día el panismo conmemoraba 20 años del ascenso de Carlos Medina Plascencia, llegado al gobierno de Guanajuato no por voto popular sino por la primera de las ‘concertacesiones’ de Carlos Salinas de Gortari con el PAN.
El gobernador Juan Manuel Oliva ordenó el acarreo y sus operadores no se fijaron en la filiación y menos en la lealtad de quienes fueron llevados en autobuses, camionetas y camiones de redilas.
Abuchearon a Cordero, candidato oficial, y aplaudieron a Josefina Vázquez Mota.
Las silbatinas fueron escuchadas con angustia en Los Pinos y la conclusión fue inmediata: no hay control del panismo y la militancia puede desbordarse.
INDISCIPLINADO
Para encender las alarmas contaron varios factores.
El primero de ellos lo tiene muy bien pulsado Felipe Calderón: Josefina Vázquez Mota está sorprendida y asustada con su propio movimiento.
No sabe qué hacer con su popularidad.
Puede ser positiva si la respetan en la contienda interna con Santiago Creel, con quien va a la par, unas veces arriba, otras apenitas abajo, y el todavía muy devaluado Ernesto Cordero.
Conoce a Calderón y su mecha corta lo distingue de Vicente Fox, quien no pudo evitar el arribo de su sucesor.
Si al final se empecina en apearla, lo hará de la peor manera y por eso ella mandó ese pequeño mensaje de la llamada de Luis Carlos Ugalde el día la elección de 2006 para adelantar cuánto sabe y anunciar su decisión de lucha.
Además, por respaldo económico no teme: atrás está el Grupo Monterrey y en especial los propietarios del Grupo Banorte y de Pinturas Comex, donde se ha refugiado prácticamente toda la familia Vázquez Mota.
Calderón y Vázquez Mota pueden encontrar el entendimiento, pero la angustia está con el otro contendiente, con Creel.
El senador con licencia trae sus propias mediciones, las siente favorables y promete ir hasta la votación final de militantes y adherentes.
Y si él no desciende solito, será difícil recurrir al último paso de la imposición: el dedazo.
Pero la tentación ya empezó a ventilarse.
CONCERTADOR
Semanas atrás adelantamos aquí las negociaciones de Los Pinos allende el PAN.
En la semana vimos una fotografía insospechada: Manlio Fabio Beltrones y Ernesto Cordero en gran plática, amena comida y al priista cual gran maestro con el panista cual aplicado alumno.
La reunión agradó mucho en la residencia presidencial, pero incomodó a los priistas.
En el Partido Revolucionario Institucional comenzaron a repasar: La semana antepasada, Manlio con Navarrete, Porfirio Muñoz Ledo y otros representantes de la izquierda.
El lunes, Beltrones con los perredistas Marcelo Ebrard y Jesús Zambrano. Luego, el sonorense con el candidato favorito del presidente Calderón.
¿Cuál es el mensaje? En el PRI tratan de descifrarlo en los mejores términos.
La próxima semana habrá reuniones para tratar de amarrar un método de postulación de unidad y ahí se verá:
O todos los candidatos firman el compromiso o…
Qué fea disyuntiva.
Los temores son mayúsculos porque el domingo 25 se encendieron las alarmas en, quién lo hubiera pronosticado, la tierra del sinarquismo y de El Yunque.
Ese día el panismo conmemoraba 20 años del ascenso de Carlos Medina Plascencia, llegado al gobierno de Guanajuato no por voto popular sino por la primera de las ‘concertacesiones’ de Carlos Salinas de Gortari con el PAN.
El gobernador Juan Manuel Oliva ordenó el acarreo y sus operadores no se fijaron en la filiación y menos en la lealtad de quienes fueron llevados en autobuses, camionetas y camiones de redilas.
Abuchearon a Cordero, candidato oficial, y aplaudieron a Josefina Vázquez Mota.
Las silbatinas fueron escuchadas con angustia en Los Pinos y la conclusión fue inmediata: no hay control del panismo y la militancia puede desbordarse.
INDISCIPLINADO
Para encender las alarmas contaron varios factores.
El primero de ellos lo tiene muy bien pulsado Felipe Calderón: Josefina Vázquez Mota está sorprendida y asustada con su propio movimiento.
No sabe qué hacer con su popularidad.
Puede ser positiva si la respetan en la contienda interna con Santiago Creel, con quien va a la par, unas veces arriba, otras apenitas abajo, y el todavía muy devaluado Ernesto Cordero.
Conoce a Calderón y su mecha corta lo distingue de Vicente Fox, quien no pudo evitar el arribo de su sucesor.
Si al final se empecina en apearla, lo hará de la peor manera y por eso ella mandó ese pequeño mensaje de la llamada de Luis Carlos Ugalde el día la elección de 2006 para adelantar cuánto sabe y anunciar su decisión de lucha.
Además, por respaldo económico no teme: atrás está el Grupo Monterrey y en especial los propietarios del Grupo Banorte y de Pinturas Comex, donde se ha refugiado prácticamente toda la familia Vázquez Mota.
Calderón y Vázquez Mota pueden encontrar el entendimiento, pero la angustia está con el otro contendiente, con Creel.
El senador con licencia trae sus propias mediciones, las siente favorables y promete ir hasta la votación final de militantes y adherentes.
Y si él no desciende solito, será difícil recurrir al último paso de la imposición: el dedazo.
Pero la tentación ya empezó a ventilarse.
CONCERTADOR
Semanas atrás adelantamos aquí las negociaciones de Los Pinos allende el PAN.
En la semana vimos una fotografía insospechada: Manlio Fabio Beltrones y Ernesto Cordero en gran plática, amena comida y al priista cual gran maestro con el panista cual aplicado alumno.
La reunión agradó mucho en la residencia presidencial, pero incomodó a los priistas.
En el Partido Revolucionario Institucional comenzaron a repasar: La semana antepasada, Manlio con Navarrete, Porfirio Muñoz Ledo y otros representantes de la izquierda.
El lunes, Beltrones con los perredistas Marcelo Ebrard y Jesús Zambrano. Luego, el sonorense con el candidato favorito del presidente Calderón.
¿Cuál es el mensaje? En el PRI tratan de descifrarlo en los mejores términos.
La próxima semana habrá reuniones para tratar de amarrar un método de postulación de unidad y ahí se verá:
O todos los candidatos firman el compromiso o…
Qué fea disyuntiva.
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