martes, 19 de marzo de 2013

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Delincuentes de cuello blanco 


Buscamos definiciones y encontramos que ‘delincuente de cuello blanco’ es aquel que viste siempre apropiado, tiene buena presencia y sus delitos son difícilmente investigados o encontrados. Existe la creencia, en éste y en otros países, que con este tipo de delincuentes no se garantiza la efectividad de la ley, por la influencia que ejercen.

Fernando Hernández Gómez / fdohernandezg@hotmail.com


Corrupción, malversaciones de dinero público, ganancia ilícita, impago fraudulento o estafa, son algunos conceptos delictuosos que se relacionan con los ‘delincuentes de cuello blanco’.
En el ensayo Delitos de cuello blanco, el doctor Mario Eduardo Corigliano (Revista Internauta de Práctica Jurídica, agosto-diciembre 2006)  apunta que la ‘delincuencia de cuello blanco’ se distingue del resto, entre otros factores, por:
- La lesión de la confianza en el tráfico mercantil.
- El uso de la credulidad o ignorancia de la víctima, una especial astucia (apariencia legal del hecho) o afección de vastos sectores de la población, e incluso a países enteros, lo que torna prácticamente imposible la identificación del autor.
- La circunstancia de que la sociedad tenga conciencia de la ilicitud del hecho pero no de su trascendencia criminal.
- La imagen de honorabilidad del autor, debido a su posición política, social y económica. Su respetabilidad obligó a establecer una relación cercana entre poder económico y poder político.
- La escasa visibilidad del delito.
- El no aparecer en estadísticas criminales a pesar del alto costo social causado, sea por la imposibilidad de desenmascararlos, o por los obstáculos para perseguirlas por vía de la administración de justicia penal.
Después de leer esto no queda la menor que Tabasco estuvo gobernado los últimos seis años por ‘delincuentes de cuello blanco’ a los que hoy, a ochenta días del iniciado el régimen del cambio verdadero y pese a que todo mundo sabe la gravedad del quebranto legal y financiero causado, todavía no encuentran las pruebas para aplicarles la ley y meterlos a prisión.
Usted sabe de quiénes hablo.

LOS AMOS DEL CINISMO
Algo que nos muestra claramente la astucia o cinismo de estos ‘delincuentes de cuello blanco’ que llegaron al poder público para saquear las arcas, es el extraño asalto —hasta ahora no esclarecido— a una camioneta de la Secretaría de Finanzas estatal ocurrido el 24 de agosto del 2012.
El atraco al vehículo a plena luz del día sería uno más de las estadísticas criminales de la entidad y delitos sin esclarecer por un régimen que probó su ineficacia en muchos rubros, a no ser por el cargamento hurtado: papeles.
De acuerdo a la denuncia asentada en la averiguación previa APDECORO/3/1960/2012, Víctor Vélez Ortega, quien era chofer adscrito a esa Secretaría, “fue sorprendido por una persona con arma en mano a la altura de las esquinas que forman Rullán Ferrer y Carlos Pellicer Cámara, y esa persona lo amenazó y le dijo que se corriera al lado derecho de la camioneta; del lado izquierdo le apareció otra persona y luego lo fueron a dejar por Teapa, y él (el chofer) manifiesta en el acta administrativa, que se tuvo que regresar después”.
Hasta el día de hoy no se ha hecho público un informe que precise con exactitud qué fue lo que le arrebataron al citado chofer. Se habla del hurto de documentación que avalaba cuentas públicas del Ejecutivo estatal de varios años. Ello no debería preocupar pues se supone que de todo documento oficial que sale de una dependencia gubernamental queda un facsímil de soporte. 
El 21 de febrero, el gobernador Arturo Núñez Jiménez reveló que lo robado eran documentos oficiales que amparaban un gasto por mil 301 millones de pesos.
Cuando Andrés Granier Melo salió a defender su honra, el gobierno estatal le refutó que “tan es falsa la aseveración del ex gobernador cuando afirma que en la documentación que se entregó en la Secretaría de Administración y Finanzas ‘demuestra y comprueba el uso de los recursos ejercidos”, que durante su propia gestión, en agosto de 2012, denunciaron ante la Procuraduría General de Justicia del Estado el ‘robo’ de una camioneta que contenía varias cajas con documentos oficiales originales, que amparaban los soportes contables y evidencia documental de los gastos de inversión, gasto en seguridad pública y seguridad estatal, contratos, solicitudes, oficios, canje de vales y dictámenes, que respaldaban el ejercicio de recursos de los presupuestos de 2007 a 2012”.

NI LAS COPIAS APARECEN
En el comunicado oficial difundido  el 8 de marzo, llama la atención que la palabra ‘robo’ se cita en dos ocasiones y en ambas va entrecomillada.
Ese día, el secretario de Finanzas actual, Víctor Lamoyi Bocangra, manifestó sus dudas acerca del ‘robo’ de la camioneta “que da la casualidad” contenía cientos de cajas: eran más de cien cajas con miles y miles de carpetas y legajos de toda la documentación comprobatoria del ejercicio 2007 a 2012.
—¿Cabe esa información en una camioneta? —le inquirió Emmanuel Sibilla, en el programa Telerreportaje, esa mañana.
“Según lo que aparece en la averiguación previa que aquí te traigo, sí; aquí está toda la relación de todas las carpetas que se perdieron”, le respondió.
—¿Y qué tipo de información contenía?
“Pues casualmente es toda la información relevante para armar la cuenta pública, la que comprueba todo el gasto”, indicó.
Lamoyi Bocanegra reveló que tampoco aparece el respaldo documental de esos expedientes; “está perdido”, acotó al subrayar que “si algo no nos dejaron fue documentación probatoria del verdadero gasto que se ejerció en la Secretaría de Planeación y Finanzas”.
Su entrevistador le insistió sobre esta peculiaridad:
—¿Y era único juego? ¿No se tenía copia de este expediente que se trasladaba?
“Eso es lo que ellos argumentan y por eso no me entregaron esta documentación… Estamos hablando de miles y miles de hojas”, recalcó.
El secretario de Finanzas  hizo una revelación que supera con mucho el monto de mil 301 millones de pesos que había dicho un par de semanas atrás el mandatario tabasqueño. Citó: “A muy grandes rasgos, del ejercicio 2012 hay documentación probatoria en esa camioneta perdida por más de cinco mil millones de pesos; obviamente cuando hicimos el cierre del cuarto trimestre del ejercicio 2012, el mismo que entregamos al Congreso del Estado el 20 de enero, esta documentación no aparece y, por lo tanto, el gasto no está registrado”.
Agregó Lamoyi: “Lo más importante es que aquí viene el gasto de inversión, el gasto de subsidios; viene toda la contabilidad. En realidad, en esta camioneta venía toda la historia documental del gasto del ejercicio 2007, 2008, 2009, 2010, 2011 y lo que iba del 2012”.
Y arremetió contra el ex mandatario: “que el ex gobernador Granier Melo diga que quedó en los registros toda la documentación que comprueba el ejercicio del gasto, es completamente falso… aquí está, ellos mismos denunciaron el robo de esta camioneta”.

ARMANDO EL ROMPECABEZAS

“Y como no nos dejaron documentación, como dice el ex gobernador Granier, hemos estado pidiéndole a terceros la información; a instituciones financieras, a empresas… Gracias a eso, hemos logrado medio armar la verdadera situación del ejercicio fiscal 2012. Para atrás, ya ni te digo. Pero hemos logrado reconstruir para poder saber qué pasó, dimensionar así el tamaño del hoyo financiero que nos dejaron, el desastre financiero que nos dejaron”, expresó el funcionario.
¿Dónde quedó esa documentación? ¿Por qué no se dio a conocer en su momento el asalto a la camioneta? ¿Dónde están las copias que soportan la documentación robada? ¿Qué hicieron los supuestos ladrones con esos expedientes que nadie les iba a poder comprar? ¿Y dónde está el chofer?
Lo del robo de esa camioneta con cientos y cientos de cajas que difícilmente entraron en ella es un cuento que nadie se traga. Lo comenta el gobernador en sus charlas con analistas de medios de la capital del país; lo expone el secretario de Finanzas en sus entrevistas aquí. Ahora toca el turno al procurador Fernando Valenzuela Pernas no de atrapar a los dos presuntos asaltantes sino de exhibir a los autores intelectuales de esta farsa con la que se trató de desaparecer evidencia del más grande saqueo al erario de Tabasco. ¿Podrá? ¿O se saldrán con la suya los ‘delincuentes de cuello blanco’?  

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